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La puerta se abrió de manera brusca, causando un gran ruido que fue capaz de despertar a los chicos de forma poco agradable.

Freddy se talló un ojo, todavía adormilado mientras miraba con curiosidad lo que pasaba. Billy hizo un ruido frustrado, indicando su disgusto a que lo despertaran. Eugene se levantó rápido en posición de combate, pensando que alguien se había metido a la casa a robar o, peor, matarlos. Pedro abrió los ojos de manera lenta y perezosa, sin querer levantarse aún.

-¡Se nos hizo tarde!- gritó Darla desde la puerta, la misma que había azotado.

Los chicos entonces despertaron por completo.

-¿Qué hora es?- preguntó alterado Billy mientras bajaba de la litera.

-¡Nos quedan diez minutos!- alertó la pequeña.

Se levantaron de golpe para empezar a correr a hacer sus cosas. Darla corrió a su habitación a alistarse, dejando al torbellino de chicos atrás.

Se vistieron y asearon (solo lo primordial) en tres minutos, quedando un poco desarreglados pero decentes para salir a la calle.

-¡Agarren una manzana como desayuno para todos y vámonos!- mandó Billy. Los chicos hicieron caso y salieron apurados de la casa.

A mitad del camino, cuando les quedaban dos minutos y un pedazo de manzana, Freddy se detuvo y miró al resto cansado.

-¿Qué tienes? ¿Te duele?- le preguntó Billy preocupado, dispuesto a cargarlo como el día anterior. El rizado se sonrojó ante la preocupación de irradiaban los ojos del ojiverde, desviando la mirada unos segundos y luego volver a observarlos obvio.

-Tenemos poderes- les recordó. Los chicos sonrieron bobos y avergonzados por no recordarlo ellos mismos.

-Shazam- dijeron todos después de asegurarse de que nadie los viera, convirtiéndose en la familia favorita de Filadelfia.

🎙🎙🎙

Tan pronto aterrizaron en el campo de fútbol vacío de la escuela y volvieron a ser ellos mismos, empezaron a correr en dirección a sus respectivos salones. No vieron la hora, por lo que dejaron su destino en manos de la suerte.

Billy entró a su salón agotado, sin llamar la atención de muchos y viendo a todos de pie y en desorden. Se acercó a Madison, quien se encontraba sola al fondo, en su puesto.

-Estás en mi lugar- mencionó con falsa molestia y una sonrisa.

-Quería esperarte- dijo alegre, logrando hacer que el chico se sonrojara.

-¿Y el profesor?- preguntó desconcertado, mirando que sus compañeros estaban más que tranquilos de pie junto a su grupo perteneciente. Ella rió.

-Y yo que pensé que por ser nueva sería la más perdida. Están todos los maestros en una reunión; tenemos la primera hora libre.

El castaño bufó molesto y hambriento. Se preguntó si sus hermanos también tendrían tanta hambre como él y, de ser así, cuánta comida le robaría el menor en el almuerzo.

🎙🎙🎙

Freddy entró al salón, siendo ignorado por todos.

"Al fin algo que me sale bien", pensó contento, y a la vez no.

Se sentó en su banco con total calma, ignorando el hecho de que el profesor no estaba y dispuesto a leer un cómic para entretenerse. Empezó a leer con normalidad hasta que alguien se posó frente a él haciendo ruidos para llamar su atención.

-Tengo una ofrenda de paz- canturreó el chico de ayer, al mismo tiempo que sacaba una bolsa de galletas de su bolso-. Sé que unas galletas no son suficientes, pero si me de...

Noticiero hogareño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora