~04~

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El fin de semana estaba terminando para Taehyung y Seokjin, quienes sólo habían ido del departamento de Jin al del rubio, porque este último se quejó de no tener más ropa para cambiarse. La pareja estaba contemplando el atardecer, sentados en el sofá que el chico tenía en la azotea. Entre los edificios de la ciudad, podían apreciar cómo el sol se iba ocultando lentamente, mientras el pelinegro ajustaba el agarre en la cintura del menor, besando su cuello y aspirando su aroma en él.

- Antes de que llegaras ayer a gritarme con el megáfono... - murmuró Jin, iniciando una conversación más que necesaria entre ellos – Hobi me contó una historia muy triste, de porqué él ya no creía en el amor – Tae giró ligeramente su cabeza, para mirarle – Eso me hizo pensar en ti... ¿qué fue lo que viviste antes de conocerme, que te quitó esas ganas de enamorarte? – soltó la pregunta.

- No lo sé... digo, nunca he sido una persona demasiado romántica – comenzó a analizarse el rubio – Pero, si hay un evento desafortunado... en mi adolescencia... - recordó, y Seokjin sabía que había dado en el clavo.

- ¿Quieres contarme? – preguntó, sin dejar de acariciar su cintura.

- Fue hace bastante, no tiene importancia – intentó zafar, sin embargo, parecía ser importante para Jin conocer su vida y las experiencias vividas que lo llevaron a ese punto, por lo que se dijo que no tendría nada de malo contárselo – Aunque... si quieres saberlo, te lo diré – Jin se limitó a asentir, dejando un beso en su sien.

El rubio se acomodó, para quedar sentado frente a él, con sus piernas entrelazadas en una posición extraña, pero cómoda.

Taehyung, a la edad de 17 años era muy diferente al hombre que es en la actualidad. Solía sonreír todo el tiempo y creía en el amor a primera vista, luego de conocer a Min Yoongi, el chico conocido en el instituto por ser un jugador. Tae era ingenuo y pensaba que, si lograba entrar en su círculo social, también conseguiría la atención de Yoongi y, por ende, su amor. Él estaba determinado a enamorarlo a como diera lugar. Jimin, quien era su amigo en ese entonces, no dejaba de repetirle que era un iluso, y que Min no era el tipo de chico que se enamorara, porque sólo buscaba follar y desechar. Taehyung era terco como una mula, negándose a rendirse, a pesar de las palabras bien intencionadas de su mejor amigo, acusándolo de envidioso.

En su terquedad por ser parte del mundo que envolvía a Yoongi, Taehyung comenzó a asistir a las fiestas que el grupo organizaba lo más del tiempo, escapando de casa por las noches o mintiéndole a sus padres, diciendo que iría a estudiar a casa de Jimin. Sus padres jamás sospecharon de nada.

En las fiestas, conoció el lado más oscuro de los adolescentes, aquel que estaba en contacto con el alcohol, las drogas y el sexo desenfrenado, sólo por pasar el rato. Taehyung no se sentía cómodo en esos lugares, pero sabía que, si quería llegar a gustarle alguna vez a Yoongi, tendría que adaptarse y ser como ellos.

La primera vez que fumó un cigarrillo, fue de la mano de una de las amigas de Min, quien rio histéricamente al verle toser con los ojos enrojecidos. Sin embargo, en su empeño por ser parte del grupo, continuó haciéndolo hasta que la quemazón de su garganta y pulmones fue soportable, creando un hábito rápidamente. Jimin fue el primero en poner el grito en el cielo, al verlo tomar un cigarrillo, una tarde después de que las clases acabaran, y llevarlo con experticia a su boca para encenderlo.

- ¿Estás demente? – se alarmó el más bajo - ¡Estas cosas te matan, por si no lo sabías!

- ¡Déjame en paz! – gruñó el otro, apartando la mano de su amigo que amenazaba con tirarle el cigarrillo lejos - ¡Ya no soy un niño!

- Lo que eres, es un idiota.

Su amistad se vio afectada por la nueva vida que estaba llevando, y aunque le dolía estar distanciado de Jimin, Taehyung se consolaba a sí mismo, asegurándose que cuando tuviera a Min Yoongi como su novio, todos sus esfuerzos valdrían la pena.

~LOVE~ [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora