Ciencia artística Vol. I

XIII: Lucha por amor

Mientras Dawkins seguía buscando a su enamorada Da Vinci, los conflictos en el hogar de la familia dálmata se infiltran en el asunto. En especial a la cachorra Destiny, preocupada estaba, quedando desasosegada. En el ático sentada en frente de una ventana preocupándose por sus hermanos que estaban en peligro de su hermano DJ. No creía que se elevaban las consecuencias con pase del tiempo. Quería colaborar su ayuda, pero ni rastros han dejado para ubicarlos exactamente.

Los padres de los cachorros llegaron sin aviso cansados por la jornada de trabajo que esforzaban cada día. La lluvia los había empapado hasta en sus patas húmedas. Se secaron con toallas de baño, era suficiente para no sufrir de un resfriado temprano.

Delilah seguía pensando la situación de Da Vinci: su enamoramiento a Dawkins. No tenía la certeza de que lado estar: en un lado positivo por ser amor, o un lado negativo por ser hermanos de sangre. Hasta la situación le resultaba deprimente. No olvidaba ese momento cuando la pintora derramó lágrimas de dolor por su hermano amado. Abrazándola hasta conciliarla y entrar en razón. Le parecía hermoso ver qué su hija querida haya crecido mucho emocionalmente, hasta que por primera vez siente el amor.

Por su voluntad, quiso pasar a ver a su hija pintora y preguntarle cómo se siente. Igual que la cachorra dálmata, la madre pasó lo mismo con Doug, el padre de la familia. Sentía desesperación por conseguir su amor, hasta que lo logró conquistando su corazón. Teniendo noventa y nueve hermosos hijos dálmatas, amándolos con el enorme amor que siente por ellos desde el corazón.

Al entrar a su habitación, encontró fragor de los destrozos de hojas de papel blanco; un pañuelo blanco húmedo, que con centímetros alejado de él reconocía el somnífero; y pintura magenta desparramada en el suelo. Intrigada buscó en el ático, sótano, baño y habitaciones del hogar. Incluyendo el patio trasero y el comedor donde la familia dálmata cenaban sus croquetas pacíficamente. Preocupada no encontraba a Da Vinci. Tanto que lo comentó a toda la familia.

—¿No han visto a Da Vinci? No la encuentro en ningún lado.

—No solo es ella, también DJ y Dawkins no están. He buscado por todas partes y tampoco los encuentro —agregó Dylan deteniéndose de comer. Acercándose a su madre.

—Por favor. Si saben algo, díganmelo. Que no quiero estos juegos y lo saben bien —insistió la madre muy preocupada. De repente los cachorros comenzaron a discutir entre ellos mirando de un lado a otro buscando al culpable. Nadie sospechaba de la baja mirada de depresión que tenía Destiny por sentirse igual como su madre.

—Diles la verdad, Destiny. Tú sabes lo que pasó —intervino Dax hablándole a la cachorra glamorosa. Ella correspondió la mirada, pero no la convencía a hacerlo.

—¿Tú sabes, preciosa? Dímelo, y no quiero mentiras.

—Está bien —suspiro profundamente ella—. Hace tiempo, DJ se declaró a Da Vinci. Rechazándolo por completo. Lo que él si sabía era que ella se enamoró de Dawkins, por eso no correspondió su amor. Y se prometió que haría lo posible por separar a Dawkins y Da Vinci de su relación de hermanos para que se quedará con Da Vinci como novia. Yo también sentía celos porque me enamoré de Dawkins. Lo ayudé y herí los sentimientos de mi hermana, y no sabes lo tanto que estoy arrepentida de todo esto —confesó soltando lágrimas de tristeza mientras hablaba.

—El punto por favor —insistió la dálmata adulta molesta.

—DJ durmió a Da Vinci con un somnífero, llevándosela a no sé dónde. Y Dawkins salió a rescatarla sin saber a dónde iban. Perdóname mamá. Mis celos me impidieron observar las consecuencias, y ahora están en peligro —dijo terminando en un llanto intermediario.

—Ya, tranquila —repuso abrazándola cariñosamente—. Me orgullece que hayas dicho la verdad. Pero estarás castigada jovencita. Aunque no lo parezca, todos tenemos derecho de enamorarnos y sentir amor por algo o alguien. Y el mejor es el que corresponde su corazón. Pero lo que hiciste, está muy mal. Confiaré en ti a que no se vuela a repetir.