Ann
― Wake up! ―escuchó gritar a Matt al otro lado de la puerta, ella se tapó la cabeza con la almohada y fingió no escucharlo.
No tenía ganas de levantarse.
Se había dormido hacía unas dos horas por culpa de ese maldito libro de hipnotismo. ¿Quién iba a pensar que iba a resultar tan interesante? Apretó la almohada contra su cabeza y se acostó mejor, con su pierna golpeó una libreta y la escuchó caer al suelo, pero le dio igual. Estaba demasiado cansada. Se había pasado toda la noche leyendo, tomando notas de las cosas importantes y practicando frente al espejo cómo mover la moneda de forma constante, ni demasiado rápido ni demasiado lento. ¿Cómo podía ser tan difícil? Sólo era mover una monedita.
Volvió a escuchar varios golpes en la puerta y quiso asesinar a su hermano. No pasaba nada por no ir un día a la Universidad y pasarlo durmiendo.
― ¿Se puede saber por qué tardas tanto? ―preguntó Matt abriendo la puerta, al verla todavía acostada se apoyó sobre el marco de la puerta―. Déjame adivinar, te emocionaste leyendo ese libro de hipnotismo y apenas has dormido.
― Leave me alone, I want to sleep ―gritó lanzándole la almohada a Matt, él cerró la puerta y la almohada se estrelló contra ella. Se revolvió por la cama y se tapó la cabeza con las sábanas, pero su paz y tranquilidad no duró mucho ya que a los pocos segundos Matt volvía a abrir la puerta.
― ¿No tenías hoy una presentación? ―indicó su hermano y ella se quedó pensativa.
― Shit! ―masculló contra la cama antes de levantarse como un huracán, escuchó a Matt reír y ella le recogió la libreta del suelo para lanzarla contra Matt, pero al igual que la almohada, golpeó la puerta.
A toda prisa se duchó para despejarse y poder decir más de dos palabras seguidas, se vistió, peinó y tuvo que decidir entre maquillarse y desayunar. Finalmente optó por desayunar, ella era guapa tanto al natural como maquillada. Volvió a su dormitorio y tras meter sus libretas y libros a presión en la mochila se dirigió a la cocina donde sus padres y Matt terminaban de desayunar.
― ¡Gofres! ―exclamó contenta tomando uno, lo untó con Nocilla* y se lo metió en la boca mientras untaba otro y lo colocaba en una servilleta. Ya se lo comería mientras iba hacia la universidad.
― ¿Vienes hoy conmigo? ―preguntó Matt y ella negó.
― Voy con Triz y Dafne como siempre―contestó después de tragar un enorme trozo de gofre por lo que tuvo que tomar un trago del café de Matt para no morir ahogada.
― ¿En el coche de Triz? ―preguntó su madre y ella asintió―. ¿Pero esa cosa todavía funciona?
― Sorprendentemente, sí―contestó con diversión. Todo el mundo se preguntaba lo mismo y no era para menos. El coche de Triz era un modelo antiguo de Opel Corsa de color verde (o eso suponían), era pequeño y gran parte de su exterior estaba cubierto por cinta americana. Le habían dicho varias veces a Triz que debía llevarlo al taller, pero la testaruda de su amiga se negaba y lo abrazaba mientras le susurraba al coche que no iban a separarlo de ella. Cosas de Triz. Empezaba a entender por qué Héctor huyó.
Vio de reojo como Matt miraba el reloj antes de salir de la cocina para tomar sus cosas, por lo que ella tragó el resto del gofre y se despidió de sus padres con un beso en la mejilla antes de coger su mochila y marcharse con Matt.
Se montaron en el ascensor y ella no pudo evitar bostezar varias veces. Iría a clase, pero se pensaba sentar al fondo y dormir hasta que fuera su presentación. Y después de eso, seguiría durmiendo.
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La química entre tú y yo (TQST Libro #1.5)
Teen FictionAnnalise estaba desesperada por sentar a alguien en su diván. Así que después de espiar a Kyle y ver sus dificultades para decir un simple "hola" a una compañera de clase. Había decidido que el químico, sería su primer paciente y cuando ella decidía...