𝙵𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜𝚢; La fantasía es contar historias con el poder seductor de transformar lo imposible en lo imaginable.
✨ Donde escribo historias cortas de cualquier personaje.
O
Donde tu haces tu pedido y yo trato de cumplir tus espectativas.✨
— Danisha, deja de reírte— se queja mi hermano dando un ligero empujón a mi cuerpo, eso hizo que mi risa aumentara.
— Es que...— traté de eliminar la risa— fue tan gracioso— reí nuevamente, sentándome a medias de Ron y Harry.
— ¿Que pasa?— pregunta Ron sobando mi espalda cuando puse mis manos en mi estómago ya que lo sentí doler.
— Nada— gruñe Oliver.
— Oliver le dió una bonita rosa echa de papel a Karen— respire tratando de que la risa cesara un poco, lográndolo— y en el pasillo comenzó a practicar, y ella lo escuchó se puso nervioso dijo "es tuya, bueno, es mía pero la hice para ti, sé que no es mucho, pero es algo, quiero decir, si no la quieres lo entenderé. Es que eres tan bonita que no pude, ahg, osea no, bueno si, eres bonita pero quería decir..." Lo dijo súper rápido se puso rojisimo, agarró la mano de la pobre chica le dejó la rosa y se fue corriendo.
Ahora fue el turno de mis amigos reír, incluso también Hermione rió. Mi hermano nos miro mal y se fue a sentar a su lugar.
Me recargue en el pelirrojo Weasley tratando de recuperarme. Mi risa cesó de golpe y un jadeo salió de mis labios cuando alguien hizo que me pusiera de pie y luego me cargó sobre su hombro.
— ¿Que mierda?— escuché a Oliver junto con Ronald.
Todo el comedor puso atención en la escena que estaba montando mi estúpido novio.
No pasó mucho cuando estuvimos en la sala de menesteres.— ¿que te pasa, imbécil?— pregunté cuando me dejó sobre mis pies.
— Estabas muy junta a ese Weasley— bufé mientras rodaba los ojos.
— ¿Y cuando tu lo estas de Greengrass?— escupí con molestia.
— Pero es mi amiga— soltó y en su estúpido rostro de formó una bonita y estúpida sonrisa.
¿Por que es tan perfecto?
— Weasley también lo es. ¡No te rías, maldición! No es gracioso.— me queje, crucé los brazos y pisotee con mi pie el piso.
— Eres una pequeña celosa— se burla, mi furia aumentó más con eso.
— ¡Que no estoy celosa!— mi voz se hizo un poco más aguda cuando hice esa exclamación.
Cerré mis ojos con fuerza; mierda.
— Mientes— dijo con convicción, rodee mis ojos.
— No miento, y si me disculpas me tengo que ir. Tremendo escándalo que armaste en el comedor.— me di la vuelta para salir de la bendita sala de los menesteres.
— Yo si estaba celoso— admite cuando vio que realmente me iba a ir, me di la vuelta completamente asombrada.
— ¿Que?
— Si, es que ya sabes. Él no está arruinado, yo si. A veces pienso que querrías tener a tu lado alguien mejor— admitió, sentí un nudo formarse en mi garganta.
— Draco, no. Escúchame, no fue tu elección y sé que no eres alguien maligno. Verás que esto pasará pronto— asegure tomando sus manos.
— Perdón— se disculpa, lo envolví en un abrazo.
— No importa, Draco. Pero realmente yo estoy enamorada de ti, de nadie más— asegure.
— Te amo— juró besando la punta de mi nariz.
— Te amo también, hurón. Y ya vámonos que sé que Oliver vendrá si no llegamos pronto— jale su mano para salir de ahí.
Que bueno que sigue aquí.
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