El plan era sencillo. Entraban a la Sede por el DigiQuartz, guiados por Taiki, quien era el que mejor conocía la zona, esquivando a las Amalgamas, tomaban un par de las armas que estaban en una sala tipo bunker y salían. No podían entretenerse mucho tiempo o podrían ser descubiertos.
—Mi departamento no está precisamente en esa zona —explicaba el General Rojo—. Yo soy del departamento de relaciones públicas, situado en la planta superior. Así que por nada en el mundo podemos ser descubiertos...
—Entrar y salir —repitió Ryouma—. Trabajo como espía, he hecho muchas veces misiones como esta... Incluso me infiltré en la empresa de Kiriha-san hace un par de años.
—¿Que hiciste qué? —fue la queja del empresario, cruzándose de brazos, ante la carcajada de todos—. ¿Qué diablos hiciste?
—Temas de seguridad. Nada más. Querían de ver cómo de seguro era el edificio. Pero claro, yo aprovecho algo que los demás no.
Como respuesta, sacó su Xros Loader Verde. Esa era la gran ventaja de Ryouma. Era un Hunter. El uso del DigiQuartz por parte de la Séptima Generación, e incluso por la Sexta, era algo muy normal. Era su refugio. Su lugar de escape cuando la realidad era demasiado abrumadora.
—Nene también hubiera sido una buena espía —la sonrisa que Taiki tenía en sus labios hizo que los más jóvenes le miraran—. Ella durante las Xros Wars usaba muchos disfraces para infiltrarse en la base de los Generales de la Muerte... Nos salvó el pellejo más de una vez.
—¿Dices aquella vez que intentasteis pasar por Myotismon? —Kiriha miró a su pareja y a la castaña, alzando una ceja, causando el sonrojo de la General—. Sí, Nene y sus disfraces eran sorprendentes.
Todos compartieron una carcajada. Takuya mostraba curiosidad, pero no preguntó. Se fijo en las gafas que llevaba. Que él recordara, nunca había tenido miopía. ¿Entonces, por qué llevarlas?
—Taiki, ¿para qué son las gafas? —preguntó, mirándole atentamente—. Hace unos años no las llevabas...
—Oh —la sutil risa que escapó de sus labios causó el sonrojo de Kiriha—. Es por mi emblema. O al menos eso pienso.
La Salamandra casi que se levantó de un salto. En sus ojos se veía reflejada la sorpresa. La alegría. Un par de llamas se escaparon de él ante eso. Los emblemas. Siempre habían pensado que ya no habría más. Que con la Quinta Generación habían muerto. No dudó en acercarse rápido al General, que se retiró las gafas, para que el híbrido pudiera examinarle.
Puso sus manos en sus mejilla, para mirarle directamente a los ojos. En los de Takuya se vio arder su indomable llama. En los de Taiki, en cambio se veía resplandecer una cálida luz. Una que crecía poco a poco.
—Increíble... —todos tenían puesta sus miradas en la Cuarta Leyenda—. Sí. Tu emblema está comenzando a despertar. Es... una luz. Pero no como la de Hikari-san. La de ella te llena de valor. En cambio, la tuya... es muy cálida. Tampoco es como la de Kouji, la de él inspira confianza para la batalla.
—¿Por qué es Luz? —preguntó Airu—. ¿Y qué es eso de los emblemas?
—Los Emblemas son las cualidades que nos representan —Takuya hablaba con calma—. En nosotros los elegidos aparecieron con la Primera Generación y así consecutivamente hasta la Quinta. Hasta la fecha, no había indicios de que en vosotros fueran a despertar o a aparecer. Pero esto lo cambia todo.
—¿Qué tiene de especial poseer un Emblema? —fue la pregunta de Ren, que estaba tomando algo de vino en su copa.
—Nos da poder. Un poder que cada uno de nosotros podemos usar. Podemos manifestarlo, usarlo como arma ofensiva o defensiva. Puede potenciar las evoluciones de nuestros compañeros... me atrevo a decir que los Emblemas, despierten o no, nos mantienen con vida —su mirada se posó en el Hunter Escarlata—. En la visión que tuve, ahg, ya no sé si llamarla visión, sueño, premonición..., en fin, vi cómo Tagiru despertaba su Emblema. Recuerdo que Taichi dijo que era el de los Sueños...
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Digimon Future: Xros Wars
FanficHan pasado dieciséis años desde que Quartzmon atacara el Mundo Humano. Ahora, desapariciones masivas en el Digital World han causado que las relaciones entre ambos mundos se tensen tanto hasta alcanzar una guerra. Taiki, analista de relaciones públi...