Seis

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Ann

Se movió en la cama con incomodidad, pero sobre todo con un gran enfado, miró el despertador y bufó. Se había despertado media hora antes de que sonara el despertador.

Maldito Kyle.

Él y su maldita lindura se habían apoderado de sus sueños los últimos tres días, y claro así no había quién durmiese.

Se movió y se tumbó bocarriba en la cama con los brazos en cruz.

Hasta ahora eran sueños de lo más absurdos, en el primero ella perseguía Kyle por un bosque que nada tendría que envidiar al de Alicia en el país de las maravillas, para luego cuando por fin lo alcanzaba y le quitaba la capucha. La cabeza de Kyle era un enorme globo que explotaba.

En el segundo sueño, ella era una sirena que se quedaba atrapada en un anzuelo donde había una lombriz con la cabeza de Dafne. Intentaba e intentaba soltarse pero le era completamente imposible y acababa en manos de Kyle (que era la persona que la había pescado) que al bajarse la capucha y dejar su rostro al descubierto emitía una luz tan potente que la convirtió en sirena frita; así que Kyle se la comió.

Sí ya de por si esos dos sueños habían sido raros, el de esta noche se llevaba el premio. En este, estaba patrullando por los pasillos de Góngora con total normalidad, cruzándose con varios alumnos disfrazados de T-Rex (que bueno, aunque era raro no descartaba que pudiera pasar en la vida real), pero lo que llamó su atención fueron unas pompas gigantes de jabón que los niños del patio explotaban. Ella se dirigió hacia allí y empezó a hacer lo mismo, pero por alguna razón las pompas de jabón adquirieron vida propia y comenzaron a perseguir a los niños y a ella. Tras una pequeña carrera, cinco de esas pompas se unieron en una gran pompa gigante que se la comió. Ella parpadeó un par de veces sorprendida e intentó explotarla desde dentro pero no pudo. La pompa solo rio de forma malvada y se empezó a elevar hasta superar el tejado de Góngora.

Para su suerte, una flecha india explotó la pompa y comenzó a caer en picado hasta aterrizar en los brazos de Kyle. Entonces, ella pasó los brazos alrededor de su cuello, le bajó la capucha con cuidado a la vez que acercaba sus rostros, mientras sentía como el corazón le latía a mil por hora... y justo cuando sus labios iban a rozarse...

Él la llamó Elsa. ¡Elsa!

Su enfado fue tal en el sueño que acabó despertando igual de enfadada y molesta.

Se tapó la cabeza con la almohada y gritó frustrada.

No sabía si estaba más enojada porque llevaba tres noches teniendo sueños de lo más extraños con Kyle o porque en el último él la había llamado Elsa. ¿¡Cómo podía llamarla Elsa!? ¿¡Era idiota o qué!?

Se quitó la almohada de la cabeza y refunfuñó molesta.

¿Hasta cuando iba a seguir teniendo estos extraños sueños con Kyle? Y más importante, ¿por qué tenía estos sueños? No lo comprendía.

Esta tarde iría a la biblioteca a buscar libros sobre interpretación de sueños. A lo mejor su subconsciente estaba tratando de decirle algo. Como que se había vuelto loca de remate, por ejemplo.

Siguió dando vueltas por la cama hasta que se cansó de estar tumbada. Así que se levantó y se fue directa a la ducha. Ya que hoy tenía tiempo, se ducharía y prepararía todas sus cosas, y luego aporrearía la puerta de Matt como si fuese el fin del mundo.

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― Casi me causas un infarto ―la regañaba su hermano mientras desayunaban ―. No puedes entrar gritando que el calentamiento global ha acabado con todos los helados del planeta.

La química entre tú y yo (TQST Libro #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora