VII

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—¡No quiero que te vayas! —sollozó TaeHyung, sin importarle las personas en la calle que pasaban y lo miraban asustados por la tristeza del niño que exacerbaba a medida que pasaba el tiempo.

YoonGi también soltaba lágrimas de tristeza, pero una que otra también podía ser calificada de cálides y aprecio hacia el moreno, quien siempre estuvo allí para él y fue tan leal como nadie que hubiese conocido, era tan transparente que podía ver genuina melancolía en el menor al saber que partiría hacia otro país.

—No es mi decisión, TaeTae. —estaba explotando ese apodo al máximo en esos momentos, ya que se dijo que pasaría un tiempo antes de poder volver a llamarle así.

Sana a un lado ya se había despedido de YoonGi, y así, como los otros lloraba, aunque menos escandalosamente, tenía el rostro rojo y afligido por la partida de su amigo. La noticia la había agarrado por sorpresa y en esos momentos hasta había pensado en ofrecer su casa para que YoonGi se quedara con ellos en lo que su mamá volvía de trabajar. TaeHyung también pensó en eso, y él no tuvo vergüenza al ofrecer su casa como posible hogar para YoonGi hasta que la señora Min volviese.

YoonGi pensó un momento en la posibilidad, se dijo que sería muy feliz teniendo a alguien con quien hablar todas las mañanas y compartiendo cuarto con sus amigos, no obstante, también se dijo que le pondría muy triste no ver a su madre, así como dejarla irse sola.

Los adultos allí presentes, sonrieron con ternura y un poco de pena por los pequeños.

—Tae, no puedes separar a YoonGi de su mamá, además la señora Min se pondría muy triste al no ver a su pequeño. —esclareció a los niños el padre de TaeHyung, YoungBae, quien había llevado allí a TaeHyung, así como Akari, la madre de Sana, también estaba allí con ellos observando todo.

—Si, me pondría muy triste al no ver a mi pequeño revoltoso. —dijo Joohyun a la vez que daba un abrazo cariñoso a YoonGi, apachurrándolo y a la vez dándole un beso sonoro en su mejilla pálida.

El de piel morena hizo una mueca demasiado triste y YoonGi lo abrazó nuevamente, esta vez incluyendo a Sana en el acto. Así, los adultos miraron a los menores abrazados y los dejaron ser por unos minutos hasta que vino el jefe de todos, y, aunque no era horario laboral, todos se pararon un poco mejor y acomodaron levemente sus ropas.

A pesar de eso, Lee HeeYong habló informalmente a Joohyun. Y a los otros les sorprendió un poco, aunque no repasaron mucho su actitud, pues eran conocedores desde hace mucho tiempo de la atracción que su jefe sentía por la madre joven. Antes se hubiesen quejado por las preferencias que le daba, pero conociendo al jefe ambos concluyeron que podía resultar un arma de doble filo atraerle al jefe.

—Irene, ¿Nos vamos? —ignoró a todos los presentes, por lo que Joohyun notó inconscientemente su impaciencia, así que con sus brazos alejó suavemente a YoonGi de sus amigos.

—Es hora de irnos, cariño. —antes de introducirse en el carro, que ya tenía la puerta del pasajero abierta, YoonGi abrazó por última vez a TaeHyung y a Sana y a ambos susurró unas palabras que ningún adulto pudo escuchar.

—No se olviden de mí, yo no olvidaré que ustedes siempre serán mis amigos... —habló con sentimiento hacia ambos— Y díganle a JungKook que lo perdono y que... que espero que cambie su opinión y que también. —hipó— también lo quiero mucho.

Se alejó de ellos y con una última mirada entró al auto.

Joohyun ya había entrado, así que segundos después de cerrar la puerta el auto arrancó y avanzó hasta ser un punto pequeño en sus panoramas.

Rechazado •°• KookGi •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora