Al fondo del mar

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Se escuchan once cañonazos dispersos pero en un corto espacio de tiempo. El barco enemigo recibe el impacto de la mayoría de los disparos, que han destrozado algunas de las partes exteriores del navío.

- ¡A toda vela! ¡Tomemos distancia! - grita James.

- ¡A toda vela! - repite el oficial Fox.

- Ha sido una buena idea poner esos pares de cañones en cubierta, señor Dunne. Gracias por la sugerencia. - dice James al viejo contramaestre Arthur Dunne.

- Viejas mañas piratas señor, nada extraordinario.

- Bien, trae rápido al sargento Crow a cubierta, necesito hacerle una consulta. - dice James serio.

- Ahora mismo señor. - dice Arthur apurándose.

- ¡Están dando la vuelta capitán! - grita Henry.

Al barco enemigo casi se ha puesto en línea para perseguir al barco del capitán corsario James Shane y parece seguir teniendo una gran velocidad, aunque tendrán que recuperar una la buena distancia que ha tomado "El Halcón". El sargento Oscar Crow es el maestro artillero del barco del corsario inglés, es un curtido marino de unos cuarenta y tantos años que sirvió en la armada real británica. El sargento Crow llega al puente del navío para responder a la llamada de su capitán.

- ¿Señor? - saluda con aplomo el sargento Crow.

- Oscar. ¿A esta distancia la batería de cañones tiene el suficiente rango para alcanzar al enemigo?

- Es posible señor, pero de seguro ellos no lo tienen.

- Bien, tomaremos el riesgo. Hay munición suficiente. Vuelva abajo y prepárense para una descarga cuando el barco este en posición. - ordena James.

- Si, señor. - se retira Crow.

James ordena prepararse para girar a babor y que la tripulación de cubierta se proteja todo lo posible.

- ¡Preparaos para el impacto! - grita el capitán.

Los dos barcos van de forma paralela en la misma dirección y el maestro artillero Oscar Crow da la orden de disparar los cañones de babor. Siete cañonazos resuenan y el barco se estremece un poco. El barco enemigo también hace una descarga de al menos diez fogonazos. Sin embargo, el barco de James solo es impactado por dos disparos, los demás caen al agua pocos metros antes de alcanzar el barco. Por otro lado, los siete disparos del "Halcón" se estrellan en su totalidad contra el navío enemigo.

- ¡Descarga perfecta señor! - se asombra Henry.

- De el crédito al sargento Crow. - dice el capitán sonriendo.

- Aún así siguen navegando señor, mire. - señala el primer oficial Henry Fox.

El barco enemigo continúa avanzando casi a la misma velocidad mientras va acercándose poco a poco, muy seguramente están preparando otra descarga y tal vez tengan munición explosiva, por lo tanto James y su tripulación están en grave peligro.

- ¡Capitán! Sugiero disparar con balas encadenadas a los palos del navío enemigo para dejarlo inutilizado.

- A esta distancia no tenemos rango aún y es muy peligroso acercarse, si nos acercamos seguro usarán munición explosiva para hacernos pedazos. Si nos arriesgamos será para golpearlos con fuerza. - dice James a Henry.

- ¿Qué hacemos señor? - pregunta Henry.

- ¡Arthur! ¡Ordena al sargento Crow que prepare las dos baterías con munición explosiva! - ordena James.

- Enseguida señor. - dice Arthur moviéndose rápido.

- ¡Tripulación de cubierta! ¡Preparad armas! - dice el primer oficial Henry Fox a la tripulación de cubierta.

El cazabarcos español se aproxima al "Halcón" pero antes de llegar a una distancia más cercana, toma la iniciativa y dispara una descarga simple contra el "Halcón", la cubierta es la parte que más impactos recibe. Par de tripulantes del barco corsario mueren al instante debido a los cañonazos y un pedazo de astilla de madera se incrusta en el muslo de otro de los tripulantes.

- ¡Un médico! - grita un marino cercano al herido.

- ¡Sullivan! ¡Lo necesitan allí! - señala Henry a Glen Sullivan, el médico de abordo.

El médico se dirige a raudo a atender al herido. Ya "El Halcón" está en línea paralela con su enemigo y está lo suficientemente cerca como para disparar.

- ¡Fuego todos! - ordena James.

- ¡Fuego todos! - repite Henry.

Todos los cañones de babor y toda la tripulación que se ha movido a ese lado de cubierta dispara contra el barco y la tripulación enemiga. Las lenguas de fuego de los fusiles de chispa sumado al estruendo de los cañones y el humo que crea una temporal cortina de niebla extraña provoca bastante confusión. Pero lo cierto es que se pudo ver como caían varios de los marineros enemigos debido al fuego de las armas de la tripulación del corsario James Shane. Además, los fuertes impactos recibidos a corta distancia por la munición explosiva disparada por "El Halcón" ha provocado daños serios e irreparables al navío español y por tanto este ha comenzado a crujir por todos lados, una señal inequívoca de que está a punto de colapsar y hundirse.

- ¡Desplegad todas las velas! ¡Salgamos del humo!

- ¡Rápido! ¡Suelten todo el trapo! - repite Arthur.

Mientras la nave de James intenta alejarse del otro barco, es visible que algunos de su tripulación han sido heridos también e incluso yacen muertos debido a los disparos recibidos. Se cuentan cinco muertos y unos siete heridos, a los que atienden lo mejor que pueden el médico Sullivan y la señorita Annabel que ha salido del camarote del capitán.

El barco enemigo se abre por diferentes partes y se empieza a hundir poco a poco. El resto de tripulación que queda intenta salvarse de las llamas y salta al mar buscando algo a lo que aferrarse para no ahogarse. Poco a poco "El Halcón" comienza a alejarse y gira de nuevo para retomar su curso hacia Curazo. Ya un poco más lejos, se observa como el barco enemigo revienta con una notable explosión y los marinos que han naufragado se apresuran a alejarse más de este para no ser alcanzados por la metralla y el fuego. James y Henry miran esto muy serios.

- Esos hombres... es probable que no duren mucho.

- No, es probable que no. - responde serio James.

- La vida es dura en este mundo. - dice Henry.

- No te preocupes, esta es una ruta comercial muy transitada, también es muy probable que pase pronto un barco por aquí y los pueda avistar. - dice James.

- Eso espero. - dice Henry esperanzado.

- Estoy seguro de que cuando zarparon en nuestra búsqueda no esperaban que este fuera su final...

- No señor, seguramente no. - dice Henry apenado.

- Mejor ellos que nosotros... - le dice James.


- Por supuesto señor, no se preocupe.

El Corsario SombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora