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─ Lo que necesito es que analices los libros contables del último trimestre. Hay cifras que no están cuadrando muy bien. ─explica Eric y asiento.─ ¿Es posible que tengas los detalles para esta misma tarde?

─ Claro, voy a estar saliendo a las dos estas tres semanas. Pero los tendrás máximo a la una y media en tu escritorio.

─ Perfecto. Y también quiero que detalles los lugares que se tendrán que visitar en la convención del mes siguiente. Las juntas directivas de cada sucursal deben estar escritas.

─ Muy bien. ─accedo poniéndome de pie.─ ¿Es todo? Voy por otro batido.

Él asiente y yo voy al mostrador pidiendo un nuevo batido de vainilla. Reviso mi teléfono mientras espero y los mensajes de Lalita me entretienen. Literalmente manda uno cada vez que Ruggero hace algo nuevo.

Y si, admito que estoy orgullosa de saber que hasta el momento, solo a saludo a Candelaria y le ha hablado del niño. No hace contacto con ella que vaya más allá de lo necesario.

Karol, el enfermero acaba de irse y el señor Ruggero está en la sala hablando con Irene. Ha venido a visitarlo.

Tras leer su último mensaje me rio y le pido que descanse un poco. Se ha tomado muy en serio lo de vigilar a Ruggero. Es que esa mujer me cae más que bien.

─ Como te decía, tenemos que hacer una visita al hotel que se está construyendo en Venecia, el informe detalla que es un hotel temático, y tenemos que hacer por lo menos una visita semanal hasta que todo esté listo para la inauguración.

─ Voy a programar un horario con el ingeniero a cargo. ─soluciono anotándolo en mi libreta.─ ¿No has pensado en tomarte un descanso? Estas trabajando mucho, Eric.

─ Solo intento manejar esto mientras Ruggero vuelve a integrarse. ─admite.─ ¿Puedo confiar en que los libros contables estarán listos a tiempo?

─ Cuenta con eso. ─aseguro riendo.─ Voy a dedicar el resto de mi tiempo en eso.

─ Gracias, es bueno saberlo.

─ ¿Señorita Sevilla?

Yo asiento desviando mi mirada de Eric para fijarla en el mensajero que lleva un lindo ramo de girasoles en la mano. Y una funda de regalo en la otra.

─ Es para usted. ─musita entregándome el detalle.─ Hasta luego.

Yo agradezco y busco la tarjeta entre mi ramo, y bueno al abrirla la respuesta era obvia.

Feliz primer día, bonita.

Te quiere.

-Ruggero.

─ Al parecer es muy detallista y atento. ─Eric interrumpe mis pensamientos.─ Que bien por ti.

─ No voy a discutir esto contigo. ─recuerdo.─ Y si me disculpas, me tengo que ir.

Tomando todo lo que he traído me alejo de él y voy directo a mi oficina para poder llamar a Ruggero en paz. O bueno, quizá no lo llame y vaya directo a agradecerle en casa. Se siente extraño que tu novio te mande detalles así. Jamás me pasó.

Con Eric y Kevin todo fue diferente. Y bueno, dicen que todas las relaciones son diferentes. Pero si soy sincera. Yo no imaginé que estar con Ruggero sería así.

Me imaginaba algo totalmente diferente y agobiante. Pero me equivoqué. Y me gusta equivocarme.

Me sobresalto cuando mi teléfono vibra, y como sé que es Ruggero. No tardo en abrir el bendito mensaje.

2.- El verde de sus ojos; Por segunda vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora