III- Declaración de guerra

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La reunión finalizó. Taiki se levantó del sofá, ayudado por Nene y Akari, tomando una gran bocanada de aire. El dolor le molestaba, pero era consciente de que su nuevo papel era demasiado crucial como para quedarse a descansar. Demasiadas cosas estaban en juego. Demasiadas vidas.

Kiriha bajó rápido de la planta de arriba. Llevaba algo en sus manos y esbozaba una pequeña sonrisa. Se acercó a su pareja, para tenderle una gafas de montura de hierro, similares a las se le habían roto, pero con algunos matices rojos.

—Supongo que las necesitarás para mantener tu emblema oculto. Las tuyas se rompieron en el DigiQuartz. Es lo más parecido que he podido encontrar a lo que llevabas.

—Tranquilo, me sirven a la perfección.

Se las puso. Sus ojos grises relucieron con luz momentáneamente, aunque el cristal de las gafas lo ocultó . Su sonrisa se transformó en una expresión seria y endurecida. No podía negar que no estaba asustado, porque lo estaba. De él dependían demasiadas cosas.

—Taiki-san —Tagiru llamó a su mentor, poniendo una mano en su hombro—. Todo va a estar bien. Pero debes protegerte a ti mismo... usar un seudónimo. Si ellos supieran quién eres...

—Sí. Puede ser peligroso para todos. Para mi madre... no puedo permitir que nada la pase —miró a todos los presentes—. ¿Estáis todos listos para el plan?

—Perfectamente —Yuu asintió, con su Xros Loader en la mano y una mirada firme—. Nosotros vigilaremos el DigiQuartz mientras tú vas al Digital World. Revisaremos cada lugar posible y te mantendremos informado de lo que veamos.

—Kiriha y yo vigilaremos todo. Lo que hagan los Hunters será mi trabajo principal, aunque ayudaré a Kiriha a vigilar tus pasos —Nene sonrió, con su Xros Loader sobre la mesa del comedor—. Y Tagiru tiene razón, necesitas un seudónimo... como Rouge.

Taiki no pudo más que rascarse la nuca ante el ingenio de la Idol. Era algo obvio, pero era la mejor opción que tenía. Buscó su transmisor. La última vez que estuvo con sus amigos digitales pidió a Ballistamon que hiciera una nueva forma para el transmisor. Que fueran similar a un auricular, pero muy pequeño. Así que, lo sacó, para ponérselo en el oído.

Los demás sacaron el suyo, exceptuando a Kiriha y a Nene, que tomaron posiciones en el sofá, con ambos Xros Loaders encendidos sobre la mesa. Xros Heart y Hunters se veían nerviosos. Todos ellos compartían la opinión de que algo malo estaba pasando. De que alguien estaba tergiversando las cosas para provocar una guerra entre ambos mundos.

—Tagiru. Quiero que paséis por el DigiQuartz de la ribera. Contacta a las Leyendas. Explícales las situación. Ponlas en el canal cuatro, para que yo también pueda oírlas. Pero diles que no intervengan. Deben estar informados por si la guerra se extiende a sus dimensiones...

—Eso sería un problema —se quejó Akari—. Pasemos por mi casa para coger cosas para defendernos.

—Aquí tengo varias armas. Pero contra los Digimon no sé si serán eficaces —propuso Kiriha.

—Podemos robar los planos de las armas Anti-datos —Ryouma esbozó una sonrisa divertida—. No digo que hoy, tenemos una misión. Pero si robamos esos planos, podemos crear nuestra propias armas, menos letales. Necesitamos defendernos con algo que sea eficaz.

Taiki asintió ante eso. Con un gesto de su mano, se despidió, para ponerse en marcha hacia la oficina. Los nervios causaba que sus manos temblaran con levedad. Tomó una bocanada de aire. Su misión empezaba ahora.

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Ailish y David esperaban junto a varios militares. Ellos iban a ser la comitiva que iría al Digital World, junto al joven embajador. Ambos adultos compartían una sonrisa cómplice, mientras examinaban los datos en la tablet.

Digimon Future: Xros WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora