3-. Un beso enfermizo

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Ella parecía no entenderlo, parecía no comprender que el chico de cabellera celeste era suyo, y ya se estaba hartando.

La peliverde siempre estaba cerca de su chico, siempre le seguía, siempre opinaba lo mismo que él, se metía cuando estaban hablando los dos solos, parecía su perra.

-Karma, ya te lo dije. Nagisa y yo solo somos amigos, no le veo de otra forma. -Le dijo la chica, ya se estaba cansando de los enfermizos celos del pelirrojo, pero los aguantaba porque su mejor amigo parecía estar feliz con él. 

-Pues alejate de él, ya pareces su puta perra. -Contestó apoyándo en la mesa de la cocina. Los dos junto a Shiota habían quedado para pasar la tarde hablando o simplemente para pasar la tarde, pero este último parecía no llegar nunca.

-¿Por qué me tienes tanto odio? Te he dicho mil veces que solo lo veo como un amigo, además, no tienes que insultarme así de gratis. Y si me metiese en vuestra relación, lo hago por su bien. Porque no está seguro contigo, le tienes celos a cualquiera que se le acerque, ese tipo de relaciones no son sanas y nunca acaban bien.

-Callate, no tienes ni puta idea de lo que hablas. ¿Qué mierda vas a saber de relaciones si nunca has tenido una? ¿Si nunca nadie te ha querido si quiera? -Apretaba sus puños fuertemente, parecía que en cualquier momento se iba a tirar encima de la chica para matarla a golpes.

-Primero, estate tranquilo, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte.

-¡Ha! ¿Arrepentirme de qué? ¿De darle a una zorra toca cojones lo que se merece por estar metiendo las narices donde no le llaman? Dudo demasiado de que me arrepienta de algo así. 

-... -La contraria permaneció en silencio, mirando a otro lado, era consiente de lo que podía llegar a suceder si Akabane perdía la cordura, y, obviamente, no quería que nada saliese mal ni estar perjudicada. -Bien, siento todo lo que hice. -Trago duro al ver que el chico no estaba en frente de ella, y antes de que pudiese girarse para buscarlo, sintió un cuchillo clavado en su cuello.

El pelirrojo la empujó fuertemente al suelo para apuñalarla como un desquiciado en el pecho, llegando a unas, ¿sesenta apuñaladas más o menos? No lo sabía con certeza, pero tampoco le importaba en lo más mínimo.

Una vez calmado al levantar la cabeza, observo a su novio, quien lo miraba sin expresión alguna.

-¿Esta vez por qué fue? -Cuestionó cuando su pareja se había levantado, quedando en frente de él.

-Llevaba unas semanas pidiéndomelo a gritos, además, ya no la soportaba más -Dijo con desprecio soltando el cuchillo con ira. -Pero bueno, ya estaremos mejor ahora que la zorra murió.

El menor se veía con una sonrisa de locura y psicopatía, además de que estar lleno de sangre no ayudaba de mucho a su imagen. Aunque a vista de Shiota, quien tenía el mismo nivel de cordura que su pareja, se veía extremadamente atractivo y delicioso.

Sin pensarlo dos veces, saltó enrrollando sus piernas en la cadera del más alto y los brazos en el cuello de este para besarlo de forma realmente necesitada.

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Escrito: 14/05/2020

Thirty Kisses {Karmagisa/Nagikaru} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora