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La desventaja más grande de tener tantos hermanos, yendo siempre de un extremo a otro de la casa, era que para llorar en paz, tenías que hacerlo en el baño. Sin siquiera una almohada para abrazar.

-Claro que tiene novia. Era cuestión de tiempo. Como si fuera a creer que tenía un mínimo de posibilidades. Hacerse ilusiones era estúpido, pero... pero aún así...- la molestia en su voz fue disminuyendo cada vez más, hasta que solo hubo tristeza-...duele.

Otro par de lágrimas rodó por sus mejillas.

¿Por qué le dolía tanto? No es como si hubiera creído que de verdad algo podía pasar, pero eso también lo había creído con ser superhéroe y... ¡y algo pasó! Pero que ese algo fuera Billy lo hacía aun peor.

Entonces, se vio sentado a sí mismo llorando en el piso del baño de su propia casa, por un chico que no solo era su mejor amigo y hermano adoptivo, sino que también tenía novia. Se odió más de lo que ya se odiaba.

Toques en la puerta se escucharon.

-Freddy, ¿estás bien? Llevas ahí un rato.

Era Billy.

Se quitó el rastro de lágrimas y carraspeó, queriendo evitar llamar la atención del mayor con su voz entrecortada.

-¡Sí, estoy bien! Yo solo... ¡me dio diarrea!

Fuera del baño, el castaño arrugó la cara con asco y se alejó instintivamente de la puerta.

-Está bien. ¿Quieres que te prepare algo?

Ahí estaba esa maldita amabilidad característica suya. Razón que encabezaba la lista de razones por las que se había enamorado William Batson.

-No, de seguro comí algo rancio. Ya se me pasa.

-Como digas.

Una vez escuchó los pasos de Billy alejándose, se levantó con un poco de dificultad, se lavó la cara y salió del baño para dirigirse a su habitación. Iba a tomar una larga sie...

-¡¿Qué estás haciendo?!

Apenas entró y vio a Darla husmeando en sus cajones, con eso en mano.

-Y-yo... ¿limpio?

-¡Dame eso!- ordenó. Se acercó a la pequeña con grandes pasos y le arrebató la carta de las manos. La rompió en muchos pedacitos y hasta llegó a comerse algunos por el enojo y desespero a que alguien lo leyera-. Dime que no lo leíste.

-Bueno...

-Darla.

-¡Solo buscaba mi lapicera rosa! La vi ahí, la leí y me enteré de que te gustaba alguien.

-Ah, entonces la leíste hace semanas por accidente y ahora la vuelves a leer por voluntad propia para seguir con una estúpida investigación de cosas que no te incumben. ¡Qué linda!

A la niña se le cristalizaron los ojos y agachó la mirada. El rizado se veía muy molesto y muy decepcionado.

-¿Soy una mala hermana?

Freddy abrió los ojos y solo entonces notó el tono con el que le hablaba a la pequeña. Hace algunos días quizá no le hubiera importado, pero justo hace un rato se acababa de enterar de que Billy y Madison eran novios.

Suspiró con resignación y se acercó a la morena para consolarla.

-No, no, es solo que... eso está mal, Darla. Perdón por hablarte así, no lo volveré a hacer. Mi humor no es el mejor hoy.

-¿Porque Billy y Madison son novios y te gusta Billy?- preguntó, dando justo en el blanco, aunque todavía se veía un poco insegura del resultado de su investigación.

Noticiero hogareño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora