Para comenzar esta historia, hay que remontarse 5 años atrás, al momento es que una "yo" de 13 años, gordita, alta y de cabello castaño entraba al segundo semestre de 7mo grado.¿Por qué ir tan lejos? Bueno, porque fue aquí donde por primera vez en mi vida comencé a tomar conciencia de lo que eran las relaciones amorosas y que es lo que era nuestro querido hijo de puta "amor "
A mis características físicas nada agradables, deberíamos agregarle un carácter.....complicado por así decirlo. Incluso con un exterior tan poco favorable, siempre he sido una de las chicas consideradas "inteligentes" del salón, lo cual no me convertía en una nerd, porque seamos realistas: hoy día a pesar de que la gente se ha vuelto más superficial que nunca, el hecho de sacar buenas notas te coloca en la misma cúspide que un teléfono de último modelo o la ropa de mejor marca.
La cosa es, que a pesar de ser yo como era, y de haber recibido bulling toda la vida, nunca me quedé callada, y siempre aprendí a responder a los abusos verbales con palabras aún más hirientes.
Así que sí, era en resumen, una gran hija de puta sin alma. Ahora sé que culpar a los maltratos que había recibido por parte de mis compañeros de clase desde la primaria, por mi comportamiento en ese entonces, suena un poco a excusa, porque yo JAMÁS me dejé pisotear como una víctima, y me encargué de dañar a todo el que me dañó; pero por dentro, mi autoestima estaba en el suelo.
En fin, ya saben de qué chica les hablo cuando me refiero a una "yo" de 13 años, que encima de todo, acababa de regresar del extranjero de visitar a mi padre y a casi toda mi familia residente en USA.
No les hablo del primer semestre de clase porque la verdad no ocurrió mucho, la mayoría de mis compañeros eran los mismos de siempre, y a pesar de que habían algunos nuevos, eso no me resultaba importante.
Como comprenderán, muchos me odiaban por la actitud exterior que mostraba, mientras que solo mi mejor amiga de ese entonces, Natalia, y mi compañero de puesto Manuel, me conocían realmente.
Pero volviendo al tema del amor, honestamente de ese salón no me interesaba ni un solo chico, todos se llevaban bien conmigo o me odiaban según la situación, y a la hora de discutir conmigo solo tenían el mismo argumento patético para herirme: " eres gorda y fea"
Pero pasa que cada día, al final de clases dos personas se tenían que quedar a organizar el aula y hacer algo de limpieza, y las parejas eran hechas según los números de la lista, lo que hacía que a mi, me correspondiera limpiar con Miguel.
Miguel era delgado, más o menos de mi estatura, rubio, bastante normal, y con él no había discutido hasta el momento. Era cierto que le iba al compás a lo que todos dijeran o hicieran en el salón con respecto a mi, pero por si solo nunca me había atacado.
-Lici, después de clases te toca limpiar con Miguel, recuerda no irte por favor-me recordó la profesora para luego repetirle lo mismo a quien sería mi compañero de limpieza.
Las clases terminaron a las 3 PM, así que a esa hora comenzamos a limpiar y resultó que por si solo, Miguel era un chico bastante agradable, y antes de terminar con nuestra tarea, no se de que manera acabamos besándonos. Fue lo más raro del mundo, pero aunque no fue mi primer beso, fue la primera vez que unas cosquillas en el estómago acudieron a mi luego de que un chico posara sus labios sobre los míos.
No voy a narrar muy largo sobre esta parte de mi historia, solo les voy a decir que a partir de ese momento a ambos nos comenzó a encantar hacer las tareas de limpieza y y tener "citas de estudio" juntos.
Se pudiera decir que esa fue la primera vez que sentí algo parecido al amor y creí morirme cuando al final del año escolar, Miguel se mudó a otro país. Nunca tuvimos una relación, apenas éramos niños experimentando la sensación que trasmitían unos besos descoordinados, pero yo soy de sentimientos intensos, y jamás me entrego a medias, así que a él, para la edad que teníamos, lo quise muchísimo y dolió que se fuera.
El resto de mi vida escolar hasta finales de 8vo grado, puede descartarse como existente. Solo decir que comencé a llevarme mejor con algunas personas que antes peleaba y mi círculo de amistades creció un poco.
Ya muy cerca de que se terminara el año escolar una amiga del salón, Anna, celebraba su cumpleaños número 14, edad que yo ya había cumplido, y su fiesta de cumpleaños se celebraría a lo grande en su casa de campo. Todas las personas de nuestra edad y algunas mayores por unos años, estábamos invitados, y ni en un millón de años pensé que conocería allí a alguien que estaría en mi vida por tanto tiempo.
-Hola Lici- me saludó Richard, un chico con el que había tenido una relación casual de una noche, bueno en realidad de dos noches, en las que habíamos compartido besos en fiestas y nada más- desde la fiesta pasada no te veía.
-He estado muy ocupada-respondí con indiferencia- no sabía que tú estabas invitado a esta fiesta de cumpleaños.
-Ya sabes preciosa, a mi me invitan a todo- dijo pícaro con su sonrisa de lado a lado.
-Pues me alegro- respondí para luego alejarme de él e irme con Natalia, Amy y Anna, pues el auto q nos llevaría ya esperaba por nosotras.
No me malinterpreten, Richard era muy agradable, pero él solo era un entretenimiento, no había sentimientos de por medio, porque yo sé que en el fondo, él se involucraba conmigo porque no tenía muchas opciones, y a mi no me molestaba dejarlo creer que jugaba conmigo, porque la verdad yo jugaba con él también.
En la casa de Anna la fiesta estaba muy animada, habían varios tipos de juegos, música, comida , bebida( porque si, en mi país los menores de edad tienen permitido andar de fiesta, beber bebidas alcoholicas, fumar, y hasta tener relaciones de tipo amorosa con mayores de edad) y sobretodo había mucha gente, conocida o no.
Luego de un rato en la fiesta, una chica llamada Jeny, a la cual cabe destacar que no conocía de nada, comenzó a hablarme de su desastrosa vida amorosa, y a quejarse de su ex, Adriano, al cual yo no conocía de nada, pero casi todos en la fiesta si. Yo quería saber quién era el chico, pero la verdad no lo veía, solo sabía que un chico con el que había hablado antes, llamado Dario, lo conocía.
Luego de un rato conversando me fui a jugar billar, pero a mi las cosas no me salen como planeo.
-¿Me has estado evitando?- dijo una voz tras de mi que reconocí como Richard
Si
-No, para nada-contesté despreocupada y claramente mintiendo
-Entonces porque no me acompañas al portal trasero....ya sabes- dijo tratando de sonar sensual.
-Lo siento, pero hoy no estoy borracha, y por si no lo has entendido, "esto" se terminó- contesté de la manera más dulce y tranquila del mundo, dandole un sorbo a mi ron con cola para luego desaparecer de su presencia.
Les dije que había cambiado un poco, pero seguía siendo una grandísima hija de puta.
Aunque quizás mi huida fue el golpe de suerte que cruzó mi camino con el suyo, porque la primera persona que apareció frente a mi fue Dario, y ante la inminente llegada de Richard buscado explicaciones, comencé a hablar con él para despistarlo, y lo único q se me vino a la mente para decirle fue:
-Oye, ¿Tú conoces a Adriano?- lo que me hizo querer abofetearme en ese momento porque está más que claro que cuando una chica pregunta por un chico es porque tiene interés en él, pero yo no tenía ninguno, de ningún tipo.
-Si, es uno de mis mejores amigos ¿por qué preguntas? ¿Te interesa?
-No, para nada, era solo curiosidad- dije medio trastabillando en las palabras y salí de allí.
Pero bueno amigos, toda acción tiene una reacción con la misma fuerza pero en sentido contrario, según 3ra Ley del Movimiento de Newton, así que por librarme de Richard, ahora se me devolvía una acción igual de potente, pero en vez de liberadora, fue muy.....apresante.
-Oye Lici, ven acá que te quiero presentar a alguien- me llamó Dario a la distancia acompañado por un muchacho muy alto- Mira, este es Adriano- dijo cuando yo estuve frente a él.
-Ah, que bien- fue lo único que dije para salir huyendo como una idiota.
Pero jamás en la vida se me hubiese ocurrido, que ese día, y por esa acción, llegaría a conocer a Adriano incluso más de lo que yo creía.
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Razones por las cual odio al amor.
Teen FictionSi buscas una historia de amor: no leas este libro. Si buscas un final feliz: no leas este libro. Si buscas cliché: aléjate de este libro lo más pronto posible. Si quieres ver la realidad: anímate a leer. Si quieres ver los sentimientos reales: aním...