A Tu Lado » J.C

Veintidos

Empezaba una nueva semana, un nuevo lunes por la mañana, y todo parecía ir de maravilla.

Se sentía como si todo estuviera perfectamente en su lugar, porque todo marchaba bien, las cosas no podían ir mal de nuevo, se sentía como si mi vida normal estuviera nuevamente de vuelta y eso me alegraba de sobre manera.

- Buenos días dormilones, ya es hora de despertar.

Toque ambas puertas y escuche el ruido que hicieron indicando que ya habían despertado.

Baje las escaleras tarareando una vieja canción con ánimo.

Entre a la cocina encontrándome con Celeste.

- Buenos días - Dije ofreciéndole una gran sonrisa.

- ¿Y ese ánimo? Hace mucho no la veía tan contenta.

- No es nada, simplemente todo va de maravilla, sólo disfruto de eso.

- Me alegra escuchar eso.

Me tendió una taza de café, a lo que agradecí.

- ¿Que le gustaría para desayunar?

- Huevos revueltos estaría bien.

No espero mucho y comenzó a preparar la comida.

Justo cuando el desayuno estaba listo, los niños bajaron ya listos.

- Hay que apurarnos o se nos hará tarde.

***

Terminamos de despedirnos de los niños y estos entraron a la escuela.

- ¿Necesitas ir al conservatorio hoy?

Comenzamos a caminar juntos hacia su camioneta.

- No, ¿por?

- Es que necesitamos varias cosas del súper ¿me acompañas?

- La pregunta ofende.

El camino al súper fue muy corto, entramos y comencé a revisar en mi celular la pequeña lista que había hecho, no fue hasta que...

- ¡Hey, Jos!

Reconocería esa estúpida voz en cualquier parte.

Levante mi mirada encontrándome a la mismísima "Nat" la observé con desagrado y esta se acercó con su sonrisa más falsa que... ¡cualquier cosa falsa!

Observe los nervios de Jos, decidí hacerme la desentendida y dirigi mi morada nuevamente a mi lista.

《Cuenta hasta 10 Emilia, atacar a alguien en un lugar público no es una de las mejores ideas》

- Hola, Natalie.

Murmuró casi inaudible su nombre, por el rabillo de mi ojo note como eso provocó que su sonrisa se minimizará, ahora fue mi turno de sonreír.

- Que milagro que te dejas ver, tenía mucho que no te veía.

- Si, he estado un poco ocupado, además de que el conservatorio, no es cómo si fuera a colapsar sin mi.

- No, no lo digo por eso, se te extraña ahí, estábamos acostumbrados a verte tan seguido, es una lástima que pierdas tiempo en cosas menos importantes.