𝙵𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜𝚢; La fantasía es contar historias con el poder seductor de transformar lo imposible en lo imaginable.
✨ Donde escribo historias cortas de cualquier personaje.
O
Donde tu haces tu pedido y yo trato de cumplir tus espectativas.✨
— Hola, viejo amigo— hablé, incandome.— Después de mucho tiempo he decidido venir a visitarte— sentí mis ojos picar.—Tengo mucho que contarte— continúe, tratando de no llorar.
Me acomode en el piso, suspire y cerré mis ojos. Alcé mi cabeza al cielo, abriendo mis ojos; parecía que el clima estaba de acorde a mi estado de ánimo en ese momento.
— Me enamoré— confesé.— Y me siento estúpido en este momento por que tu me dijiste que alguna vez lo haría y que sería completamente dichoso; justo es como me siento.
Trague grueso, y guarde silencio por unos segundos al sentir mi voz quebrada—; También me siento increíblemente culpable. Por que sé que quizás no es lo correcto pero realmente la amo y creeme que a diario se lo digo.
Sin poder aguantarlo más lloré, lloré como un bebé, quizás me hacía bien llorar; debía hacerlo para poder purificar mi alma, el dolor que siempre estaba conmigo me estaba matando lentamente.
— La gente...— mordí mi labio, aguantando un sollozo.— La gente nos mira extraño, y lo entiendo. Es complicado que acepten esta relación en está situación tan frágil, pero ¿que puedo hacer? Ambos sabemos que en el corazón no se manda, él no escucha, solo se aferra a ella y por ella lucha.
Jugué con mis dedos, sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas; me estaba matando estar aquí, pero debía hacerlo para estar bien conmigo.
— Yo sé que tu lo entiendes, y la trataré bien, tu me dijiste como se le trata a una chica. Por ti yo haría todo, lo sabes, yo sé que al principio no éramos muy unidos por no decir que éramos enemigos, pero sé que al final nos unimos como nadie. Eras y serás siempre mi amigo del alma, mi hermano— sonreí entre lágrimas.
De pronto una sensación cálida llenó mi pecho, supe entonces que él estaba ahí conmigo.
— No te preocupes por ella que yo aquí estoy, el amor que le dabas yo a diario se lo doy. Prometo que le diré cuanto la amabas, sé que es la mujer perfecta, no te equivocabas.
Sequé mis lágrimas, sin embargo, mis mejillas volvieron a humedecerse. No podía no llorar, podía sentir como de a poco el peso en mis hombros era alivianado.
— Cuando estabas apunto de irte...— trague grueso, intentando que el nudo en mi garganta se fuera— tomaste mi mano diciéndome que apesar de nuestra enemistad de al principio nuestra relación del momento era una de hermanos. Me dijiste también que la amabas con todo tu ser, y que dejarla es lo peor que te ha pasado.
Mi mentón tembló. Una sensación agradable llenó mi pecho, esto estaba siendo benéfico para mi.
— Me dijiste que es preciosa, que es un Ángel del cielo, que es inigualable hasta en el olor de su cabello— describí, sonriendo entre lágrimas al recordarla.— Tienes razón en todo, ella es simplemente perfecta. Sé que te querías casar con ella, es la predilecta.
Aspire una respiración temblorosa; mis manos secaron mis lágrimas y me force a mi mismo a no llorar más.
— Me pediste que la cuidara, que no dejara que nadie le haga daño, que nadie la traicionara y no pienso fallarte ni fallarle a ella, por que la amo con todo mi ser. Curaré sus heridas y siempre estaré a su lado.
Tomé ambos ramos de flores entre mis manos; los mismos que solo llegar los dejé descansando en el suelo, suspire nuevamente y pase mi mano por mi cabello.
— A ambos nos duele que te hayas marchado pero creeme que eso nos une más y siempre estaré a su lado. Ve con Dios hermano, yo la cuidare. Descansa en paz, te extrañare.
Me despedí, dejando sobre la tumba de Brett un ramo y el otro lo dejé encima de la tumba de Lori. Tras darle un último vistazo, me levante y salí del cementerio; la visita me iba hacer bien.
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