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CAPÍTULO CUATRO

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CAPÍTULO CUATRO

La cabeza de Youn Geon sencillamente está al borde de estallar, le duele y tiene una sensación extraña en el estómago, todo su cuerpo ha estado extraño en el transcurso de las horas. Abriendo despacio los ojos, se dio cuenta de que algo la sujetaba, o más bien, que alguien estaba abrazándola con mucha fuerza. Bajando la mirada, se dio cuenta que una cabellera negra se hallaba sobre su pecho, la sostenía como si fuera una clase de almohadón. Gruñó disgustada tratando de safar, ¿Dónde están sus amigos? Lo último que recuerda es que estaba riendo con unas personas, luego que todos salieron corriendo y que… Oh, que JungKook se puso muy ebrio y debía ayudarlo.

—¡Jeon! —exaltada en extremo disgusto lo empujó a un lado de la cama, el ruido de su cuerpo impactando contra el suelo la hizo sentar de rodillas— ¿Por qué mierda me abrazas?

—Ahg, joder… —levantándose, sobó su cabeza lastimada— ¿Qué haces aquí y por qué me golpeas?

—Eres un pervertido, estabas tocando mi pecho.

—¿Quién quisiera tocar ese pecho plano? —se burló, aunque dentro suyo, la vergüenza de haber aplastado su rostro en el cuerpo se una mujer lo volvía una bola tímida. En medio de su sueño sentía una textura muy suave y cómoda, por eso se refregaba o tocaba aquello, hasta que se fue despertado de la peor forma por ese animal salvaje que llama compañera.

De pie cerca de la puerta, su oído captó pisadas en las escaleras junto a una voz masculina muy profunda para ser la de un adolescente. Eran dos hombres, y al parecer, detrás de ellos su amigo demasiado nerviosa. 

—¡Cállate si no quieres que…! —antes de continuar, el muchacho la hizo callar alzándose sobre ella, su mano cubriendo su boca— Hmmh, ¡Hmmh! —furiosa gruñó tratando de alejarlo.

—Shh, escuchó a la policía. Haz silencio. —había dicho. Tomó las sábanas hasta taparlos a ambos debajo de ellas, solo entonces la soltó dejando que hablara— No digas nada.

—N-No diré nada, soy la mejor no diciendo nada.

—Apuesto a que yo soy mejor. —susurró sonriendo— Me puedo esconder mejor.

—Ugh, me aplastas simio. —removiendose, sintió el peso de su enemigo encima, sus piernas estaban enredadas y sus rostros muy cerca, al punto que sentía su respiración chocando. Incluso aunque era oscuro, podría apostar que sus propias mejillas estaban sonrojadas.

—No te muevas… —gimió— Quédate quieta o nos descubrirán.

—Pero hay algo que me está aplastando el muslo.

Hubo un espacio en silencio que la asustó, él no dijo nada, dejó caer su cabeza acalorada en el espacio de su cuello mientras la vergüenza lo carcomía. ¿Cómo pudo dejar que pasara algo así? ¿Por qué su cuerpo reacciona ante una chica? ¿Y por qué la chica debía ser ella? Ni siquiera se dio cuenta lo que provocaba hasta que fue muy tarde, tal vez era porque nunca la vio tan linda como esa noche con ropa femenina, o porque le gustaba su olor de cerca, un perfume delicado a flores, o… o era su imaginación jugandole una mala pasada, imaginando que habría debajo de esa falda y camisa.

Ninguno llevaba su calzado, y ninguno recordaba bien como terminaron en esa habitación. De lo que estaban seguros, es que probablemente aún seguían un poco ebrios, y que había cierta tensión que debía ser solucionada.

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enemies to parents  ➵ ʙᴛs;; jjk [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora