Capítulo 13

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Tras haber hablado con Ámber Castiel había salido de su departamento, necesitaba respuestas a todo lo que rodeaba a Nathaniel.

Prometió que estarían juntos por siempre.

Lo había prometido.

La noche era helada y solo vestía una delgada camiseta roja.

No sabía muy bien su destino, pero sus pasos se dirigieron a más allá del parque. El departamento de Nathaniel se encontraba al otro lado de la calle.

Sus labios temblaban y su piel se erizaba al sentir el contacto con el viento.

No se movía, miraba de manera estática aquella habitación que mantenía la luz prendida; él estaba ahí. 

Una punzada traspasó su pecho causándole dolor, haciendo que su respiración su vuelva más lenta y espesa.

La mirada de iris ámbar llegó a su memoria, los labios partidos de Nathaniel, aquellos que podría besar día y noche sin parar, su sedoso cabello dorado en los que sus dedos se perdían en ellos. 

Los recuerdos de aquel día hace cuatro años, invadía su mente, y le dolía. 

Recuerda perfectamente en como sus carnosos labios rosas temblaban a medida que sus palabras salían entrecortadas debido al llanto.

"Déjame"

Más nunca dijo te dejo...

"Cumple tu sueño"

Pero nunca dijo porque cumpliré el mio...

"Lograré olvidarte, ya no te amaré"

Él nunca dijo; Ya no te amo...

Mentía, Castiel sabía que su chico mentía. Pero aunque le cuestionó mil veces la razón, él solo repetía lo mismo.

Sus callosos dedos apretaban los delgados hombros del rubio, con sus ojos clavados en los de Nathaniel, mientras que intentaba encontrar respuestas en su vacía y también herida mirada.

Castiel le repitió cientos de veces que lo amaba, que no lo iba a dejar, el rubio solo negaba con la cabeza sonriendo triste mientras entrelazaba su mano en la del guitarrista.

"Eres mi vida" le seguía repitiendo Castiel, pero como si las palabras de Nathaniel se hubieran extinguido no pronunciaba ninguna.

Hasta que Castiel tenía una oportunidad con una disquera. Y su corazón se dividió enseguida.

"Hazlo" le dijo el rubio, quien había escuchado su conversación con Adrien que le había propuesto aquella oportunidad que desde niño soñaba.

"Nathaniel..."

"Por favor, Castiel, hazlo, cumple, cumple lo que has querido"

Días y noches sin dormir, sus compañeros de su grupo no le presionaban pero se miraban entusiasmados por aquella oportunidad que siempre habían querido ellos también.

Hasta que con un dolor que no se borraría nunca, Castiel aceptó.

Y Nathaniel le sonrió.

Por siempre「casthaniel」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora