Capítulo 12: Hasta las últimas consecuencias.

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Al fin de semana siguiente nos encontramos nuevamente en la tutoría; el mantuvo las distancias cosa que agradecí, pero yo me rehusaba a actuar como una niña pequeña, así que al salir lo confronté.

-¿Ahora te da miedo saludarme?- pregunté en tono neutro.

-No-respondió él- solo quería darte espacio. Lici yo te entiendo si me odias pero...

-Yo no te odio Edmon-le interrumpí- tú y yo no teníamos nada formal, eras libre de hacer lo que quisieras. Solo me decepcioné mucho de ti, yo merecía algo mejor que unos mensajes.

-Lici tú mereces más, mucho más de lo que yo pueda darte. En serio disculpa por haber roto así, es solo que tuve muchos problemas y no pude ir a verte.

-Está bien. Pero no tenemos que actuar de manera tan infantil, podemos seguir siendo amigos.

-¿En serio?- entonces me envolvió en sus brazos, dándome uno de esos abrazos que me derretían, de esos que me hacían contener las lágrimas y me hacían un nudo en la garganta imposible de bajar- Gracias Lici, por no odiarme, muchas gracias.

-No hay de qué, pero puedo hacerte una pregunta para que me contestes con toda la verdad.

-Si, pregunta lo que quieras.

-¿Eres feliz con ella?

-Te voy a contestar, pero no quiero que preguntes nada más- yo asentí con la cabeza- No Lici, no soy feliz con ella.

Su respuesta me desarmó un poco, pero le prometí no preguntar nada más, y así hice, no pregunte nada.

En esos días se acercaba mi cumpleaños y Ed y yo estábamos llamándonos y conversando más que nunca. En esas conversaciones siempre se desataba alguna pelea, supongo que mis preguntas insistentes algunas veces lo cansaban. Él decía que no me podía contestar todas mis preguntas porque muchas veces ni él sabía las respuestas.

En contra de lo que yo le dije, me compró un regalo por mi cumpleaños. No me dijo que era, y el mismo día en que cumplía años, solo celebré con mis amigos más cercanos.

Ese día fue una locura entre botellas de Voldka, bailes locos y confesiones raras. Ely y Vero bebieron mucho pero estaban en condiciones aceptables, pero Cristy y Marlon estaban prácticamente rodando por el piso. Nila, mi querida Nila a la cuál tenía como referencia de sensatez, andaba abrazada a su baso de jugo de naranja con Voldka, comiendo los últimos trozos de jamón que cayeron al piso.

Sip, sin duda alguna mi cumpleaños se salió de control. Pero al fin de semana siguiente, invitéa Amy y a Ed a mi casa para beber un poco, pues ellos dos no pudieron venir ese día.

Y realmente no sé cómo describir ese sábado.....bueno quizás si: desastre.

Luego de la tutoría de ese sábado, Amy, Ed y yo llegamos a mi casa. Apenas entramos Ed me dio su regalo, simplemente me encantó, el sabía lo que me gustaba: un póster de mi cantante favorito, un atrapa sueños, un pulso tejido negro,(que casualmente el tenía uno igual), y un peluche de un monito.

Yo estaba más que emocionada, sobretodo con el póster de mi querido y amado Jin, cantante de BTS( ya lo sé, soy una fan de los coreanos irremediable)

Comenzamos a jugar a "yo nunca nunca", que básicamente alguien debía decir: yo nunca nunca he comido pizza, y todos lo que lo hubiesen hecho, debían tomar un shot. No había que explicar nada, sólo había que beber.

Y así comenzó el juego con preguntas incómodas entre él y yo, preguntas que me revelaron muchas cosas: que aún me quería, que ya no la quería a ella, que no era feliz, que me extrañaba.

Cuando ya estaba tan borracha que sentía como mis palabras se arrastraban le hice una pregunta directa:

-¿Solo con un beso te diste cuenta de que estabas enamorado de ella? porque bueno, después de besarla una vez regresaste con ella.

-Sabes que no Lici, un beso no fue lo que me hizo regresar con ella, es solo que no podía estar contigo si aún sentía algo por esa chica.

-Entonces, no sientes nada por mi, porque si estás con ella significa que me olvidaste, no estarías con ella sintiendo algo por mi.

-No Lici, sigo sintiendo cosas por ti, muchas cosas por ti. No te he olvidado.

-A la mierda- y me lancé a él para besarlo. Lo bese mucho y con muchas ganas, y el me besó de vuelta, envolviendo sus manos alrededor de mi cintura, suspirando con cada caricia.

El aún me gustaba, me encantaba. Lo que más me dolía de todo era que no habíamos tenido oportunidad. Yo quería haber estado con él y separarnos por una pelea o una discusión, no porque el tuviese miedo de la distancia y los celos. Incluso hoy, sigo siendo su amiga, y sigo teniendo las mismas dudas que antes, los mismos "por qué " sin respuesta.

Mi cumpleaños número dos  terminó dejándome con una resaca peor que la que ya había sufrido. Y con muchas cosas en las que pensar.

Ese fue el día en que lo decidí, si él no planeaba darme un cierre, lo haría yo.

Razones por las cual odio al amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora