La máscara asesina

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La chica niega con la cabeza, aterrada. Su expresión parece sincera. James se relaja y la suelta. Está muerta de miedo.

- Kyle solo me dijo que llegarías y que podías asesinar a Valverde, solo eso. Lo juro. Yo solo hago lo que me dice mi padre, él es quien quiere muerto a Valverde. - dice la chica desesperada, pero es claro que dice la verdad, de lo contrario pudiera ser muy buena actriz.

- Bien... voy a creerte, pero en realidad lo único que me obliga a terminar esto es que di mi palabra. Considérate viva por la gran misericordia de Dios. - le dice James seriamente.

- ¿Qué piensas hacer? - le pregunta Susana.

James saca de un bolsillo un pequeño paquetito que parece contener algún tipo de polvo.

- ¿Sabes qué es esto? - le pregunta James a Susana.

- No. - dice la chica extrañada mientras observa el paquetito.

- Yo tampoco. - dice James despreocupado. - Pero según Anne, un poco de esto en un trago y nuestro amigo tendrá que ir de inmediato al baño. - explica James.

- ¿Y por qué no mejor un veneno que lo mate al instante? - se queja Susana.

- Así no es como hacemos las cosas. En especial yo. El veneno es un arma de mujer. - responde James.

- ¿Qué harás entonces? - pregunta Susana.


Unos minutos más tarde, después de haber escuchado la bebida que ha pedido Valverde al mesero, James se dirige rápidamente a la despensa, con mucho cuidado de que nadie lo vea, toma una botella de la bebida que ha pedido el español, la destapa e introduce en ella el contenido del paquetito que le dió Annabel. Espera hasta que el mesero que le llevará la bebida al importante cliente tome una de las botellas y luego lo sigue por el pasillo que lleva hasta el lujoso salón. James logra interceptar al mesero a medio camino.

- Buenas noches. ¿Me puede decir que botella es esta? - pregunta educadamente James señalando la botella que lleva el mesero en su bandeja.

- Buenas noches. Es ron "Príncipe" de 10 años de añejo. - responde cordialmente el joven.

James se gira hacia la cocina y pone un rostro de sorpresa.

- ¿Escuchaste eso? - pregunta James al mesero.

- No. ¿Qué cosa? - se sorprende el joven y voltea la cabeza hacia la cocina.

- No lo sé... Seguro algún caldero en la cocina. Continúe. - sonríe James al mesero.

James camina hasta el salón y hace una seña a Susana. La chica va hasta la mesa de Santiago Valverde y llama a su esposa, quien deja su asiento y se dirige hasta la joven. En ese momento llega el mesero, que entrega la bebida al burgués español.


No pasan dos minutos y Santiago Valverde se levanta de su asiento sintiéndose extraño y se dirige a los baños. Susana le ofrece de su propia bebida a la señora Valverde mientras ve como James abandona el salón en dirección a los baños.


Al llegar a la entrada de los baños, el asesino respira profundo para lograr una buena concentración, abre la puerta y al pasar la cierra tras de sí. Los dos guardaespaldas de Valverde están lado a lado frente a la puerta del servicio del que seguramente está usando su amo.


- Buenas noches. ¿Quién es usted? - pregunta uno de los guardias a James.


- Ya estoy saliendo muchachos. - dice Valverde desde dentro del servicio.


- "The Wolf". - responde James mientras atraviesa al unísono las gargantas de los guardias con sus dos hojas ocultas.


Valverde sale del servicio y pregunta con cara de horror:


- ¿Pero qué...?


- No es nada personal...


Valverde cae al suelo luego de que el filoso acero atravesara su corazón, queda tendido boca arriba con los ojos abiertos con una expresión de terror. El asesino sale rápido de los baños con cuidado de que nadie lo vea. De regreso a la fiesta llega hasta donde está Susana, quien despide a la esposa de Valverde, que se dirige a su mesa a esperar a que su esposo regrese de los servicios.


- Está hecho... - dice James en voz baja.


- ¿Cómo puedo estar segura? - pregunta con desconfianza la joven española.


- ¿Dudas de mí? - le pregunta James.


- No sabría decir... - se queda pensativa la chica mientras le mira a los ojos.


- Vamos... Tengo que irme, no queda mucho tiempo hasta que descubran el cuerpo. - le dice James al oído.


La chica se queda mirándolo de forma calculadora y se debate su decisión.


- Está bien... "Tabaco rojo", esa es la clave para que los hombres de mi padre te entreguen el oro. Vete ya, rápido. - le dice mecánicamente la joven.


En ese momento un hombre grita:


- ¡Asesinato en los baños!


Todos los presentes se sobrecogen y comienzan a murmurar y preocuparse. Un guardia del salón toma la palabra e intenta calmar a los invitados y dice:


- Nadie sale de este salón hasta que todo se resuelva. Hay que encontrar al asesino.


Pero la multitud está nerviosa y se mueve por todo el salón intentando salir. Esta es la oportunidad de James para escabullirse. La salida del jardín se toma por un pasillo lateral de la mansión. En un abrir y cerrar de ojos James ha salido del salón sin que nadie se de cuenta, pero al llegar al pasillo que dobla hacia la salida del jardín, tres guardias españoles vienen en esa dirección y James tiene que cambiar la ruta.

El Corsario SombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora