Ocho

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Ann

Echaba de menos a Dafne.

Miró el reloj de su muñeca y se dio cuenta de que solo hacía cinco minutos que Dafne se había marchado a su excursión en la granja.

Iba a ser un día muy largo.

Se arrastró hasta el final de la cama y se asomó para ver como todo su suelo estaba lleno de libros de interpretación de sueños. Apoyó la cabeza sobre la mano y resopló. Habían sacado seis libros para no leer ni medio. Se habían puesto a divagar sobre bromas y al final se habían olvidado de su investigación. Casi que estaba por darle la razón a Matt con que tenían poca capacidad de concentración. Casi.

Estiró la mano, cogió uno de los libros del suelo y comenzó a pasar las páginas. Podría intentar leerlos ahora, pero le daba mucha pereza. Así que dejó el libro donde estaba.

Además, sus sueños ya habían vuelto a la normalidad o algo parecido.

¿Seguía teniendo sueños raros con Kyle? Sí. Pero al menos ya no había vuelto a soñar que lo besaba.

¿Soñaba con que Elsa se convertía en una figura de hielo y la usaba como cubito de hielo para enfriar su refresco? Sí. Pero no veía nada malo ni extraño en eso.

Cambió de postura y se tumbó boca arriba mientras estiraba las manos, observó su dedo ya sin tirita y no pudo evitar sonreír. Kyle había sido tan lindo en ese momento que desde ese día no podía mirarlo sin que su corazón se acelerase un poquito. Así que estaba segura como a un 50% de que le gustaba.

Volvió a mirar los libros del suelo y decidió llevarlos de vuelta a la biblioteca. Total, no tenía nada mejor que hacer. Metió tres libros en una mochila y decidió que llevaría en la mano los otros tres hasta que encontrase a alguien que los llevase por ella.

― Voy a la biblioteca ―gritó al pasar por el salón donde su hermano y Dan se preparaban para jugar a la play.

No pegues a nadie al suelo por el camino ―recriminó Matt mientras Dan comenzaba a reír.

Tranquilo, no puedo; gastamos todo el súper pegamento en esos tres―indicó con felicidad mientras salía de casa.

La broma les había salido tan bien.

Habían colocado un pegamento especial, fabricado por Kyle el año pasado, en los asientos donde se sentaban sus tres compañeros. Además, una vez que estuvieron sentados, Dafne fingió que derramaba sin querer una botella de agua y mientras estaba en el suelo "limpiando" aprovechó para pegarles los pies al suelo. Por lo que cuando intentaron levantarse no podían ni mover los pies del suelo ni el culo del asiento. Fue muy divertido verlos confusos sin saber qué estaba pasando, estuvieron peleando durante un buen rato hasta que se dieron por vencidos y terminaron por descalzarse y quitarse los pantalones.

Obviamente ella grabó todo y luego se lo pasó a Triz. Y como siempre Triz, se encargó del resto. Si querías que alguien se enterase de algo, solo tenías que darle la información a Triz.

Y hablando de Triz, estaba al lado de su coche comiéndose un helado así que caminó hacia ella.

― Déjame adivinar, Matt ha pasado por aquí―dijo con felicidad mientras Triz resoplaba. Su amiga todavía no lo sabía, pero la iba a llevar a la biblioteca.

― Tu hermano tiene un problema; me vio un poco deprimida y me compró un helado, ¿¡se cree que tengo cinco años o qué!? ―contestó Triz girando la cabeza hacia ella, Ann se encogió de hombros antes de abrir la puerta del copiloto y meter sus cosas dentro. Matt siempre era así, veía a alguien deprimido y le compraba un helado―. ¿Por qué metes tus cosas dentro de mi coche?

La química entre tú y yo (TQST Libro #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora