𝙵𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜𝚢; La fantasía es contar historias con el poder seductor de transformar lo imposible en lo imaginable.
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Saga:Harry Potter. Advertencia:No.
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Aprete los puños y seguí caminando por los pasillos del castillo ignorando los murmullos a mis espaldas, sabía que hablaban de mi.
— ¡Janie, esperame!— Escuché la voz de Harry acompañada de unas pisadas rápidas. Me detuve sin girarme, para esperar al lindo chico de bonitos ojos verdes.
— Vámonos— dije, él toma mi mano y comenzamos a caminar al lago negro, queriendo salir de las miradas de desaprobación.
Antes de poder llegar a nuestro destino el estúpido de Malfoy se puso delante nuestra.— Oh, hola, pequeña Jane— ronronea coquetamente, rodee los ojos con molestia. Sentí a Harry tensarse, acaricie su mano en un intento por calmarlo.
Por culpa de este maldito rubio tengo la reputación que tengo, todo por un maldito rumor que él inicio. Gracias al cielo Harry no creyó en ninguna de esas habladurías y se acercó a mi, sin importarle que lo alejase.
— Vete al infierno, Malfoy— maldice el chico de anteojos jalando mi mano para caminar.
El resto del camino fue en completo silencio, Harry seguía muy tenso, y una vez en el lago negro me senté bajo un árbol y espere a que Harry hiciese lo mismo, pero parecía estar muy molesto.
— ¿Estas bien?— pregunté, mi novio suspiro y sentó a mi lado, tomando mis manos.
— ¿Por que actúas como si estuvieses bien-— sentí un nudo en mi garganta, sabía que estaba mal, no debía dejar que los comentarios de la gente estúpida me afectasen, pero creo que era más estúpida yo al dejar que me hiciesen daño.
— Es que lo estoy— mentí, Harry volvió a suspirar y besó mis nudillos.— Tu...— comencé a hablar.— ¿Por que estas conmigo? Quiero decir, ya casi te has quedado sin amigos por que Hermione te dejó de hablar cuando se enteró que eres mi chico— no pude evitar que ese sentimiento de culpa se instalará en mi pecho, por mi culpa Harry ya no hablaba con la castaña y sabía que a él le hacia falta. A Ron le dio igual, solo me pidió que lo cuidase y que jamás le hiciese daño.
— ¿Lo preguntas enserio?— asentí, él hizo que nos acostaramos en el pasto, mi cabeza encima de su pecho mientras abrazaba mi cintura.— Extraño a Hermione si, pero jamás dejaré que alguien te trate como ella lo hizo, aunque fuese mi mejor amiga. Y sé que vendrá cuando se de cuenta que se equívoco y que nada de lo que dijo el estúpido Malfoy es verdad.
— ¿Y si nunca pasa?
— Claro que lo hará. Estoy seguro de ello, solo que debe saber tu verdad y no la de Draco.— Me tense.
— Sabes que yo no puedo decírselo ¿verdad?— él asintió.
— Si, bebé. Sé que es difícil para ti, pero sé que ella lo sabrá. Por lo tanto no te preocupes, solo por favor no te rindas, que eres lo que único bueno que hay en mi vida.
— ¿No te molesta que digan que eres un idiota por estar conmigo?— pregunté tímidamente, Harry negó mientras besaba mis labios con cariño.
— No, no importa lo que digan de ti o de mi, cielo. Ellos no saben lo que pasó, y creeme que yo te trataré como se debe.— sonreí, mi pecho llenándose de amor al escuchar sus bonitas palabras.
— Gracias por estar aquí, conmigo.
— No, gracias a ti por dejarme entrar en tu pequeño corazón herido.
Pero ya no lo estaba, al menos no como antes, Harry se había encargado de sanar cada una de mis heridas y de quitar las inseguridades desde que que pasó lo que pasó.
— Eres mi pequeño Ángel que llena de luz mi oscura existencia, Janie.
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