CAPITULO EXTRA (4)

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“ANHELOS INCONTENIBLES…”

Hay muchas cosas que una persona puede añorar, cosas básicas, algunas simples de satisfacer y otras… no tanto, dormir por el sueño es fácil para algunos, beber agua cuando tienes sed para otros es sencillo, comer por las ansias que te produce el hambre puede ser accesible para muchos, esas tres se les llaman “necesidades básicas del ser humano” para mí satisfacerlas no era algo complicado, sin embargo… hay otra necesidad o añoranza del ser humano que no mencioné en la ecuación, ¿saben cuál es? Es… tener sexo, y esa si es una necesidad que a mí no se me da tan fácil complacerla… para la mayoría si, para mí NO. No es por el hecho de no tener a quién entregarse… Liam es mi elegido si a eso vamos… pero, es terreno desconocido para mí, había pensado antes en eso de “dejarme llevar por el momento” pero… era difícil, no me siento lo suficientemente experta como para atreverme a decirle a Liam que podemos hacerlo… ¿y si no le gustaba mi cuerpo? ¿Y si no me movía o lo hacía bien? ¿Y si no le parecía sexy o sensual? ¿Atractiva, provocativa, suculenta, caliente, ardiente? Eran  muchas inseguridades, no quería enfrentarme a un posible desinterés de parte de Liam al verme tan… “inexperta”. Tenía pensado darle como regalo de cumpleaños la oportunidad de por fin tener algo de mí, además de calientes y pasionales besos que siempre le teníamos… pero eso a veces solo reflejaba las ganas que me tenía a veces, cada caricia que le daba a mi cuerpo mientras nos besábamos solo me ponía tensa y nerviosa… quería seguir adelante con aquello… pero, las dudas venían a mi mente y apagaban todo el momento, y eso me ponía de un humor de perros, deseaba darle eso a Liam… ¡QUERÍA QUE ME HICIERA SUYA! Y a pesar de eso yo detenía todo, Liam solo sonreía comprensivo al ver que no estaba “lista” para eso… cosa que me ponía de peor humor, era patética, temo que Liam se canse y no quiera casarse conmigo, o piense que quiero darme a él pero una vez nos casemos… y para eso faltaban cinco meses. Liam cumplirá veintisiete años mañana y deseaba darle eso a él y solo a él… es decir ¿Por qué no? ¿No lo merecía?  Yo lo deseaba, y aunque tenga prejuicios con respecto a eso, haré lo mejor para que no se arrepienta de nada.

(…)

Le organicé una gran fiesta a Liam digna de su popularidad, algo de mucho detalle, siendo una artista me esmeraba con las cosas que me proponía, cada cosa que hacía lo tomaba como una obra de arte, por lo cual deseaba que las personas tuvieran un buen sabor en la boca… hacer las cosas con excelencia estaba impregnado en mi sistema, era parte de mí, y de verdad que quede satisfecha con la organización de la fiesta, todo se veía fabuloso, las personas comenzaron a llegar y yo le había enviado un mensaje a Liam de que tendríamos una cena especial por su día en “Diamond White”… y en realidad era más que eso, alquilé todo el lugar para una destellante celebración, llegaría como en una hora, por la ubicación, solo faltaba arreglarme yo y todo sería perfecto.

(…)

¡DEMONIOS! ¡NO ESTABA LISTA Y LIAM YA ESTABA EN EL LUGAR! ¡NO DEJABA DE LLAMARME! Era claro que ya había visto la sorpresa, pero no muy gustoso de no verme en medio de la multitud.

LIAM*

Había sido un día muy duro, largas horas de trabajo que solo me habían agotado y me ponían de peor humor, dar órdenes y mover gente de aquí para allá era estresante… todo debía avanzar correctamente. Estaba de muy mal humor después de terminar el día, no ayudo el hecho de no ver a Alice por la mañana cuando desperté, ansiaba probar sus dulces y adictivos labios, pero no verla por ningún lado me dejó mal, ¿Qué excusa era esa de tener que visitar a su antigua vecina? ¿A mí qué diablos me importaba su antigua relación con su vecina? ¡La quería aquí! Esperaba que por ser mi cumpleaños cediera un poco su distante personalidad y me dejara besarla cuantas veces yo quisiera y el tiempo que se me diera la gana, tal vez no obteniendo que la hiciera mía como tantas veces he deseado con ganas pero… me basta con sus besos, con su actitud retadora y competitiva cada vez que digo algo solo para verse mejor que yo, sus sonrojos cuando le digo cosas comprometedoras, escuchar sus suspiros de placer cuando le doy caricias y jadeos complacidos, cuando intenta tímidamente tocar mi cuerpo, esas cosas que la hacen única, de verdad que me tiene loco, Alice me atraía demasiado; que a veces fuera fría y distante la hacían ver inalcanzable, eso sí que me prendía, me impulsaba a conquistarla por completo, hacer que no pensase nada más que en mí… verla deseosa de verme a cada momento… tenerla solo para mí. Cuando me hablo de ese supuesto amigo llamado “Mark” estuve a punto de buscarlo y golpearlo para que se alejara de ella, pero… sé que ella quería un amigo y… si se lo impedía se molestaría mucho conmigo, a pesar de que para mí así era más que perfecto, pero Alice molesta… es igual a no besos, no besos es igual a un Liam de mal humor. Con el tiempo logre digerirlo y tratar de llevarme bien con ese tal Mark, aunque a veces sospecho que la ve con ojos más que “amistosos” pero se mantiene al margen, y más le vale mantenerse así por su propio bien.

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