~LOVE~ [JinTae]

~11~

Namjoon estaba a poco de perder contra sus sentimientos. No quería... realmente, no quería hacerlo, porque Jimin estaba en todo el derecho de acomodar la casa a su gusto. Eso no era lo que le molestaba, sino el hecho de que, cada día notaba que aparecían más y más cosas, de apariencia costosa que era imposible que el chico hubiera comprado sólo con la venta de su ropa.

Miró con irritación la lujosa arrocera eléctrica, sobre la pequeña encimera de la cocina. Era de una marca reconocida y que se tomó el trabajo de buscar en internet para comprobar su valor. Pasó saliva con dificultad ante la cantidad de ceros que portaba el precio. Eso definitivamente no pudo ser comprado con el dinero reunido por el chico, y sabía de sobra que los ahorros que su novio traía de su casa, los terminó gastando en un nuevo celular, junto con la mitad de las ventas. Entonces, volvían las preguntas a bombardear su cabeza... ¿De dónde rayos estaba sacando tal cantidad de dinero? ¿Conservaría aún alguna de las tarjetas que su padre le había dado? ¿Serían obsequios? ¿Los trajo de su antigua casa?

Tarde o temprano tendría que tomarse el tiempo de hablar con su novio y aclararlo. Él se esforzaba en darle lo mejor que podía, manteniendo la pequeña nevera llena, además de invitarle a desayunar un par de veces a la semana en su cafetería favorita. ¿Acaso esos gestos no lograban reemplazar los lujos a los que el chico estaba acostumbrado? ¿Serían insuficientes?

Una amarga sensación de frustración se instauró en la boca de su estómago, y una vocecita desagradable en su interior le repetía una y otra vez que había aspirado a mucho, por pretender a un chico millonario, siendo él de clase social más baja.

- ¡Osito! – y ahí estaba la otra voz, esa dulce y aterciopelada, llamándolo con un apodo tierno, que destilaba amor por cada célula. Su novio, ese pequeño pelinegro con sonrisa de príncipe y cuerpo candente. Se lanzó a sus brazos, siendo recibido con besos y caricias, como siempre - ¡Ven a ver lo que me compré! – exclamó, lleno de emoción, con sus ojos casi desapareciendo en una línea, mientras lo jalaba a la entrada de la casa - ¿No es linda? – preguntó, observando atentamente la reacción del mayor ante la bicicleta que había adquirido esa misma tarde después de clases.

- ¿Cómo... hiciste para comprarla? – no pudo evitar preguntar.

- Sólo la compré y ya – le restó importancia – No te preocupes por eso.

- Ni siquiera sabía que necesitabas una – su tono permaneció un poco ido, procesando la situación.

- En realidad, no era tan necesaria – aclaró – Pero, es un manera rápida y económica de ir a clases a diario – Namjoon observó la marca de la bicicleta, sabiendo que de "económica" no tenía nada – Y Jeon y Tae no dejaban de burlarse de mí, por andar a la carrera todas las mañanas – intentó bromear.

- ¿Te preocupa mucho lo que piense la gente de ti? – soltó, sonando más rudo de lo que deseaba. La mirada de Jimin perdió el brillo inicial, detectando la acidez en sus palabras.

- No... aunque es difícil acostumbrarse, ¿sabes? – puso los brazos en jarras, en actitud defensiva – Nunca tuve que caminar más de lo necesario, y creo que una bicicleta es una buena inversión.

- Pudiste comprar una más barata – comentó, regresando a la cocina, fulminando la arrocera que minutos atrás le produjo todos esos pensamientos negativos, arruinando su tarde por completo.

- ¿Por qué te preocupa tanto si es costosa o no? – quiso saber, perdiendo la dulzura usual al hablarle – Intento no darte problemas, ni esperar a que me des dinero para las cosas que necesito, generando mis propios recursos... ¿Es eso tan malo?

- No lo es – elevó ligeramente la voz, preso de su frustración – Pero, no dejo de sentir que no soy suficiente para ti – confesó, sintiendo sus ojos picar – Mi casa pequeña, mi salario de barman, las pocas cosas que puedo ofrecerte... siento que no cumplo tus expectativas y que sólo te estás conformando con alguien como yo, esperando que en algún punto las cosas mejoren, como si, milagrosamente me fuera a convertir en millonario... ¡Y eso no va a pasar! – respiró agitado, tapándose el rostro luego de dejar escapar todas las cosas que estaban atormentándolo desde que su novio llegó a vivir con él.