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CAPÍTULO UNO

Yug Jeom es un buen amigo de JungKook desde la escuela elemental, han sido compañeros de esgrima durante años y pudieron coincidir en muchas cosas. Debido a que era su cumpleaños número diecisiete, decidió invitar a muchas personas a su casa en una aparente fiesta al estilo occidental. No iba a ir, se lo dejo claro desde un principio, pero si el entrenador se lo pedía en persona, no le quedaba de otra que ir a ese lugar, podría posponer su entrenamiento una noche, después de todo, es viernes.

Cuando llegó a la puerta del hogar de su mejor amigo, todo se veía silencioso y tranquilo. Se despidió de su padre que lo veía desde el auto en lo que tocaba el timbre. La casa del castaño era de dos pisos, con un jardín delantero muy bien cuidado y una cochera donde su madre guardaba una camioneta que siempre quiso conducir.

Con su pie golpeando las escaleras impaciente, esperó en el pórtico mientras oía unos pasos acercarse. Una melena cobrizo abrió, al verlo, le sonrió.

—Oh, no esperaba verte por aquí. —lo saludo, dejándolo pasar.

—Ni yo a ti, Chae Won. —caminó por la entrada sabiendo de memoria donde estaba la sala, de donde provenían gritos escandalosos. Impactado sus ojos se abrieron en grande— ¿Qué es esto? —cuestionó a su amiga— Pensé que era una reunión con algunos del club de esgrima.

—Bueno, Jeom decidió invitar a un par más. De la nada la sala se llenó, y en el jardín trasero hay más personas.

—Bien por él, yo iré a casa.

—Alto ahí, tonto. Es su cumpleaños, no puedes dejarlo así sería muy grosero. Quédate, vamos. —insistió.

Tuvo el impulso de darse media vuelta e irse al carajo. Lo suyo no es hablar con muchas personas en un espacio cerrado, desde que tiene memoria no ha sido bueno haciendo amistades, tal vez se deba a su vanidad o su poco interés en las personas, lo que sea, lo convirtió en alguien poco atractivo para el resto. Comienza a sentir nervios con cada paso que da siendo guiado por la pelirroja, Chaewon es su compañera de salón al igual que Jeom, los tres tienen una amistad equilibrada donde cada uno cumple un rol establecido, ella es dulce y solidaria, lo hace salir del cascarón, como en ese momento. Tomándolo de la mano lo guió hacia donde el cumpleañero se hallaba sentado en el suelo alrededor de la mesa ratona, reía a carcajadas.

Estaba a punto de darle una patada en la cabeza por ser un irresponsable que hizo una fiesta tan grande cuando se supone que deben estudiar, pero todo su cuerpo se congeló. No era el hecho de que hubiera botellas de alcohol allí, o que algunos estuvieran coqueteando sin pudor, se trataba de una completa pesadilla inimaginable. Sentada de rodillas, y usando ropa casual, la pelinegra bebía una botella de soju despreocupada. Como si fuera reina del lugar.

Su amiga se sentó, y Jeom levantó la cabeza.

—Eh, al fin llegas. Siéntate. —estirando su brazo lo atrapó de la mano y lo sentó al lado suyo, justo en frente de esos ojos diabólicos— Estamos jugando, ¿participarás?

—N-No.

—No imagine que fueras tan cobarde, JungKook. —su voz sarcástica lo hizo verla— Hola, por cierto.

¡Ahí va! Actuando arrogante, insinuando que él es un perdedor, no se lo permitirá, no está vez.

—¡Participaré! Y voy a ganarte.

—Me gusta tu motivación, chico guapo.