Enséñame a amar | 「Broly x Chirai」¡FINALIZADA!

Capítulo 19: "El despertar del deseo y el consumado de la pasión"

Advertencia prrs este capítulo contiene Lemon, así que para los que son sensibles a esta clase de lectura, se les recomienda saltearse esa parte o esperen el siguiente capítulo. Eso sería todo y disfruten el capítulo (nop) nos vemos en el siguiente...

...

— ¿Qué haces...? — preguntaba extrañado de su imprevista hazaña.

— Jajaja... — Reía mientras lo abraza por detrás — Nada. Simplemente estoy feliz.

— ¿Feliz? — pregunta sonando a despistado por esas simples pero a la vez inusuales palabras.

— Tú me haces feliz, muy feliz Broly.

— ¿Yo? ¿Y porque?

— Porque estás conmigo. ¿Acaso tú no lo estás?

— Supongo que sí...

— ¿Supongo? ¿Eso quiere decir que no lo estás? — cuestiona con clara muestra de indignación en su tono.

— No, no... ¡Claro que lo estoy! — Argumenta rápidamente, mirándola a los ojos para que lo crea. Ella por su lado se queda callada, pensando un largo rato. Y como si se le hubiera prendido el foco, pasa a la acción tomando el brazo de su pareja.

— ¿Qué pasa?

— Ven... — dice sin más, jaloneándolo en su dirección. Cosa que a él no le queda de otra que seguirle el paso.

— ¿A dónde vamos? — Persistía con la misma pregunta, pero la peliblanco seguía con su manía de no responderle, seguía caminando, con tal de que la sigua hasta llegar a la recámara del Saiyajin. Una vez llegado, primero entra Broly, mientras que Chirai se asomaba por la entrada para corroborar si no hay moros por la costa, y como ve que no cruzaba alma alguna, cierra la puerta tras de sí, colocando el seguro.

Él inocente la mira extrañado porque no se apartaba de la entrada. Ella mira al suelo cohibida, como si no estuviera lista para lo que se suponía iba a hacer, "¿y cómo no estarlo?" pensaba; estaba muy nerviosa. Frotaba sus piernas, no dejaba de mirar sus pies indecisa, de si era el momento o no, de hacerlo ahora o dejarlo para otro momento, ese era el dilema, cualquier decisión que tomara sólo esperaba no arrepentirse.

— Chi...

— Cállate, no hables por favor... — lo silenció. Se acerca a paso lento hasta quedar frente a frente, viéndose mutuamente a los ojos. Ella entonces toma el valor de abrazarlo impulsivamente, y eleva su mano hasta querer tocar su mejilla, pero como era de baja estatura él no tarda en ayudarla a continuar con su acto, encorvándose un poco para dejarse acariciar en un suave y cosquilloso tacto, y de paso toparse con la grata sorpresa.

Lo había besado, pero no era un beso de lo habitual, era apasionado, tanto que lo había empujado hasta chocar contra la pared. Y con cada segundo que pasaba, su ritmo cardíaco aumentaba a la vez que su sangre hervía como nunca. Su calor corporal escalaba picos elevados para los dieciocho grados que hacía en el ambiente. Abajo sintió algo fuera de lo normal por primear vez; duro y palpitante era esa extraña sensación. No la quería culpar, pero no encontraba otro raciocinio, la chispa que lo encendió todo fue ella, con su voluptuoso cuerpo lascivo que lo refregaba con el suyo. Por lo que sin escrúpulos la toma de la cintura, siguiendo sus más bajos instintos, sorprendiendo a la peliblanca quien en medio del beso abre los ojos casi como platos, y más lo haría cuando el pelinegro baja sus manos lentamente hasta sus glúteos, prosiguiendo el recorrido hasta finalizar con sus piernas.

Pero inesperadamente el contacto de labios fue cortado por él mismo; había retirado las manos inmediatamente de donde hasta hace unos momentos posaba con firmeza. Su cara era una notable muestra del arrepentimiento que estaba sintiendo. Algo en su interior, o quizás su conciencia le decía que lo que hizo era por demás inapropiado, el hacer eso con quien fue su mejor amiga hasta hace poco.