Me myself and I (Albalia)

Capítulo 14

Presioné el botón que quitaba el seguro y alarma para que pudiéramos subir al auto

-¿A dónde iremos?- preguntó Elena sonriente

-Iremos al centro comercial, a buscar el vestido más lindo

El trayecto al centro comercial fue divertido, Elena me preguntaba cosas como cuál era mi color favorito, animal preferido. Al contrario de su hermana mayor, a ella si le interesaba conocerme

Entramos tienda por tienda, y no había tienda en la que no salieramos con bolsas, al igual que no había tienda por la que no se deslizara mi tarjeta

Nos sentamos en una banca para descansar, mas bien yo que traía todas las bolsas

-Alba, solo veníamos por un vestido- dijo riendo la pequeña

-Creo que me emocioné un poquito- le contesté entre risas

*

-¿Te gustaron?- le pregunté ya cuando ibamos de regreso a su casa

-Mucho- contesto con una enorme sonrisa- A mi mami le gustaban con florecitas- ¿le gustaban?- Nat dice que está en el cielo- dijo mirando hacia la ventana, de inmediato un nudo se me hizo en la garganta- Junto a papi cuidándonos-sonrió- Les gustaran mucho los vestidos que me compraste- volteó hacia verme y yo hacía todo lo posible por contener mis lagrimas

-Claro que si hermosa

Tenía un horrible nudo en la garganta. Eso explicaba por parte la dura forma de ser de Natalia. Trabajar, estudiar y además hacerse cargo de sus hermanos pequeños

A pesar de que el comentario de Elena me había dejado en shock, el regreso fue divertido con sus inocentes preguntas sobre su hermana y yo

Bajamos del auto y cerca de veinte bolsas que habia en el maletero del auto de Natalia la mitad o más eran de Elena
Ella tomó algunas y yo tome el resto y una bolsa de las mías con una 'compra especial'

Llegamos a la puerta y tocamos el típico timbre de tres campanas. Y fue Natalia quien nos abrió

-Son las tres y veinte de la tarde- nos informó en tono de reproche

-¿Las tres?- pregunté sorprendida, nos habiamos tardado tres horas comprando- Corre Elena- le dije acelerada-La fiesta es a las 4- le dije recordando la hora marcada en la invitación

Ambas corrimos escaleras arriba ignorando por completo a Natalia.

Seguí a la pequeña a la que seguramente sería su habitación. De un color rosa su dormitorio era decorado por muebles blancos, con una cama de color rosa pálido, digna de una princesa. Con un delgado velo que la cubría cayendo desde el techo, sin duda hermosa.

-Que linda habitación tienes— le dije mientras corría el velo que cubría la cama para poner todas las bolsas en esta. Ella solo soltó una ligera risa.

-Bueno anda a ducharte— le dije y asintió con la cabeza antes de entrar al baño.

Comencé a guardar toda su ropa nueva, efectivamente si tenía vestidos, pero se notaba a simple vista que no le quedaban más.

Guarde todos dejando afuera un vestido rosa con florecitas blancas, tal y como a Elena y a su madre les gustaban, Además unas sandalias blancas.Salí de la habitación para que se vistiera, una vez lista me llamó, se veía preciosa.

-Ven para peinarte-le dije y comencé a acomodar su cabello tan parecido al de su hermana mayor.

-Lista?— le pregunte y con una enorme sonrisa asintió con la cabeza, estábamos por salir cuando recordé.

—¡Espera!— le dije señalando mi bolsa con la 'compra especial' y Elena comenzó a reír.

Me senté en la cama y me quite mis tacones y sacar una par de botas negras de la caja que estaba en la bolsa.

-Seguro le gustarán — apoyó la pequeña sin parar de reír -... pero tu las odias— tenía razón, Las detestaba.

—Estas en lo cierto— agregué entre risas —Pero son cómodas — algo bueno tenían que tener.

Bajamos las escaleras en pequeños saltos, y a la mitad de la escalera logre ver a Natalia abajo viéndonos.

-Aca te hago entrega de tu princesa— la pequeña estallo en risas, Yo miraba a Natalia expectante, esperando que le dijera algo, mínimo un 'Que bonita' pero la desabrida de su hermana solo la alzo en sus brazos y le dio un beso en la mejilla.

Cambie mi mirada 'expectante' por una fulminante y sin que Elena se diera cuenta articule sin sonido 'Dile algo'Me obedeció

—Te ves hermosa. — le dijo y Elena rodeo su cuello con sus brazos.

-Ve y llama a Santi para ir a dejarte— le dijo bajándola y esta volvió a subir las escaleras para llamar a su hermano.

—Te veo mas...— seguramente era 'baja' ya volteo hacia abajo buscando mis tacones, pero estos no estaban más.

—¿Y eso?— soltó una carcajada di un paso hacia atrás para subir al primer escalón y estar más a su altura

-Bueno, ya que siempre me criticas y me dices que soy una 'hueca' por mi forma de vestir—Natalia seguía riendo —Tal vez— alargue —Con esto ya no digas que soy 'estupida'— sonreí —Porque ambas sabemos que tu sabes que no lo soy

—No logro entender porque quieres intentar agradarme— dio un paso hacia mí — ¿Me lo puedes explicar tú?—me miraba fijamente — ¿Me puedes decir porque tienes tanto interés hacía mi?

—Puede ser porque quiero que seamos amigas...— pase mis manos por su cuello —...o puede ser que me gustes— era más que obvio que no le diría 'Por una apuesta que hice con María.'

-¿Yo?— Soltó una carcajada —¿Gustarte? Por favor— dijo irónica —A ti te gustan las engreídas esas, con dinero popularidad y autos deportivos— describió con exactitud a Julia.

—Tu me criticas mucho sin siquiera conocerme— empecé a acariciar su cabello.

—No necesito conocerte para saber como eres— contesto segura

—Ya te lo dije Natalia— mientras me acercaba lentamente a sus labios —Voy a hacer que te tragues tus palabras— susurre sobre sus labios, los cuales entre abrió esperando que la besara. Pero al contrario, la solté y de un brinco baje el escalón. Sacándole la vuelta camine hacia la puerta. En segundos Elena y Santi bajaban las escaleras.

—Nat— dijo el pequeño — ¿Puedo ir a casa de samuel?— perfecto tendríamos la casa para nosotras solas.

—Esta bien, pero pasaré por ti a la misma hora que por Elena— le dijo y Santi sonrió.

—Lindas botas Alba— dijo Santi riendo

—Lo ves...— alargue dirigiéndome a Natalia —Tu eres la unica que no las aprecia. — Le reclame

—Si claro— dijo sarcásticamente —Bien sabes que te estás muriendo por ponerte tus zapatos y tirar esas a la basura. — tenía razón.

Después de detenernos en una tienda de juguetes, para comprar un regalo, dejamos a Elena en la fiesta de cumpleaños y a Santi en casa de su amigo. La fiesta terminaba a las ocho de la noche, así que tendríamos casi tres horas y media solas.

Nota de autor

Hola!
No sé si igual alguien va a leer esto, pero quería contarles que estoy haciendo otra adaptación Albalia llamada In Too Deep, espero que se puedan pasar por ahí, está en mi perfil :)

Gracias por leer