~LOVE~ [JinTae]

~09~

Para Jimin, aquel corto viaje al supermercado estaba resultando toda una aventura. Tal vez fuera lo más común del mundo para la mayoría de las personas, pero él jamás se había visto en la necesidad de visitar uno antes, mucho menos llevar un carrito y elegir qué comprar. Namjoon lucía como un experto, eligiendo los vegetales más bonitos a sus ojos, mientras el pelinegro lo observaba, fascinado con aquella nueva experiencia, y con la sonrisa de su novio. Él parecía feliz y hogareño, haciendo algo tan cotidiano como una visita al supermercado, en cambio, Jimin se cuestionaba muchas cosas que llamaban su atención. Veía gran diferencia entre las cosas que solían haber en su anterior casa, a las que metía Nam al carrito, y no entendía porqué los valores cambiaban tanto entre una cosa y otra. Jimin estaba acostumbrado a, simplemente, abrir la nevera y tener todo al alcance de su mano, sin detenerse a pensar cómo llegaban las cosas allí.

- ¿Quieres comprar algo en especial? – le preguntó el mayor, sacándolo de sus pensamientos. El pelinegro miró a su alrededor y negó. Solía comprar sus productos de cuidado personal en una tienda especial, y dudaba mucho que encontrara en ese simple supermercado de barrio, las marcas que él necesitaba - ¿Estás seguro? Puedo comprarlo para ti – el brillo nervioso en los ojos de Namjoon le advirtió que el hombre se sentía apenado y Jimin no terminaba de comprender por qué. ¿Sería que, a fuerza quería complacerle? ¿Estaría bien dejarle comprar cualquier cosa para no rechazarle? Park no estaba seguro, pero sabía que no le gustaba ese sentimiento permanente en su novio, como si se avergonzara de él mismo.

- ¿Qué tal unos chocolates? – propuso, al ver una pila de cajas, junto a la fila para pagar – Podemos darles un buen uso – le guiñó un ojo, borrando los vestigios de modestia en su expresión, reemplazándola por una más alegre y provocadora.

- Me parece genial – le lanzó un beso al aire, debido a la gente a su alrededor.

Aunque a Jimin poco le importó, abrazándolo por la espalda, rodeando su cintura con sus brazos, enterrando su nariz entre sus omóplatos. Namjoon se sintió cálido con ese gesto espontaneo, espantando todos sus fantasmas pasados, confiando en que las cosas con su novio resultarían bien, a pesar de la situación. Sonrió aún más amplio, cuando sintió la mano del menor, pellizcar traviesamente su trasero.

Pagaron por su modesta compra y regresaron a la casa, dispuestos a preparar algo para comer, disfrutando de su fin de semana. Era el primer fin de semana que Namjoon no tendría que trabajar, pues había hablado con Seokjin, explicándole que su madre y su hermana vendrían a visitarle. Jimin moría de nervios por conocerlas, pero en su interior, también temía que no le aceptaran, o que pensaran que no era el chico adecuado para su hijo. Namjoon podía notar sus ojos inquietos, mientras encendía la cocinilla, poniendo una olla con agua a hervir.

- ¿Pasa algo, bichito? – se acercó a él, quien apoyaba la cadera en el semi muro que separaba la cocina del dormitorio, con sus brazos cruzados. Lo tomó por la cintura con uno de sus brazos, alzando el mentón del menor con la mano libre, para que lo mirara - ¿No te gusta el ramen barato? – intentó bromear, aunque sospechaba que ese podía ser uno de los motivos, suponiendo que el chico estuviera acostumbrado a merendar deliciosas recetas, preparadas por los mejores chefs, en su antigua casa.

- Me gusta el ramen – asintió – Con Tae lo comíamos todo el tiempo, cuando salíamos de fiesta y me quedaba en su casa – comentó – Es bueno para el bajón de hambre que da luego de que la resaca te suelta.

- Demasiada información – acarició la pequeña nariz de su novio con la suya, en un dulce beso esquimal, antes de girar la cabeza y besarlo en los labios – No siempre viviremos así – prometió, sin perderse la mirada culposa en sus ojos claros – Te aseguro que buscaré la manera de... - su frase fue interrumpida por los brazos del menor alrededor de su cuello y su boca sobre la suya.