Doce

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Kyle

Estaba perdido.

Muy perdido.

Se suponía que era una tarea muy fácil, así que ¿por qué le estaba costando tanto decidirse?

Intentó llamar la atención de la dependienta para tener la opinión de un profesional, pero no pareció escucharlo y se fue a atender a otros clientes, así que se sintió idiota y siguió mirando fijamente las flores.

¿Por qué era tan difícil comprar unas simples flores? Debería coger unas cualquiera y ya está. Miró los tulipanes una vez más y entrecerró los ojos. Lo lógico sería elegir los tulipanes, pero por alguna razón se negaba a comprar las mismas flores que Will había estado regalando.

Esto era desesperante.

No sabía qué tipo de flores le gustaban a Ann. ¿Y si le llevaba unas que le daban alergia? O peor, ¿y si le llevaba las flores que más odiaba? Esto último lo llevó a pensar si se podía odiar alguna variedad de flor.

¡Ag! Dafne podía haberle dicho que tipo de flores comprarle a Ann, pero no. Dafne sólo se limitó a decirle que era una persona horrible por usar las flores de Ann para experimentar y que debería regalarle unas nuevas para compensarla. Por un segundo durante esa reprimenda pensó en devolverle a Ann el ramo de tulipanes que le había quitado, pero descartó esa idea rápidamente. No quería que Ann tuviese un ramo de flores cortesía de Will, decorando su habitación.

Pero el que Dafne lo hiciese sentir un poco mal no era la razón porque él estuviese en una floristería perdiendo el tiempo. No. Él estaba allí porque esta mañana Ann le había preguntado si había terminado de experimentar con su ramo de flores y si podía devolvérselo. Ante tal petición se quedó un rato callado, valorando qué decir porque 1-Matt y José habían requisado todos los ramos y habían plantado las flores en un lugar secreto. 2- ¿Por qué Ann quería devuelta el ramo de flores de Will? 3-No entendía porque el punto número 2 le molestaba e irritaba tanto.

Como ya era habitual, Ann se le había quedado mirando, le había pestañeado y él había acabado diciendo que la compensaría.

― ¿Estás comprando flores para Ann? ―Al escuchar la voz de Nora se giró a la derecha y se encontró a la morena acompañada de José.

― Sí... ¿cómo lo sabes? ―preguntó dudoso y José rio.

― No eres el único al que Dafne gritó―contestó José―. Hablando de eso, me crucé con Damien que llevaba un cactus mientras murmuraba que Dafne lo iba a escuchar.

Nora suspiró y José rio.

― Tomaré ese suspiro como que sí que te quedas a dormir en mi casa hoy ―dijo José con felicidad antes de voltear hacia él―. ¿Y qué flores le vas a comprar a Ann?

― Pues no lo sé, ¿qué crees que le puede gustar? ―preguntó a Nora y ella le sonrió con amabilidad.

― Cualquier cosa que tú le regales estará bien―respondió Nora y él la miró sin entender. ¡Eso no lo ayudaba!

― No regales tulipanes ―pidió José y él rio.

― Tranquilo, no pensaba hacerlo―respondió con simpatía.

Nora y José lo acompañaron durante un rato hasta que se decidió por un pequeño pero bonito ramo de lirios rosados. Les agradeció a ambos su ayuda y al salir se separaron no sin que antes José hiciera sonrojar a Nora un par de veces.

Caminó hacia el Parque Lorca con tranquilidad pero a medida que se acercaba se iba sintiendo cada vez más nervioso e inseguro. ¿Y si a Ann no le gustaban los lirios? ¿Y si prefería que otro le entregase las flores? ¿Y si pensaba que era demasiado atrevido por regalarle flores? ¿Y si los lirios en el lenguaje de las flores significaban algo ofensivo? Tenía que haber buscado en internet el significado de las flores antes de comprarlas. Era idiota.

La química entre tú y yo (TQST Libro #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora