¿Que somos? [FargexBy]

Capitulo veintinueve: Mi pregunta

Pasaron un año y cinco meses los cuales fueron pacíficos, a Alex aún le costaba mucho desarrollarse con demás personas pero consiguió entablar una relación unida con sus amigos. No había noticias de nada, todo era paz.

Desde hace una semana estaba el clima tormentoso, neblina en la montaña pero ese día fue maravilloso, solo una ligera llovizna que duró desde la mañana hasta ese momento. La pareja, si, ya ambos salían oficialmente desde hace ocho meses, veían una película. Era muy lindo pasar tiempo con Fargan, le hacía sentir al menor completo y muy a gusto. Un trueno se escuchó a la distancia.

—¿Podemos salir a pasear?—pidió Alex acercando su cabeza al pecho del mayor.

—¿Por que adoras mojarte?—respondió seco.—A mi no me gusta para nada que el agua se meta en los zapatos y se me mojen los calcetines.

—Ya veras...—le guiñó un ojo.—Anda, vamos.

—Vale, vale...—acepto poniendo una sonrisa.—Cambiémonos y salgamos.

Negó con la cabeza mientras reía. Adoraba verle feliz, al parecer las terapias dieron sus frutos. AlexBy fue al cuarto de Jimmy a darle un dulce beso en su pico. Después corrió a su habitación y se cambió para salir al exterior, de su comida sacó una pequeña caja. Le pidió amablemente a Mangel, el cual como dato extra ya andaba con Vegetta, que si le compraba un par de anillos de compromiso. El mayor acepto con gusto y el mismo día le llevo dos anillos.

Sonrió, estaba decidido a vivir una vida al lado de la persona a la cual amaba.
Salió de la habitación y tomó la mano de Fargan para mirarlo.

—¿Listo, pequeño?—Alex asintió y salieron.

Ambos iban debajo del paraguas que Fargan traía en la mano. Ambos jugaban con los charcos de agua. AlexBy en un punto lo guió a una montaña en la cual se veía todo el pueblo, un lugar muy bonito. El mayor contemplaba las vistas hasta que Alex se aclaró la garganta.

—Fargan...—el nombrado volteó a verle—¿Quieres casarte conmigo?—le mostró el anillo

—AlexBy...—balbuceó apuntó de ponerse a gritar.

—Escúchame, que quiero vivir contigo.—dijo con un risa.—Siempre me sacas una sonrisa, haces que todo parezca mejor. Los días son mejores a tu lado.

—Oye...—balbuceo nervioso.—Sabes que no hacía falta un anillo para esto, ¿no?

—¿Que tratas de decir?—preguntó Alex desorientado aún.

—¡Que aceptó!—exclamó.—Claro que aceptó, pequeño.

Un beso los unió sin saber que aventuras se le venían. Entrelazaron sus manos, no les importaba estar bajo la lluvia y enfermarse, estar unidos en ese instante era precioso.

A centenas de kilómetros, dos chicos se encontraban paseando de la mano, ya ambos con el pelo mojado y una sonrisa en sus rostros.

—¿Te puedo hacer una pregunta?—el menor asintió y ambos se detuvieron.—¿A ti te gustaba Fargan?¿No es así?

—No, el es solamente un amigo, Rub. Un simple amigo, mi mejor amigo, bueno, o al menos para mi lo sigue siendo, no se el.—comentó, al recordar todo lo que le hizo a Alex soltó una risa.—Tu eres todo mi sol y mi luna, cariño.