En el avión

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¿Cuántas veces no habían estado aquí, así? El caso los había tomado por sorpresa, por su parte el agente especial supervisor Hotchner, apenas pudo poner los pies en su casa, quitarse los zapatos y abrazar a su hijo dormido sobre la cama, Jessica le dio la bienvenida con una taza de té caliente y estaba a punto de irse a su hogar cuando el teléfono del jefe sonó de nuevo, tenía que volver.

Algo del trabajo especialmente desagradable muchas veces y siempre agotador era llamativo, era necesario... Últimamente se había planteado la posibilidad de pedir una transferencia, con Haley muerta, necesitaba pasar más tiempo con Jack y hacerse cargo de él, no por que no sepa que Jess lo va a apoyar tanto como pueda sino por que el niño necesita a su padre, no dejará que crezca siendo ignorado por su progenitor, como le había pasado a él con su madre, no, no esta vez.

El equipo estaba agotado más mentalmente pero el cansancio físico era notorio, apenas habían tenido tiempo de llegar a sus hogares cuando habían tenido que tomar sus maletas de vuelta. El azabache observando a su familia, siempre cuidando de ellos, ya había dicho Rossi que en una jerarquía de lobos encajaría perfectamente como alfa, uno más comprensivo y paciente de lo que aparenta, sólo para su amada familia.

Morgan estaba hundido en un asiento individual, con sus auriculares puestos, no estaba dormido, su respiración era más acelerada que cuando duerme, probablemente se mantenga despierto por insomnio, parece que muchas veces el lugar más cómodo para dormir es el avión de ida o vuelta de algún caso.

Desvió su vista hacia JJ sentada junto a Reid, durmiendo sobre su hombro y el muchacho sostenía un libro entre sus manos delgadas, se veían tan tranquilos los dos que no parecía que estaban volando a cazar a un asesino en serie. De pronto se estaba tomando más tiempo para observar al doctor, la manera en que su ceño se frunce ligeramente al ir leyendo, y cómo su expresión cambia lentamente a una más suave, a medida que lee, Hotch sabe que puede leer más rápido pero el chico se toma su tiempo esta ocasión. Una bufanda gris enrrollada en su cuello, el clima es bastante frío en enero, pero el avión es cálido, el sudor tenue en su frente delataba que era más que suficiente su abrigo y su bufanda sumado al calor que la rubia le transmitía estando durmiendo tan cerca pero aún así Spencer no hizo nada por moverla. Sus hebras castañas cayendo desordenadas por su cabeza como en una cascada, podía gravar esa imagen del muchacho en su mente y sería un bonito recuerdo, un dulce y refrescante oasis dentro de esta locura que es su empleo.

El niño de pronto se sintió observado, o eso pensó el líder cuando el menor levantó la mirada, encontrando la de su jefe, tomándolo desprevenido entre la admiración y la leve intimidación. Antes de que alguien con un cerebro normal pudiera ver aquellas emociones en su cara, Hotch la había cambiado, Spencer le sonrió y él le devolvió el gesto, de nuevo su vista regresó a las páginas de papel no sin antes dar vuelta a la hoja.

Por su parte, Aaron regresó la vista al expediente entre sus manos, estaba a varios asientos de distancia de los jóvenes que había estado mirando, Emily dormía frente a él con una suave manta de algodón color beige, podía escucharla zumbar levemente en sueños.

El hombre no lo dijo, pero Rossi lo había tomado por sorpresa cuando de pronto apareció al lado suyo, se vio tentado a preguntar cuánto tiempo llevaba ahí, pero seguro que antes que una respuesta, recibiría alguna burla, por lo que fingió como siempre su perfecta compostura y agradeció el café que el mayor le ofreció —Hotch... Llevamos tanto tiempo haciendo esto, pero antes de sacar más conclusiones, quisiera hacerte una pregunta—

Aaron miró al hombre, sabiendo por el tono y la postura del retirado agente, que iba a hablar sobre vida personal, pero de todas formas asintió, su voz era baja, lo suficiente para no ser escuchados por el resto de los presentes —¿Eres ciego, Aaron?—

El ex-fiscal lo miró desconcertado, su vista está en perfectas condiciones, y antes de poder preguntar, el italiano sacó su teléfono móvil y le mostró una fotografía del caso anterior, lo sabía por la ropa que Reid traía puesta, una foto de los dos, sentados uno junto al otro y el muchacho dormido sobre el hombro de Hotch, como ahora JJ hace sobre el hombro del menor.

—¿Por qué tomaste esa foto?—

—¿Esto? Me lo envió García—

—. . . . . ¿Qué tiene que ver de todas formas?—

—¿En serio no te has dado cuenta de que el doctor Reid está enamorado de ti?— preguntó en tono aún más bajo, pero cierta indignación evidente en su tono de voz, como un reclamo.

—Esa foto no dice nada— se encogió de hombros, involuntariamente había volteado a ver al chico, cruzando su mirada con la de él pero rápido la regresó al impreso en sus manos, como si quisiera evadir el hecho evidente de que lo estaba mirando, Aaron suspiró, sí, lo sabía pero... —No quiero darle falsas esperanzas, debería conseguir a alguien de su edad—

—¿Qué hay de malo contigo, Hotch? Hace más de un año que estás solo, no te vendría mal un cambio de aires—

—Es muy joven...—

—Solo, lo suficiente, no es ilegal, y no lo estás obligando...— hasta este punto de la conversación Aaron fue consciente de algo que antes había escapado por creer que no era muy obvio: Rossi lo sabe.

—¿Perdóname?—

—Aaron, soy viejo, no tonto, y soy perfilador desde que tú eras un niño vagando en la academia del FBI—

—Bien, haré algo con eso, por favor no lo menciones...—

—¿A quién? Todo el equipo lo sabe—

El pelinegro abrió los labios dispuesto a responder, pero la repentina presencia de Morgan lo hizo voltear "Aterrizamos" había anunciado el hombre, bien, es hora de concentrarse en el caso.

Oneshot (Hotch x Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora