Comenzaba otra mañana para la cachorra Da Vinci. Con los ojos desvelados por la tristeza que la invadía todo el día anterior. Hasta que por motivación de su madre controló su depresión por completo. Despierta con un humor serio, con el pelaje alborotado por no bañarse hace días. Intentó emparejarlo pasando si cuerpo con el cansancio en el mismo. Se estiró el cuerpo, patas y cuello hasta quedarse a su totalidad despierta y lista para continuar a realizar sus pasatiempos favoritos, sin excepción, el arte. Sigilosamente caminó hacia la habitación de Dawkins, para verlo después de tanto dolor que sacaba por medio de lágrimas por el beso que le dio Destiny. Aún no lo olvidaba por completo. Conociendo al cachorro no sería capaz de realizar ese tipo de actos, debido de la confesión de él cuando intentaba entrar en razón: que la amaba. Las cortinas de las ventanas de la habitación impedían la entrada del fulgor del Sol. Provocando la diminuta oscuridad en el lugar, aún era visible el área. Acercándose al cachorro sigilosamente sin intentar despertarlo. Estando en frente de él, con su pata delantera derecha acaricia con suavidad y delicadeza la cabeza del dálmata, cautelando de no despertarlo. Aún te amo Dawkins, pero no sé si hay posibilidad para que me correspondas, murmuró la pintora con las lágrimas en sus ojos. Para finalizar su afecto al científico, le agregó una lamida en una de sus mejillas manchadas. Que por intención el cachorro sonríe.
Bajó hacia el patio trasero del hogar, ya que el clima era templado para los canes. Con apoyo de una respiración profunda voluntaria logró sacar todo el estrés que la ataba psicológicamente en su mente al despertar. Tomando el aire fresco de su alrededor, aprovechando la tranquilidad que se escuchaba en la ciudad. Seguía pensando en lo de su hermano Dawkins, estaba completamente enamorada de ese dálmata, perdidamente en encontrar una cuestión a su sentimiento.
Así siguió por minutos antes de que sus hermanos despertaran. Con la fatiga en su cuerpo soltó un largo bostezo, provocando que se profundice a un descanso más. Se recostó en el césped del patio trasero hasta que hubiera comodidad para la cachorra y concilió el sueño en poco tiempo. No quería que el cansancio la ganará, pero al estar muy fatigada no le quedaba otro remedio en mente. En los pocos minutos que concilió el sueño soñaba en Dawkins, el cachorro dálmata que tanto amaba. Llegando a la siguiente etapa de su noviazgo dentro de su sueño, el matrimonio. Vestía de un vestido blanco de boda; cadena y corona de oro; brillaba su pelaje blanco; y sus manchas de pintura relucían con el fulgor del Sol que atravesaban los vitrales de la iglesia. Caminaba pacíficamente con el rostro de emoción y un ramo de rosales blancos en su hocico. Mientras caminaba, muchos notaban la forma que lloraba de alegría por poder casarse con el can que tanto ha amado todo ese tiempo. Llegando al altar donde lo esperaba Dawkins con un traje y moño negro, y un sombrero corto negro; y el sacerdote que vestía de blanco y con la biblia en mano.
Tomaron ambas patas para comenzar con el juramento del matrimonio, su sueño de amar al dálmata de sus sueños parecía una realidad. El padre dio unas palabras antes de comenzar con su juramento que los brindaba a juntar a ambas almas hasta la eternidad.
—Estimados canes presentes, el día de hoy junto la palabra de Dios estamos aquí para unir a ambas almas en el primor del matrimonio —dijo el sacerdote con seriedad sin equivocación—. Pero antes de comenzar con esta ceremonia, ¿Alguien quiere dar unas palabras? —agregó inquiriendo a la pareja dálmata.
—Yo sí. ¿Sabes Da Vinci?, tú eres la perrita más maravillosa y hermosa que he tenido en toda mi vida. Y me alegra mucho estar a tu lado después de todo lo ocurrido. Tanto así que me enamoré de ti y no me arrepentiré nunca de esa decisión que tomé con tal que te sientas feliz conmigo no siendo el mejor can de todos. Pero sé que me amas y yo te amaré hasta el fin de la tierra —dijo Dawkins dirigiéndose a la pintora con felicidad de casarse con ella. Las palabras deleitadas por el cachorro provocaron que Da Vinci llorara de alegría, al saber que la importancia en la pintora es tan grande que su amor será eterno. Abrazándolo al final sin decir una palabra, lagrimeando en el pecho del can con felicidad. Su llanto fue contagioso para los invitados presentes en la boda, provocando que también lloraran por el momento tan conmovedor para la pareja dálmata tan amorosa que es.
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Ciencia artística Vol. I
FanfictionDa Vinci notó lo bueno que es su hermano Dawkins por las cosas buenas que ha hecho por ella, que hasta se enamoró de él. Tal vez mantenga en clandestino ese sueño por mucho tiempo, hasta que él pueda ver a la protagonista como una buena amante. Desc...