Día 4 - Curación

3.2K 476 30
                                    


Día 4 - Curación

Un poco de humor (¿creo? realmente no se me da pero era la intención, totalmente) y fluff

--------------------

El súper secreto y efectivo remedio casero del Gran Patriarca Yiling

Lan Wangji está enfermo.

La simple noción de que su esposo, su maravilloso, increíble y poderoso esposo pudiera enfermarse aún sorprende a Wei Wuxian, a pesar de que no es la primera vez que sucede, sobre todo cuando Lan Wangji se sobre exige demasiado con sus responsabilidades para el Clan en lugar de hacerle caso e irse a dormir a su lado cuándo es obvio en su rostro que no puede más con el cansancio. En definitiva, por mucho que el viejo Lan Qiren quisiera culparlo de los males de Lan Wangji, la verdad cada vez que el hombre caía enfermo no era culpa de nadie más que de su tío y nadie puede convencer a Wei Wuxian de lo contrario, punto.

Lo único malo de un Lan Wangji enfermo, es que parecía volverse tan o incluso más terco que cuándo estaba borracho, forzándose a seguir trabajando de no ser porque Wei Wuxian lo detenía a tiempo: gracias a los dioses y por el bien de la débil salud mental de Wei Wuxian ninguna de las dos cosas pasaba seguido; pero, como el asombroso y atento esposo que es Wei Wuxian había inventado un método infalible para curarlo. Ah, ¿Qué haría su querido Lan Zhan sin él para cuidarlo? No quiere ni imaginárselo.

Por fortuna para su querido esposo esa mañana se despertó casi inmediatamente después de que Lan Wangji se levantara de la cama para empezar con su día, y sólo fue por el fuerte ataque de tos que tuvo de camino a la sección del baño dentro del Jingshi. Con el ceño fruncido Wei Wuxian se sienta entrecerrando sus ojos para poder distinguir mejor en su aún oscura casa y observa cada movimiento de Lan Wangji, que parece descoordinado y torpe; es el segundo ataque de tos que lo hace levantarse rápidamente para sostener a su esposo antes de que este caiga al tropezar con sus propios pies.

—Lan Zhan, regresa a la cama —dice con dulzura, pero firmeza jalándolo suavemente de regreso a la cama, su preocupación aumenta al sentir la piel de sus brazos arder.

—Wei Ying —protesta el hombre frunciendo el ceño dejando escapar un bufido indignado—, vuelve tú a la cama.

—Oh, oh no señor, yo no soy el que está enfermo —con un poco más de esfuerzo y aprovechando el desequilibrio de Lan Wangji logra hacerlo regresar a la cama donde lo hace sentarse rápidamente para luego hacerlo recostarse.

Lan Wangji lo mira con los ojos un poco desenfocados, pero la molestia por haber interrumpido su ritual matutino es evidente en su ceño fruncido y el pequeño puchero que se forma en sus labios.

—No enfermo —dice, pero un nuevo ataque de tos desestima su afirmación.

—Cómo digas —Wei Wuxian lo cubre con cuidado antes de caminar rápidamente al área del baño para luego volver con un envase con agua y algunos paños. Moja uno de los paños dejando el envase cerca del pie de la cama para luego doblarlo y ponerlo con cuidado en la frente de Lan Wangji—. Voy a mandar a buscar al médico, alguno de los discípulos tiene que estar despierto, no te muevas —ordena mirándolo seriamente antes de levantarse para salir del Jingshi.

Una vez fuera le toma unos buenos diez o quince minutos encontrar a alguien para mandar a buscar al médico de los Lan y de paso que les hicieran llegar el desayuno directamente al Jingshi; satisfecho con su misión cumplida Wei Wuxian regresa al Jingshi sólo para encontrarse a Lan Wangji tratando de acomodar su ropa, medio húmeda por acabar de salir del baño, y murmurando entre dientes para si mismo por no lograr hacerlo correctamente.

—Lan Zhan —suspira negando para si mismo y se acerca tomando las manos de su esposo llevándolo de nuevo a la cama, ignorando sus protestas en forma del ceño fruncido y pequeños pucheros—. Es hora del super remedio casero de tu querido esposo —dice haciéndolo recostarse de nuevo.

Lan Wangji, que estaba por volver a levantarse, se detiene mirándolo curioso, los ojos algo vidriosos y las mejillas increíblemente enrojecidas por la fiebre. Wei Wuxian no se había percatado de eso pero ahora que la puerta está abierta y la luz del sol empieza a colarse por las ventanas puede verlo en toda su gloria. Con un suspiro resignado hace que Lan Wangji se siente para el poder sentarse en la cama y luego lo hace recostarse con la cabeza en su regazo.

Una vez se asegura que ambos están cómodos toma el paño nuevamente colocándolo en la frente de Lan Wangji y empieza a acariciar su húmedo cabello cantando suavemente y lo mejor posible la canción de ambos. Su esposo lo mira fascinado por unos largos minutos, forzándose a mantener sus ojos abiertos para poder ver el rostro relajado de Wei Wuxian mientras canta, pero pronto la mezcla de los suaves masajes en su cabello, sumado a la canción y a la fiebre misma le hacen caer rendido.

Wei Wuxian lo mira y suspira aliviado. Se acomoda un poco más para cerrar sus ojos y dormir un rato más, maldiciendo el estúpido mal que estuviera afectando a su querido esposo y que le está robando no sólo el bienestar a Lan Wangji, sino también valiosas horas de sueño a él.

Wei Wuxian vuelve a despertar más tarde con los toques a la puerta por parte del Médico, frota sus ojos y le permite pasar para revisar a Lan Wangji. Por supuesto, el breve descanso que logró que su esposo tomara sumado al paño húmedo y su super secreto remedio casero consiguieron que la fiebre de Lan Wangji cediera un poco, el Médico le recomienda que se quede uno o dos días más para terminar de recuperarse y se retira prontamente.

Contento Wei Wuxian vuelve a cantar para su esposo al sentirlo removerse en sueños, con algo de suerte no necesitará más de un día para mejorar, no que le fuera a decir eso por supuesto. Si puede conseguir robarse a Lan Wangji un par de días sólo para él con la excusa de que debe descansar no va a desperdiciar la oportunidad.

WangXian Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora