Capítulo 8

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Buscar un traje para la boda de Dante Fiore no es tarea fácil. No es como si Franco pudiese hacer una elección cualquiera, pero tampoco es como si pudiese realizar una elección superficial. Es sábado por la noche y el profesor de arte ve a Angelo por medio de la pantalla, el menor de los Fiore se coloca la corbata de un traje azul marino con detalles triangulares, un traje Gucci que había salido en colección hace pocos meses.

—¿Cuándo vienes? —cuestiona Franco, mientras hojea una revista de trajes. Angelo observa a su querido amigo y ejemplo de vida por medio de la pantalla—, puedo ir por ti al aeropuerto. ¿Qué estás haciendo con Blue Moon?

—Ella me está ayudando a conseguir la casa en donde viviré con Ethan —le informa, nuevamente, el chico a su mayor. El albino cruza sus piernas y alza un poco las cejas, su rostro tan neutro es fácil de leer para Angelo, quien se observa en el espejo de su departamento en Italia.

—Ya veo, ¿Cuándo vienes? ¿Cuánto tiempo más dejarás en suspenso a Ethan? ¿No es suficiente con la muerte de su hermana? Es Tamhre quien está con él.

—Pero fui yo quien le puso el anillo —interrumpe Angelo y Franco se pone de pie.

—Voy a colgar. No quiero hablar contigo en este momento —Franco le sonríe suavemente al menor y Angelo se ve trotando hacia su portátil para poder acercarse mejor a la cámara y pantalla, de esa forma poder fruncir el ceño y observar a su querido Franco.

—¿Qué te pasa, Franco?

—Tengo derecho de no querer hablar contigo, Gelo. Eso es todo. De todas formas, has lo que desees. Recuerda que Dante se casa en dos meses, tienes que estar aquí el próximo mes o haré lo posible para hacerte la vida una mierda. Ciao.

Si bien todo el mundo sabía que Franco amaba a Angelo, aquellos sentimientos ya no estaban ahí. No después de toda la historia con Ethan y la capacidad de Franco para comprender las cosas. De esa forma, las cosas podrían haber cambiado entre los dos italianos, sabía que era difícil para Angelo el escuchar que le hablara pesado, pero tampoco es como si pudiese hacer mucho para cambiar aquello.

Últimamente, Franco se preocupa mucho más por Scott, Poe y Dante... pero por Dios, su corazón siempre estaba al pendiente de Rin. Es como un virus peligroso que recorre su mente y se adentra de forma tortuosa, poco profesional, haciéndolo sentir como una mala persona.

Es agradable, Rin es arte y él adoraba el arte. Hace muchos años que había perdido su capacidad para admirar o producir arte real, el mundo no puede diferenciar el arte no real del real, normalmente dan a relucir comentarios "profesionales" sobre obras, pero todo aquello era una tremenda basura.

Franco había escuchado a la gente admirando su trabajo "es arte" "una belleza" "me hace sentir nostálgica" "me hace sentir necesidad de adentrarme a sus líneas sin pesar" ¡Cuando sólo había estado trazando líneas sin sentido! Eso no era arte, era mentir y salir de su obligación como pintor. Aunque, ahora mismo solo hay colores pastel adentrándose a su mente, algo como una combinación renacentista con esos detalles en dorado muerto, los pétalos de colores no brillantes.

El sudor bajando del cuello...

Los labios rozando el micrófono...

La forma en la que las rodillas se doblaban cada vez que su cuerpo rozaba la nada...

O bien los ojos cerrados...

Es un éxtasis de imágenes sucias que pasan por su cabeza. Se ve en un momento horrible de su vida, porque es la primera vez que tiene ese tipo de sentimientos con alguien como un alumno. Por Dios, había compartido muchos momentos con antiguos alumnos o alumnas, pero con Rin todo es diferente.

El arte de tu torpeza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora