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____ apretó el móvil entre sus manos. Agitada. Pero no lo daba anotar. Soltó un suspiro. Sus cuatro mejores amigas habían desaparecido en lo que iba de la noche y si el instinto no le fallaba ella podría ser la siguiente en desaparecer.

-¿Quién eres?- pregunto al teléfono.
Nadie le respondió.- ¡mierda, me has estado llamando toda la punta noche!- grito desesperada. Tenía dieciséis llamadas perdidas de ese número y ni siquiera sabía de quién se trataba- Tú, Tú las has secuestrado..- titubio ____, refiriéndose a sus amigas.

-Sé donde estas ahora- le respondió el.
Tan mecánico y relajado.- Te estoy viendo.- ____ solo logró ponerse más nerviosa al oír esas palabras. Miro ambos lados de la habitación, estando completamente sola- así que escucha, necesito que salgas de la habitación en donde estás.

-No lo haré- respondió ella. Nerviosa.

-Nena, tienes dos minutos para salir de tu preciosa habitación, okey? O si no me tocara a mi tenerte que sacarte de ahí, si es que no nos quedamos un rato a probar la cama.

-¿Vas a matarme?- susurró ____. Apuntó de derramar las primeras lágrimas de la noche.

-Sal de la habitación.- le dijo serio. Sin escrúpulos, como siempre.- O esta vez te juro que mato a una de las putas que me he traído.-y río por el teléfono.- no, no, quiero decir tus amigas.

___ salió fugaz de su habitación. Casi corriendo, jadeante y con el pánico en la garganta.

-Eso es.- susurro Mateo por el teléfono.- ahora ve a la cocina.

Y entonces, una ligera idea de instaló en la mente de ____. Colgó el teléfono y corrió con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la enorme mansión de sus padres en Las Vegas, pero cuando intentó abrir la puerta ya era demasiado tarde.

-Ah, ah-negó el.- te dije que vallas a la cocina.-_____ sintió las manos de aquel hombre apretarle la cintura, sintiendo el contacto de su piel con la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual, pero que a la misma vez sumía con salvajismo entre los brazos de el. Mateo le tapó los labios a la misma vez que obstaculizaba su respiración. Y antes de que ella pudiera caer desmañada. Mateo le susurró algo al oído.- resultaste ser más bonita que las demás, eso..- delicadamente se hundió entre el cabello de _____, entre su apetecible perfume, la estaba dejando sin conciencia, y poco a poco se sentía dueño de ese cuerpo que ella manejaba.
Ese que empezaba a gustarle.

Secuestrada- Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora