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CAPÍTULO TREINTA Y DOS

Las mujeres embarazadas suelen tener cambios de humor frecuentes, o eso es lo que leyó en Internet, en medio de su búsqueda exhaustiva para obtener más información, se había percatado de lo difícil que sería lidiar con una Geon sensible. Las fluctuaciones hormonales afectan su estado de ánimo, y como a cualquier otra mujer en cinta, las mantiene preocupadas todo el tiempo para darle lo mejor a su bebé en su vientre. Esto genera estados de irritabilidad o depresión. Es común que pase bruscamente de la alegría al llanto, o de la euforia al mal humor.

Youn Geon siempre ha sido una loca gruñona, pero últimamente más de lo habitual. Y eso empeora con su apetito insaciable, devorando todas aquellas cosas que cuando era atleta tenía prohibido. Sin embargo, le resultaba hasta tierna cada vez que sus mejillas se ensucian con migas de pan, o como cerraba sus ojos al disfrutar de un buen desayuno. Era simplemente linda.

— ¿Qué lees? —una voz femenina hace que levante la vista de su teléfono. En hora de almuerzo, decidió quedarse en el salón con su móvil para leer algunos artículos de madres embarazadas, así entendería un poco más a Geon.

— Hmmh, mada. —carraspeando, bloqueo la pantalla del teléfono mientras giraba la cabeza al lado de la ventana.

Chae Won suspiró dejando algo apoyado en su pupitre.

— Traje tu favorito. —dijo. JungKook volvió a verla, y a la leche de banana que dejó a un costado de su libro de ciencias. Después de largos años de amistad, era obvio que sabría de su gusto culposo— Esperaba que pudiéramos hablar ambos a solas.

— Ya lo estamos haciendo.

— Sabes a lo que me refiero. —insistió— Me siento mal por lo que sucedió y yo… —sus palabras quedan en el aire cuando una risilla conocida comienza a acercarse a la puerta del salón, helada de pie, no dice nada más, solo le dirige una última mirada de pena antes de volver a su pupitre.

Geon entra con MinJi, ambas llenas de snacks en los brazos y riendo por algo que alguna dijo. La castaña tira su comida en la mesa que comparte con su amiga un poco más en el fondo, y luego camina hacia él.

— ¡Oye, Jeon! —con una gran sonrisa se para a su costado, aunque lentamente aquella mueca de felicidad se desvanece— ¿Banana? —ve el paquete en la mesa, y luego el que ella sostiene, de chocolate.

— ¿Qué sucede? —preguntó, tomando el paquete para abrirlo. Claro, estaba más que molesto con su mejor amiga, pero eso no quita que podría tomar la deliciosa leche de plátano. Observó curioso a la chica, quien frunció el ceño.

— Te compré leche de chocolate. —mostró— ¿Por qué tienes una de banana? ¡Es horrible!

— Prefiero esta. —bebió un poco.

Youn Geon no entendía de donde la sacó, si no salió del salón en toda la mañana. A quién sí vio salir era a Chae Won, con quien compartió una dulce mirada de desprecio cuando chocaron en la máquina expendedora del tercer piso. ¡Era tan claro!

— ¿Estás insinuando que no quieres tomar lo que compré pensando en ti? —un gran silencio se formó en el salón que siempre estaba en constante bullicio, ahora todos fijan sus miradas en la pareja.

— Solo digo que me gusta más esta, es mi favorita. La de chocolate es mala para la salud, tiene mayor calorías.

— ¿Desde cuándo te importan tanto las calorías de una jodida leche? Si solo prefieres tomar lo que te obsequio otra puedes decirlo, idiota. —ofendida se dio la vuelta para volver a su asiento, con una MinJi sorprendida.

Oh, le esperan unos meses bastante jodidos.