Al día siguiente no me había sentido para nada mal por haberle robado un poco de sangre al doctor Min. Honestamente, no había sido para nada fácil hacerlo, por dos razones. La primera era que necesitaba que no despertase y es por eso que tal vez llegué a drogarlo poquito, a él no le había gustado la idea, pues decía que el sabor de la sangre cambiaba, pero no tenía nada qué decirme, porque si Min Yoongi despertaba, estábamos jodidos y no me apetecía que existiera una pérdida cuando las cosas estaban comenzando; la segunda, era que fue muy, muy, muy jodidamente difícil separarme de él cuando me di cuenta que si continuaba robándole sangre, quedaría más seco que un jugo.
Sin embargo, la euforia que sentí después de robarle, no se alejó de mí hasta el día siguiente (o sea hoy), el día en que comenzaría con las tutorías que la misma persona a quien le robé dos noches atrás, me iba a dar.
Como había acordado, me quedé en mi departamento recordando una y otra vez el cómo es que le había robado sangre por medio de una pequeña mordida en su cuello, clavando mis dientes en la piel lo menos profundo posible para que no dejase una marca tan notoria. Con suerte le quedaría solo un pequeño hematoma, el cual podría confundir con un chupetón. Honestamente, no me había detenido a pensar en cuál podría ser la conclusión del médico al ver esa marca en su piel, pero yo estaba tan emocionado por el sabor de su sangre que no lo pensé ni me importó. Hasta hoy.
Vamos, Jimin, no seas gallina, nunca podría darse cuenta que hemos sido nosotros.
Otra vez, estaba de acuerdo con él.
Luego de dar un pesado suspiro, ingresé al edificio. Eran las seis de la tarde, recientemente había salido del instituto, por lo que aún seguía con el uniforme escolar. El olor a desinfectante, otros químicos y sobre todo de sangre, me golpearon la nariz.
Solo tres días más, por favor tranquilízate, me dije a mí mismo y a él, intentando calmarme.
Sí, sí, sí, anoche me diste un festín, tranquilo, estoy lleno.
Con paso determinante, caminé hacia el mostrador que había en la entrada para preguntar por el doctor Min.
―Ve a urgencias ―me sonrió la enfermera ―, lo más probable es que él se encuentre ahí. Siempre está en la zona de la acción.
Haciendo una pequeña reverencia luego de un agradecimiento, hice lo que me indicó. Sabía dónde estaba urgencias porque hace un día apenas yo había salido de ahí. Mis pasos eran lentos, realmente yo no quería ir hacia allá. Pronto me sentía acobardado por enfrentar a la persona quien me había hecho llegar a una euforia que no me había abandonado ni veinticuatro horas después de haberla saboreado.
―Ah, Jimin-ssi, has venido finalmente ―me quedé congelado en mi lugar nada más escucharlo ―. Y por lo visto ya te ves muchísimo mejor.
Mis ojos inmediatamente se dirigieron hacia su cuello. Justo igual que el día del desmayo, tenía un cuello de tortuga, por lo que me fue imposible poder ver alguna posible marca creada por mi mordida. Una parte de mí me hizo sentir bien, porque no tenía que verlo, pero la otra parte... tal vez estaba un poco decepcionada.
―S-sí ― ¿podrías por favor no ponernos en vergüenza? ―. Me he tomados los medicamentos que me ha recetado, descansé y comí como me lo indicó, también, bagsanim.
El desgraciado sonrió con suficiencia ―. Eso me gusta, buen chico ― joder, dime que no te ha dicho eso ―. Ven, te daré un uniforme, no puedes andar por el hospital con el uniforme escolar.
Accediendo con un movimiento de mi cabeza, seguí al mayor cuando este hizo un movimiento de la cabeza para que lo siguiera. Honestamente, no dije nada. Me sentía un poco nervioso y no solamente porque estaba en un espacio considerablemente reducido a su lado, sino porque podía escuchar el latido de su corazón y, este a diferencia de la mirada serena que tenía el cobrizo, latía considerablemente rápido. No tanto como el mío, el cual tan solo oírlo salió desbocado, pero más rápido de lo que aparentaba.
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Crescendo | ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ
FanfictionPark Ji Min era un chico muy tranquilo. Estaba en su último año del instituto, pensando únicamente en salir para poder entrar a la escuela Nacional de Seúl para poder estudiar medicina y ser el mejor cirujano de urgencias, tal como le prometió a su...