Thirty Kisses {Karmagisa/Nagikaru}

2-. Besar la lágrima que aún no ha caído de su pestaña

Estaban a pocos días de realizar el examen de aquel tema de matemáticas, tema que toda la clase lo manejaba a la perfección menos el celeste, y por eso, andaba casi siempre con el libro de la materia todo el día, tratando de entender cómo se tenía que hallar la x, aunque no lograba entender nada por mucho empeño que le pusiese. 

Era la hora del recreo y Shiota se encontraba en la parte trasera del edificio comiendo y leyendo de nuevo el libro de la maldita asignatura, ¿cuántas veces había leído esas páginas? No lo sabía concretamente, pero demasiadas. Se le pasó por la cabeza hablar con el profesor amarillo después o antes de las clases y explicarle su situación, pero no se atrevía por el echo de que este había preguntado muchas veces si toda la clase entendí y él nunca levantó la mano o comentó algo al respecto. Resumiendo, estaba perdido.

-Ne~ Nagisa-kun. -El pelirrojo apareció delante suya con una mano en los bolsillos y con la otra agarrando su jugo de frutillas. Nagisa no sabía cuanto tiempo había estado su mejor amigo y platónico delante suya.

-¿Hm? Dime, Karma-kun. -Le dijo sin apartar la vista del libro. Akabane se sentó a su lado sin apartar la vista de él.

-No paras de mirar ese dichoso libro, ¿acaso aún no entiendes algo e intentas aprendelo por tu cuenta? -Dijo con algo de burla en su voz, al ver que el otro asentia, se mantuvo en silencio.

-No entiendo las ecuaciones, no sé cómo se debe despejar la x y mucho menos sé cómo se despeja la x y la y, queda ¿cuánto? ¿Dos días para el examen? Y yo estoy aquí sin saber cómo se hace está cosa. -Se quejaba pasando las página del libro rápidamente y cerrándolo con algo de rabia, el pelirrojo solamente le escuchaba sin hacer comentario alguno. -Llegará el día del examen, yo no podré hacer nada porque no sé hacer nada de esto, suspenderé y recibiré uno de los tantos castigos de mi madre cuando se enfada porque soy un completo inútil y mucho más en matemáticas. -Comenzó a hablar rápidamente sintiendo como sus como sus ojos de cristalizaban a medida que hablaba, Karma al notar esto último agarró con gentileza el mentón del menor para darle un beso en el lagrimal antes de que la lágrima saliese. Dejando a Shiota con un ligero sonrojo en sus mejillas y su corazón latiendo con más rápidad.

-Respira para que te relajes, me das el libro y yo te lo explicó. Si ves que no entiendes algo que explique el pulpo, me puedes decir y yo te lo explico sin problemas, aunque te lo tenga que explicar mil veces de mil maneras distintas. ¿De acuerdo? -La tranquilidad con la que decía esas palabras lograron calmar por completo a Nagisa quien solamente asintió y cogió el libro. 

Ambos pasaron lo que quedaba del descanso sentados en el mismo sitio, uno explicando al otro con seguridad y lentitud y el otro apuntando las cosas que veía necesarias y haciendo los ejércicios que le ponía, entendiendo todo perfectamente.

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Escrito: 13/05/2020