V

2.5K 315 66
                                    




Vio su reloj. Eran las siete de la mañana, pocos estudiantes estaban a esa hora fuera del salón, la mayoría tomaba clase dentro de cuatro paredes ahora, escuchando a alguien hablar, era época de examen. En su clase la mayoría contestaba un examen oral, él salió antes porque había sido el primero en pasar, voluntariamente, así que disfrutaba de caminar por los pasillos, mientras de vez en cuando acariciaba las taquillas de colores blanco, azul y más azul.

Esperaba que TaeHyung y Sana lograran sacar mejores notas que las evaluaciones pasadas, y es que ellos dos eran del tipo de estudiante que se aplicaba solo los últimos días, o las últimas horas. A veces les iba bien, a veces no tanto.

YoonGi estudiaba con esmero cuando quería, pero cuando no eran sus asignaturas preferidas, solo lo necesario, si no le gustaba Historia entonces no le ponía suficiente empeño al examen, igual no salía tan mal, regular, y para él estaba bien.

Aunque no recordaba si siempre fue así, honestamente.

Cuando uno es niño piensa que las cosas que ve a su alrededor serán así para siempre, pero eso no sucede, tu personalidad cambia. De eso estaba muy seguro ahora, él había cambiado, con ayuda de YoonGi y de sus amigos había recuperado la confianza de la que lo restringieron sus padres de niño.

Había descubierto un nuevo mundo de oportunidades al aspirar a ser alguien más sociable, como YoonGi. Alguien independiente y con gran confianza. Le agradaba ese sentimiento de ser autosuficiente para sí mismo.

Consideraba que lo estaba haciendo bien, siempre intentaba ser el mejor en clase y ganar reconocimiento de sus profesores, le servía de apoyo el orgullo de sus amigos, el orgullo de YoonGi.

Salió del edificio y se sentó en una banca vacía. No tardó mucho para que una compañera de un grado superior se acercara y se sentara con él.

—¿Tienes clase libre? —preguntó ella, casualmente, tenía una brillante sonrisa en su rostro olivo. JungKook recordaba haberla visto en basquetbol, él asistía regularmente también. Pero obviamente había compartido solo unas palabras, ya que él entraba solo en el grupo varonil y ella al femenil.

—No, salí temprano porque están haciendo examen en clase, pero me va bien en Cálculo, así que terminé antes que todos y la profesora me dejó salir.

La chica asintió y por un momento hubo silencio, después ella dijo:

—Yo pedí permiso para ir al baño, pero honestamente ya me aburría así que quiero ir a la cafetería, ¿Me acompañas?

El menor asintió sin decir palabra, no estaba haciendo prácticamente nada, así que podía acompañar a su compañera o hacer nada, tal vez él también compraría algo en la cafetería.

Llegaron al sitio y ella compró una malteada de fresa, mientras que él compró un jugo de durazno, sus amigos sabían que era su fruta favorita.

Se sentaron en las mesas del comedor.

—Siempre andas con tus tres amigos ¿No? —casi afirmó ella, sorbiendo por el popote de su vaso.

—Si, los conozco desde hace mucho.


El castaño asintió de acuerdo.

—Él siempre fue así, desde que éramos pequeños, él ha sido el más sociable, —se alzó de hombros sin analizar mucho eso— se le da natural ser muy carismático, aunque es especialmente protector con nosotros, nunca nos deja de lado, cuando algo nos da un poco de incomodidad o miedo es él el que toma la iniciativa para abordarlo, es alguien muy valiente y fuerte.

Rechazado •°• KookGi •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora