12

1.2K 114 46
                                    

Escuchar la canción desde el momento en que llegan a la habitación del hotel si quieren imaginarlo mejor :)

Es divertido. Nunca imaginé que me casaría de esta manera. En un impulso, en medio de París, y con el hombre más loco que he conocido en mi vida. Ruggero está emocionado. No para de hablar de nuestra boda secreta y yo solo niego divertida e incrédula a la vez.

Esto es muy nuevo para mí. No lo esperaba de esta manera. No creí que Ruggero fuese capaz de traerme hasta París solo para casarnos. Siempre lo soñé así, algo sumamente romántico y sincero. Pero nunca esperé que fuese Ruggero quien lo hiciera.

─ ¿Estás consciente de que apenas nos conocemos hace unos meses?

─ El amor no se mide en el tiempo, sino en los momentos.

─ Ni siquiera me conoces bien. ─me río mientras me conduce hacia la torre Eiffel.─ Ruggero, hazme caso.

─ No necesito conocerte, ya sé que te quiero. Y que vas a ser la madre de mis hijos.

─ Ruggero. El matrimonio no funciona así.

Él finalmente se detiene dándome un respiro. Se pone frente a mí y advierte que tengo dos minutos para darle razones suficientes para no hacer esto. Entonces confundida, pienso en lo que diré.

─ No nos conocemos lo suficiente.

─ ¿Y eso qué? Es lo divertido de ser novios. Nunca terminas de conocer a una persona. Y para mí, lo que vale de nuestra relación, es que todos los días conocemos algo nuevo del otro. Además, si nos casamos, tendremos el resto de la vida para conocernos. Siguiente razón.

─ Es todo. ─musito divertida.─ No tengo más razones.

─ Genial, en el ascensor te explico cómo lo haremos.

─ ¿Vamos a subir?

─ Evidentemente, tenemos trescientos metros para que decidas.

─ ¿Decidir qué? Lo he decidido ya.

─ Solo escúchame. ─yo asiento y cuando estamos en el ascensor, él saca la típica cajita terciopelo.─ Estos, son los anillos que vamos a usar.

─ Son preciosos. ─musito tocando mi anillo.─ ¿Es oro de verdad?

─ ¿En serio vas a preguntar eso?

─ Para ser un juego, te lo estás tomando muy en serio. ─me justifico riendo.─ Vale, lo siento.

─ Esto es sencillo, Karol. La boda no es un chiste, vamos a casarnos por civil pero tú no vas a firmar hasta que te sientas segura.

─ ¿Eh?

─ Sí, el notario, es un notario real, y los testigos también. Yo voy a firmar, ellos van a firmar. Y vamos a celebrar nuestra ceremonia como normalmente lo haríamos. Pero, no voy a dejar que firmes hasta que de verdad sientas que quieras casarte conmigo.

─ ¿Estás diciendo que vamos a casarnos de verdad? Creí que era un juego.

─ No lo es, para mí no lo es. Por eso te estoy diciendo esto.

─ Genial, ahora voy a llorar. ─musito bajando la mirada.─ ¿Puedo firmar cuando yo quiera? ¿Sin presiones ni condiciones?

─ Bueno, la única condición es que uses este anillo.

─ Me encanta la idea. ─susurro envolviendo mis brazos en su cuello.─ Te quiero. Y aunque esto me haya tomado por sorpresa, te aseguro que aunque no firme hoy, lo haré muy pronto.

─ Lo sé, bonita.

─ Ahora, ¿Puedo saber quiénes son los testigos?

Él se ríe y cuando la puerta se abre toma mi mano llevándome hacia una preciosa sala adornada con detalles blancos y dorados que me encantan. Y no hace falta preguntar cuando veo a Jenny ponerse de pie y encender las luces.

2.- El verde de sus ojos; Por segunda vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora