Mutuo

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—Mucho gusto, soy Mina —Extendió su mano. Leah la estrechó con gusto.

Se encontraban en la puerta de la casa de la chica. Los gemelos le sonrieron contentos, Mina se tiró a ellos golpeándoles la espalda, la mujer era fuerte, había sido boxeadora en sus tiempos de adolescente pero ahora se consideraba bastante vieja para eso.

— Crecieron bastante ustedes —Sonrió de lado. —Pasen.

Los tres ingresaron y Mina los llevó al living. Se trataba de esas casitas de un solo piso que eran pequeñas pero acogedoras, y la humildad abundaba por las paredes de la misma. Fue a la cocina y volvió con cervezas y un refresco de lima limón.

— Ten —Se lo dio a Leah, ella le agradeció.

Los tres agarraron sus cervezas y se relajaron.

— Sabes por qué vinimos aquí. —Soltó Thomas.

Mina asintió con la cabeza y miró a la muchacha.

Hablaron con Leah, y la mujer les dijo a los gemelos que no se preocuparan por ella, estaba en buenas manos. Meterse con Mina era como meterse con una unidad blindada. Los Kaulitz salieron despidiéndose de la joven, Leah abrazó a Thomas y saludó con un beso en la mejilla a Bill, eso hizo que el rubio se ruborizara un poco, aún no entendía el por qué.

Empezaron a caminar hacia donde habían estacionado el vehículo.

— Bill, ¿Por qué no le dices de una vez que te gusta? —Soltó Thomas sin mirarlo.

El rubio fijó sus ojos en la mirada de su hermano, no esperaba tal pregunta y menos que se la hiciera su gemelo.

— ¿Qué dices? —Empezó a reírse para ocultar los nervios. —Estás delirando, ya te dije que solo la protejo.

— Oh, por supuesto —Su gemelo le miró. —La proteges de que otros tipos o yo se acerquen a ella. Lo digo en serio Bill, todo el mundo se dio cuenta de que te gusta, pero tú no quieres admitirlo. ¿Por qué?

El rubio suspiró. — No puedo Thomas.

— Es por Lauren ¿No es así? Apareció ella y dudas de lo que sientes por Leah. —Dijo Thomas serio.

— No, tampoco así. Sabes que rompí esa regla con Lauren, sabes que no podíamos estar juntos pero hicimos lo contrario.

— ¿Qué problema hay? Su padre está muerto, ahora no hay nadie quién impida que estén juntos.

Bill frunció el ceño y le miró un tanto perplejo. ¿Cómo era capaz de decir eso sobre el padre de Leah? Era tan de persona insensible, de una que no le importaban los demás solo su objetivo, pero ese no era Thomas, él no se comportaba así.

— ¿Escuchas lo que dices? Estás demente. Y tampoco lo hago porque eso no es mutuo, ella parece estar loca por ti.

Apresuró su paso, dejando atrás a su gemelo. Thomas negó con la cabeza viendo como su hermano caminada rápidamente, alejándose de él.

— El sentimiento es mutuo, Bill —Musitó el de cabello negro mirando la nuca del rubio. — Lo es.

***

— Conozco a los gemelos desde que son unos niños —Mina estaba picando unas cebollas, Leah tenía el cabello atado y estaba a su lado observando lo que la mujer hacía. —Su madre y yo somos amigas, aunque surgió aquel accidente de su esposo y nos distanciamos pero nuestra amistad perdura.

— He visto unas fotos en las que usted estaba con ellos —Recordó Leah, había fotografías por las paredes en la casa de los Kaulitz, y fue allí que vio una foto de Mina y los gemelos.

Te protejo, ahora y siempre. [Bill Kaulitz Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora