~LOVE~ [JinTae]

~08~

Para cuando la humilde morada de Namjoon estuvo frente a sus ojos, Jimin había dejado de llorar. Todos los sentimientos de frustración y tristeza, lentamente quedaron atrás, así como avanzaban por la carretera, quedando únicamente la burbujeante felicidad y la expectativa del futuro junto a su novio. Sin embargo, no pudo evitar sentir el impacto de la realidad sobre sus hombros, al entrar en el recibidor de treinta centímetros exactos para descalzarse, notando que el resto del lugar no era más grande que su antiguo cuarto. Literalmente, la vivienda entera, cabía en los 16 mts2 que poseía su habitación en la gran mansión de los Park, y le sobraba.

- Bienvenido a casa – comentó Namjoon, viendo el rostro contrariado en su novio. Él era consciente que el chico estaba acostumbrado a una serie de lujos que no poseía y que, en un buen tiempo, no podría darle, pero quería que juntos hicieran de aquel lugar, su hogar, hasta que consiguieran algo mejor – No es mucho... lo sé, pero... - Jimin salió de su letargo, al oír la vergüenza en su novio, sintiéndose apenado por su primera reacción. Se aproximó al mayor y lo besó, regalándole luego una bella sonrisa de dientes blancos y ojos entrecerrados.

- Es perfecto – aseguró. En su mente pensó que sería una buena manera de entretenerse, poniendo su toque en aquella diminuta casa, para sentirse más a gusto – Además, tú estás aquí y con eso me basta.

Juntos, metieron las maletas dentro de la habitación, sin embargo, éstas ocupaban el poco espacio disponible para caminar, por lo que Namjoon se ofreció a ayudarle a vaciarlas.

- Pero, son casi las cinco de la madrugada... - un bostezo involuntario se escapó del pelinegro y el barman estuvo de acuerdo en que era mejor dejarlo para mañana.

- Bien, vamos a la cama – los ojos del más bajo, brillaron ante esa invitación.

Desde que comenzaron a salir, aquel aspecto había sido todo un desafío, pues bastaba con que se besaran para que las ganas de ir más allá, los dominaran. Sin embargo, muy pocas veces conseguían hacerlo, porque el trabajo de Namjoon no le permitía demasiado tiempo libre. Pero, ahora que no tenían ningún tipo de impedimento para hacer el amor, las terminaciones nerviosas de ambos, se encendieron al instante, sólo con la idea de ir juntos a la cama. Jimin ni siquiera fue consciente del jadeo que soltó, antes de lanzarse sobre el mayor, enredando sus piernas a las caderas del otro, al tiempo que le devoraba la boca con entusiasmo. Namjoon tampoco se tardó en tomarlo por los glúteos, presionándolo contra su propia entrepierna para rozarse deliciosamente, buscando fricción, estimulándose mutuamente.

Cayeron sobre el colchón, sus bocas unidas y afianzadas, con sus lenguas jugando una batalla a muerte. Jimin ahogaba suaves y agudos gemidos en su boca, con el calor subiendo desde su estómago, hasta su pecho, quemándole la piel, produciéndole la imperiosa necesidad de despojarse de su ropa, y ser llenado por su novio.

Namjoon se encargó de cubrirlo de besos, al tiempo que lo desvestía. Le desabrochó el jersey de punto que traía puesto y bajó sus pantalones, lanzándolos a un costado, para acariciar con sus grandes manos, las suaves piernas y sus caderas bien definidas. Atrapó el elástico de su bóxer, bajándolo lentamente, dándole una mirada divertida a su novio, quien observaba expectante cada movimiento del mayor sobre su cuerpo. Su miembro brincó al ser liberado y Namjoon no tardó en lamerlo y desquiciar al pelinegro con su lengua experta.

Y quizás fueron las emociones acumuladas en su interior, la libertad que sentía ahora que no vivía bajo el mismo techo que sus padres, o simplemente porque eran él y su novio en su propio mundo, que su corrida lo golpeó rápido y fuerte, agotando todas sus fuerzas, dejándolo adormecido y sin energías.

El moreno notó lo cansado que su pequeño novio lucía, luego de vaciarse directamente en su garganta, por lo que, olvidando el gran bulto en sus pantalones, lo arropó y se metió a la cama con él, luego de quitarse su propia ropa. Ya tendrían tiempo de ponerse al día, cuando la mañana llegara.