~12~

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Kim Seokjin casi brincó de la cama al oír su alarma sonar, apagándola tan rápido como pudo, antes de que despertara su novio. Aquel sería el día y no podía estar más ansioso. Observó la bella imagen del menor, profundamente dormido, aferrado a su almohada, con sus labios estirados en un puchero inconsciente. Era tan adorable verlo así, que no pudo evitar acariciar su rostro suave, y su cabello rubio.

Sacudió la cabeza, recordándose que debía darse prisa, para alcanzar a tener todo listo a tiempo. Dejando al chico dormir un tiempo más, se dio una ducha y, después de vestirse, salió de casa.

De camino a su destino, aprovechó para llamar a quienes amablemente cumplirían la misión de guiar a Taehyung a su sorpresa.

- Buenos días, señor Kim – saludó el secretario de su padre, con tono cordial.

- ¿Cómo va todo, secretario Lee? – quiso saber, preso de las emociones que burbujeaban en su interior.

- Todo marcha de maravilla, señor – aseguró – Puede estar tranquilo... A las once en punto, el joven Taehyung será recogido y llevado al hotel – aclaró – De todos modos, estaré informándole cada movimiento.

- Genial – una sonrisa tiró de sus labios – Le diré a mi padre que les reconozca su trabajo extra.

- Es muy amable, señor Kim – agradeció – Buena suerte.

- Gracias.

Ahora sólo le quedaba llegar y esperar por su novio, y si todo resultaba bien, su futuro esposo.

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Un delicioso aroma se coló hasta el cuarto, donde Taehyung acababa de despertar. Su estómago hambriento pudo reconocer al instante el olor a café de grano y tostadas. Se levantó sólo en ropa interior, viendo una hermosa bandeja de desayuno sobre la mesa del comedor, con un pequeño ramo de rosas rojas a un costado.

- ¡Qué lindo! – sonrió amplio, yendo rápidamente hacia la mesa, ojeando a su alrededor, en busca de su novio, pero se vio solo en el departamento, permitiéndose chillar como un desquiciado por la ternura que le producían los detalles románticos de su novio.

No podía evitar sentirse como en un cuento de hadas, con la forma en que lo consentía el mayor, siempre pendiente de esas cosas que para él solían ser cursis, pero que ahora amaba.

Comió feliz, tarareando y balanceándose, mientras devoraba su desayuno, como un niño pequeño. El día iniciaba de forma prometedora y eso sólo lo podía hacer posible Seokjin.

Al llegar, no vio a Jimin por ninguna parte. Le preguntó a Jungkook, pero luego de que este le comentara que se pasó por su casa el día anterior, su preocupación aumentó.

- ¿Jimin y Namjoon pelearon? – casi chilló ante su sorpresa.

- Él dijo que no era así, pero yo creo que la cosa se les está saliendo un poco de las manos, después de que se fueron a vivir juntos – comentó – Es apenas lógico... ¿Cuánto llevan saliendo? ¿Seis meses? – Tae alzó una ceja, considerando que él llevaba menos tiempo con Seokjin y eso no fue impedimento para mudarse con él – No te ofendas, pero ya sabes lo que pienso de todo esto.

- Sí, sí... - le restó importancia, rodando los ojos – No entiendo porqué no me lo dijo a mí... soy su mejor amigo... no te ofendas – repitió sus palabras, aunque Jungkook sólo se encogió de hombros.

~LOVE~ [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora