XII: Agobio

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Al poco tiempo una tormenta sería participe para la escena dramática del cachorro dálmata en busca de su hermana Da Vinci. La llovizna no daba con intensidad, aún era posible para andar entre las calles de la ciudad. Se comenzaría a empapar por la lluvia. Empezaban a producirse encharcamientos en las aceras, calles y avenidas. Opacando vidrios de ventanas de hogares y locales independientes, esforzando resbaloso las losas por la lluvia, pequeñas partes con inundaciones y las nubes grises que ocultaban el fulgor de la Luna y las estrellas resplandecientes.

Corría en cualquier dirección de la ciudad en deseo de encontrarla. Pero no encontraba rastros de ellas ni una pizca de olfateo para rastrearla. Aún con las lágrimas en los ojos no dejaba de pensar en la cachorra que tanto ama con su corazón. No dejaría en ruinas que el músico abusara de ella para complacer sus deseos de adolescente. Pensaba en cada instante el momento que le dijo a Da Vinci que la protegería en cualquier situación porque le importaba que estuviera bien. No debo romper esa promesa. No me rendiré de fácil, dijo con entusiasmo a seguir con su búsqueda.

Mientras en el hogar el conflicto con Destiny era más predecible para la familia por su comportamiento de intriga e indagación. Estaba desasosegada. No dejaba de pensar en el estado que se encontrarían los dálmatas que salieron sin la autorización de los padres o los hermanos mayores. Caminaba de un lado a otro en el ático, pensando en una alternativa para solucionar el asunto que ahora está involucrada por el secuestro. Hasta que el dolor de cabeza y los mareos la detenía a seguir buscando la alternativa. Recargándose en la pared llorando por hacerle daño a Dawkins y Da Vinci. Estaba completamente arrepentida cubriendo su rostro con sus patas delanteras. Ocultando su depresión aun que no había presencia de una alma viviente.

Pasaron los minutos y la lluvia cada vez incrementaba su fuerza natural. Soltando relámpagos en varios puntos de la ciudad sin provocar un daño material o sobreviviente. El ambiente estaba más tranquilo por todo el hogar, no sé encontraba con mucha actividad por las fuertes lluvias que se pronosticaron. Destiny estaba aún recargada en una de las paredes del ático con su rostro deprimente, sus ojos entreabiertos y los ojos caídos por el llanto. Hasta que su silencio se rompió por la llegada de su hermano Dax, que al verla triste se desanimó hasta para platicar con ella. Se sentó junto a la dálmata y comenzaron a platicar.

—¿Tienes una idea de dónde pueden estar?, ¿Si están bien?, ¿Los encontraron? —inquirió la cachorra glamorosa volteándolo a ver. A que Dax respondió a negación con su cabeza.

—Lamentablemente no. Ni hay rastro de ellos en ninguna parte cercana a nuestro hogar. Parece que la lluvia complica las cosas en el hecho de rastrear a nuestros hermanos. —respondió el dálmata negativamente.

—Soy una estúpida. ¿Cómo pude aceptar este plan sin poder pensarlo? Ahora veo las consecuencias y no encuentro la alternativa para solucionarlo. Todo esto es mi culpa —agregó la cachorra en depresión. Soltando lágrimas de sus ojos y cubriéndolos con sus patas.

—Tú no tienes la culpa de todo. DJ es el verdadero culpable. Tú no sabías lo que iba a suceder y mira lo que está ocurriendo. Por su ego y envidia de tener a Da Vinci. Nunca comprenderé como esa gente hace eso por sentirse satisfechos con tal de lastimas a las demás. Y él es uno de ellos. Solo espero que Da Vinci y Dawkins se encuentren bien.

—Yo también lo espero. Confío en Dawkins que pueda encontrar a Da Vinci y DJ. Y espero que sea pronto porque me preocupan, y luego será a los demás.

—Descuida, estarán bien.

Dax terminó sus palabras con un abrazo hacia la cachorra Destiny, que ella confiada correspondió con la tristeza que tenía. Sus probabilidades de positividad en la confianza en Dawkins eran tan grande que no dejaba pensar en qué estado se encontrarían los dálmatas. Aceptó que amaba más a Da Vinci que a ella. Desanimándose de los sentimientos que sentía por el cachorro. Dejando eso en otro asunto y enfocándose en la situación del secuestro.

Ciencia artística Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora