Adiós Leah

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Luego de esperar exactamente unas cuatro horas, por fin se encontraban en el cementerio, había unos dos ayudantes y estaban los tres en la morada. El ataúd estaba ya cerrado y listo para ser sepultado. Leah se acercó y tocó la madera con sus dedos mirando la parte superior, como si su padre también pudiera verla.

—Adiós papá. —La voz se le quebró. —Al fin podrás descansar y ver a mamá, como siempre quisiste. Salúdala por mí, y dile que la extraño mucho.

Kaulitz la miraba, sentía compasión por ella, quería ir y abrazarla pero se contenía de hacerlo. Lauren solos les observaba.

—Bill... —Él giró a verla. —Debes ir con ella.

Los dos se miraron, la chica le sonrió, entonces él asintió y se alejó de ella para ir con Leah. Casler le seguía con la mirada.

Kaulitz se acercó y se puso detrás de la joven, depositó una mano sobre el hombro de la joven y automáticamente ella se giró para caer en sus brazos y llorar.

—Tranquila —Susurró tocando el cabello de Leah con sus manos, intentando relajarla. —Él ahora estará observándote desde donde quiera que esté.

Ella se abrazó más a él. Lentamente el rubio se alejaba con ella en brazos y les dio la orden a los dos sepultadores para que diera comienzo el proceso.

Leah observaba como los muchachos enterraban el ataúd de su padre, el llanto venía pero ella no emitía algún sollozo, Bill la contenía como podía, la abrazaba como nunca lo hubiera hecho.

La montaña que yacía al lado del hueco donde se encontraba su difunto padre se deshacía con el pasar de los minutos, la tierra tapaba el cajón y Leah lo único que hacía cada vez que ponían un puñado con la pala era suspirar hondo.

El procesó terminó, y al mismo tiempo, los primero rayos del sol comenzaron a iluminar el fresco césped que el rocío había dejado de la noche anterior.

Los dos ayudantes se retiraron pero antes pidieron sus honorarios por cumplir su trabajo, el rubio tuvo que separarse de la muchacha para poder tomar un poco de dinero de su billetera y entregarles lo que les pertenecía. Al hacerlo, ellos le sonrieron y se marcharon con las palas sobre sus hombros.

La de ojos cafés se secó las lágrimas que adornaban sus mejillas, Lauren se acercó a ellos cruzada de brazos. Observó a Leah.

—En verdad lo siento. —Dijo apenada, y depositó su mano sobre el hombro de la joven, ésta le miró y le dio media sonrisa aceptando sus condolencias.

La rubia no lo evitó y se dignó a darle un corto abrazó, algo que verdaderamente sorprendió, y mucho, a Bill. Se les quedó mirando, extrañado, confundido, tratando de analizar lo que había ocurrido.

Por primera vez Casler le sonreía a Leah, una sonrisa honesta. Kaulitz pensaba lo peor.

Estaba por hablar, cuando de repente sintieron rugir el motor de un vehículo, rápidamente el guardaespaldas se dio la vuelta y pudo contemplar el auto de su hermano, Thomas venía dentro de él. Frenó sobre la calle que había para que esos medios de transporte transitaran.

Los tres se miraron y se acercaron.

El gemelo mayor bajó la ventanilla.

—Suban ahora, antes de que Vanessa despierte.

Leah se acercó a la ventana del asiento trasero y observó que Armstrong estaba dormida del lado izquierdo. Todos obedecieron y se subieron, una vez listos, Leah le dio una mirada a la tumba de su padre, susurró unas palabras y el vehículo dio marcha dejándolo atrás, dejándolo descansar en paz.

Te protejo, ahora y siempre. [Bill Kaulitz Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora