Me myself and I (Albalia)

Capítulo 47

— ¿Por qué no Nat? —alargué con tristeza.

-Albi a mí no me gustan esas cosas —dijo con fastidio.

-Pero...

-Si quieres ve tú, ya te lo dije —pasó su brazo sobre mis hombros pero me hice a un lado.

-Yo sí entré a jugar cuando me lo pediste —le recordé cuando jugamos Paintball y rodó los ojos —E incluso, ¡tarde horas sacando la pintura de mi cabello! —me puse de pie. —Eres injusta —le dije antes de caminar a la cocina donde estaban Elena y Santi.

-Alba, esto es diferente... —me siguió hablando pero la ignoré.

-¿En qué es diferente?

-¿Están enojadas? —preguntó Elena tiernamente.

-No Elena... —le dije y también voltee a ver a Sanri —Estoy triste —me senté junto a ellos y Natalia me miraba con cara de "No lo lograrás" pero claro que lo lograría.

-¿Por qué estás triste? —preguntaron ambos preocupados.

-Porque habrá un baile y ya tengo mi lindo vestido, mis zapatos y todo —miré hacia abajo —...Y Nat no quiere ir —hice un puchero curvando mi labio inferior hacia afuera —Dice que vaya sola y yo sólo quiero ir con ella — Natalia soltó una risa.

-Eres una dramática —me puse de pie, di un beso en las mejillas de ambos niños quienes miraban a Natalia diciéndole "llévala" y me detuve frente a Natalia.

-No sabes cuánto esperé este baile —Era verdad —Pero sin ti no voy —me puse en las puntas de los pies para poder dar un beso rápido en sus rosados labios. Natalia rió ante los "ew" de ambos niños. Corrí escaleras arriba llegando hasta la que era mi habitación.

Estaba triste, me lancé en la cama. En sólo dos días sería el increíble baile temático a lo "Montecarlo", incluso antes de que Julia terminara conmigo ya tenía el vestido preparado. Imaginarme a Natalia con su vestido impecable, me hacía desanimarme aún más.

-Albi—me sacó de mis pensamientos cuando golpeó la puerta.

-¡No hay nadie! —contesté y la puerta se abrió dejándome ver a Natalia recargada sobre el marco de la puerta. Me sonrió y me giré dándole la espalda indicándole que no quería verla.

-No estés enojada —sentí su mano recorrer mi silueta

-No lo estoy —me giré hacia ella.

-¿Segura? —se acostó a mi lado.

-Segura —afirmé y me abrazó.

-Perfecto —dio un beso en mi mejilla y se puso de pie —Una pregunta... —me señaló y levanté mi mirada hacia ella — ¿Dónde puedo conseguir un vestido para dentro de dos días? —mi rostro se iluminó y luego cambió de nuevo a seriedad.

-No te burles de mí —le dije molesta.

-No —rió —Es que tengo una caprichosa en casa y la llevaré a un baile muy importante para ella —una vez más sonreí de oreja a oreja.

-Gracias Nat  —grité poniéndome de pie y corriendo a sus brazos.

-Sólo dos condiciones— mordió su labio inferior.

-¿Cuál? —pregunté divertida.

-No bailo —me miró fijamente y solté una carcajada.

-Está bien... —no me quedaba de otra.

-Y sólo si vienes a dormir conmigo —mi estómago se retorció al igual que mi corazón, que más quisiera yo.

-¿Pero tus hermanos?