— Paula, nos vamos. Coge el abrigo.
Raquel se disponía a salir con su pequeña a dar un paseo. Tenía pensado ir a la tienda de antigüedades a comprarle algo a su hermana. Ella lo detestaba pero por algún motivo, su hermana era la mayor fan de los objetos antiguos. Cogió las llaves de casa, cerró y ambas salieron del edificio cogidas de la mano. No había nada que le gustase más que coger a su hija de la manita. Sentía que así estaba protegida de cualquier cosa. Entraron a una heladería, a una tienda de ropa y a la tienda de antigüedades. Allí le compró un reloj bastante bonito pero que Raquel nunca metería en su casa. Salió contenta de la tienda. Quedaban un par de semanas para el cumpleaños de su hermana pero ya no tendría que pensar más en el dichoso regalo. Odiaba tener que hacer regalos porque nunca sabía qué regalar. Esta vez tenía la idea porque fue su propia hermana la que lo comentó.
Paula le estiró de la mano a su madre para que le hiciese caso.
— ¿Qué pasa?
— Mami, quiero chuches.
Raquel miró a su izquierda y vio el escaparate de una tienda de chucherías. Hasta a ella se le hacía la boca agua.
— Está bien pero solo vamos a comprar un par de chuches. No vamos a terminar con la bolsa entera como la última vez.
La pequeña sonrió muy contenta. Sabía que su madre cedería. Entraron por la puerta. Paula salió corriendo cuando vio que en la tienda había una pequeña piscina de bolas y se metió en ella. La dependienta sonrió.
— Hola. — Dijo Raquel.
— Buenas tardes. — Respondió la dependienta. — ¿Qué necesita?
— Pues... Veníamos a coger unas golosinas pero ahora no sé si voy a poder sacar a mi hija de esa piscina.
— Dele un caramelo y ya verá como sale corriendo. — Ambas sonrieron.
— Voy a coger una bolsa y a llenarla. Le he dicho que no iba a coger muchas pero...
— A mí me pasa lo mismo. Trabajo aquí desde hace años y no me canso de las golosinas.
Raquel se dirigió a la pared donde estaban todas las cajas de golosinas. Comenzó a llenar la bolsa de regalices, fresas, moras...
— ¡La niña!
Se giró de golpe ante el grito de la dependienta que salió corriendo detrás de Paula. Una de las pelotas de la piscina, había salido de la tienda y la pequeña fue detrás para recogerla. La pelota acabó en la carretera y la niña en brazos de la dependienta.
A Raquel se le cayó la bolsa al suelo del susto y salió corriendo a por su hija.
— Paula, ¿estás bien?
— Sí, mami.
— Dios mío... Muchas gracias. Si no llegas a cogerla... No sé qué hubiese pasado.
— No es nada. Se ha quedado en un susto. Vaya bajada de azúcar, de repente.
— Y tanto... — Las tres entraron en la tienda, de nuevo. Esta vez la puerta quedó bien cerrada. Raquel estaba pálida del susto. Dejó a Paula sentada en una pequeña silla y recogió todas las golosinas que cayeron al suelo.
— No se preocupe. Coja una bolsa nueva. Ya me encargo yo.
— No. Suficiente ha hecho ya. Acaba de salvar a mi hija y encima va a tener que recoger lo que yo he tirado. Pues no. — La dependienta pelirroja se agachó y le ayudó a recoger todo lo del suelo. Sus manos se rozaron durante un segundo y sintió como se le aceleró el pulso. Se miraron entre ellas unos segundos. Raquel retiró la mirada y se aclaró la garganta. — Bueno, ya estaría. Voy a coger otra bolsa.
La pelirroja se levantó y tiró a la basura la bolsa vieja mientras Raquel llenaba, de nuevo, la bolsa. Cuando la tuvo bien llena, se dispuso a pagar.
— Vaya... No he sacado dinero suficiente. ¿Puedo pagar con la tarjeta de crédito?
— Por supuesto. Sin problemas.
— Estupendo.
La dependienta le acercó el datáfono y Raquel tecleó su código. Cogió las chucherías, la bolsa con el regalo.
— ¿Quiere el ticket?
— No, puede tirarlo. Gracias por todo. Volveremos cuando se nos acaben las chuches. — Rió.
— Gracias a usted. Espero que vuelvan. — Sonrió y suspiró cuando vio a Raquel marcharse de la mano con su hija. La niña se despidió de la dependienta con la mano. — Hasta pronto.
— Adiós — Se despidió Raquel.
Alicia miró el ticket durante unos segundos.
«Ojalá supiese tu nombre y no los cuatro dígitos de tu tarjeta de crédito.» — Pensó.
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Raquel & Alicia | ONE SHOTS
FanfictionOne shots de Raquel Murillo y Alicia Sierra (La Casa De Papel) Iré actualizando según tenga ideas. Ninguna de las historias estarán enlazadas entre ellas excepto algunas que, quizá, tengan partes porque queden muy largas. Las fechas son completamen...