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CAPÍTULO VEINTICUATRO

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CAPÍTULO VEINTICUATRO

El apartamento de su hermano mayor no era precisamente una muestra de lujo en la ciudad, pero para JungKook, era un refugio acogedor después de irse de su casa. Con dos modestas habitaciones, un baño y una sala de estar que compartía espacio con la cocina, era un lugar que irradiaba calidez y familiaridad. Su hermano mayor había sido generoso al cederle su cuarto de arte, donde guardaba cuidadosamente sus pinturas al óleo y sus esculturas a medio terminar. Mientras desempacaban con Jeom, recibió una llamada del trabajo, así que se fue dejándolos solos.

No pudo traer muchas cosas debido al reducido espacio, más que los libros de la escuela, su equipamiento de esgrima y un poco de ropa. JungHyun tuvo que hablar seriamente con sus padres para permitirle hacer la mudanza de su cama y muebles, ellos accedieron con la excusa de querer la habitación vacía para convertirla en una de huéspedes. ¡Cómo si ya no tuvieran suficientes!

Ellos actúan peor que unos niños odiosos, encaprichados con volverlo un juguete perfecto, pues la vida que con tanto esfuerzo creo, corría riesgo gracias al giro del destino. Pero no se rendiría ni caminaría por el camino fácil, deseaba seguir adelante con el embarazo tanto como ser campeón de esgrima

El sonido repentino de algo pesado cayendo sobre la pequeña cama hizo que JungKook girara la cabeza para encontrarse con Jeom, recostado con los brazos detrás de la cabeza, mirando fijamente el techo.

— Si mis padres tuvieran el dinero como los tuyos, nunca me atrevería a desafiarlos, y mucho menos para buscar trabajo —reflexiona con una pizca de envidia—. Pero, hey, al menos tienes salud.

— No eres de mucha ayuda, Yug Jeom. ¡Y te dije que movieras las cajas! —exclamó, lanzándole una almohada con fingido enfado—. Deberías buscar trabajo también en lugar de gastar dinero en tonterías. Te ayudaría a valorar lo que tienes.

Jeom se levantó para colocar los libros en el estante, respondiendo con despreocupación: —Nah, paso. Entonces, ¿serás cajero en esa tienda cerca de la escuela?

— Sí, el hijo del dueño es amigo de Hyung, así que me dio el puesto.

El hermano mayor de JungKook había hablado con algunos amigos para encontrarle un trabajo de medio tiempo con suficiente paga para sus gastos. La mejor opción resultó ser en una tienda de conveniencia a tres calles de la escuela. Después de su entrenamiento, podría trabajar por las noches. Si sus padres descubrían lo que estaba haciendo, seguramente se sentirían humillados de tener un hijo trabajando en vez de seguir estudiando, pero tarde o temprano se enterarían.

— He oído que van chicas lindas durante el turno de noche. —Jeom soltó uno de sus comentarios absurdos de siempre que le hacían girar los ojos—. ¿No estás emocionado por eso? ¿O acaso tú y Geon...?

— ¡Nosotros no somos nada! —tan rápido como un rayo, se dio la vuelta para contestarle. No había razón para estar a la defensiva, más bien, era normal que la mayoría piense en ellos de esa forma, pero no hay nada más alejado de la realidad—. L-Lo digo en serio.

— Tranquilo, campeón. —se rió—. Ya sé que no la amas, pero no puedes negar que te atrae. Después de todo, tu "calentura reprimida" te llevó a ser echado de casa.

— ¡Ya basta! —JungKook, lleno de frustración, se abalanzó sobre Jeom y comenzó a golpearlo en el estómago, mientras éste trataba de reírse a pesar del dolor.

— ¡Admite que te parece linda!

— Cállate de una vez, inútil. —bufó, aunque en el fondo sabía que Jeom tenía razón en cierto modo. Su complicada situación con Geon había contribuido en parte a su situación actual.

— Alégrate, al menos ya no eres virgen. Tu mano podrá descansar por un tiempo.

— Te odio.

El aire en el apartamento se llenó de risas, era una atmósfera cálida y acogedora. En ese pequeño espacio, rodeado de cajas y recuerdos, JungKook encontró un refugio donde podía ser él mismo, al lado de un amigo que lo apoyaba –a su singular forma– en los buenos y malos momentos. Y, aunque el futuro era incierto, sabía que mientras tuviera a su hermano y a Jeom, podría enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino.

 Y, aunque el futuro era incierto, sabía que mientras tuviera a su hermano y a Jeom, podría enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino

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