enemies to parents ➵ ʙᴛs;; jjk [✔]

OO5

CAPÍTULO CINCO

La mañana siguiente fue un caos, y no se trataba sólo de que la policía descubrió sus mentiras después de encontrar botellas llenas en la bañera, o que multaron a Jeom –lo cual provocó que sus padres lo castigaron por un año entero–, sino que en esa cama ajena, estando ambos pegados bajo los efectos del alcohol, habían hecho algo que jamás hicieron con otra persona antes. Eran inexpertos en esos asuntos, sin embargo, fue como si sus cuerpos se dejarán llevar por el momento, cada uno lo disfruto a su exquisita manera hasta caer dormidos. Y al despertar, dos pares de ojos estaban puestos sobre ellos. Chae Won salió primero de la habitación sin decir o expresar una mínima palabra, mientras que el castaño permanecía con la boca abierta a punto de caer al suelo.

Todo sucedió rápido, muy rápido. La muchacha tomó su ropa esparcida en el suelo y corrió escaleras abajo, su cara ardía de la vergüenza conjunto sus pensamientos la martillaban por la culpa. ¿En qué estaba pensando al acceder a hacerlo? Se supone que lo odia, que lo detesta, que no puede verlo sin desear golpearlo. ¿Cómo pudo? ¡Es una idiota! ¡Él es un idiota! La manera en que la besó desesperado por sentirla, con sus manos recorriendo cada parte nunca antes explorada, le había encantado. No fueron necesarias las palabras en ese juego, más que algunos gruñidos y exhalaciones. Oh, aunque él… «Hmmh, me encantas» le había susurrado en medio de sus penetraciones. ¡Que descarado!

Constantemente se mofa de ser mejor que ella, y en solo minutos, cayó rendido a sus pies.

Era extraño pensar de esa forma en su archienemigo, desde pequeña su misión ha sido superarlo, le gustaba la expresión que ponía en su rostro cada vez que lo vencía en un combate, era gracioso.  Puede que, para ella, los combates de esgrima sean nada más que una forma de divertirse, la diversión de verlo.

Y hablando de verlo, en definitiva no podría hacerlo jamás. Durante ese fin de semana llamó a su mejor amiga, le gritó unas cuantas cosas por dejarla sola en esa casa, luego lloró arrepentida de sus actos carnales, para más tarde narrar cada detalle de lo sucedido, sin omitir ni un gemido.

—¿Y usaste condon?

—¿Eh?

Unas cinco semanas después de aquel vergonzoso suceso, Youn Geon se hallaba en el salón de clases con su amiga, devorando su almuerzo y hablando de lo difícil que le era volver al club de esgrima sabiendo que tenía que verle a la cara.

La pregunta de Mingi la hace detener el transcurso del pan a su boca, la observa confundida.

—Que sí usaste condon.

—Hum, bueno… no, creo que no.

—Tú… ¿Estás hablando en serio? ¿Cómo que 'crees' no haberlo usado?

—Tranquila, no usamos y ya. ¿A qué viene la pregunta?

—¡A que tu cuerpo ha estado cambiando y no paras de sentir náuseas desde hace dos semanas seguidas! —de pie, llama la atención de sus compañeros que aún permanecían allí en silencio.

—Oye, cierra el pico que van a escucharnos. —con discreción la hace sentarse, mientras mastica ahora nerviosa— ¿M-Mi cuerpo cambio? Pues, el entrenador dijo que estaba un poco... con mayor peso, pero creí que era normal porque mi apetito subió y… ¿T-Tu…?

—Mierda —suspiró—, han pasado cinco semanas, subiste seis kilos de la nada y estás con náuseas. Un mes entero de esta forma, ¿no te parece raro? y más teniendo en cuenta que ni siquiera usaron protección.

De acuerdo, está acabada.