Capítulo 3: ¿Interesado?

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Luego del cumpleaños de Ana, ya casi se acercaba la fiesta del fin de curso, y como buenos fiesteros que éramos, planeamos alquilar una piscina y hacer fiesta allí por la graduación

Así que no me sorprendió para nada cuando recibí una llamada de Ana, pues yo me había ofrecido junto a otras chicas del aula a ayudarla con todos los preparativos.

-¿Sabes qué hay alguien interesado en ti?- dijo Ana cambiando de conversación drásticamente .

-¿Interesado?- me querrán sacar los órganos para venderlos en el mercado negro.

-Si, hay alguien muy interesado en ti, un amigo mío de hecho.

-¿Que amigo tuyo Ana?- le pregunté ya con la vez media cansada porque sé que a esta niña le gusta dárselas de celestina.

-Adriano-dijo de repente-, habló conmigo y me dijo que le
gustaría conocerte.

-¿Que Adriano?¿El de tu cumpleaños?¿El que es 4 años mayor que yo?

-Ay Lici deja la bobería, eso de la edad está sobrevalorado.- ahora su voz pasaba a emocionada- Él es un buen chico, y solo quiere conocerte mejor, nada más.

-Ana, yo no estoy interesada en esos temas por ahora, así que no le
digas nada a ese muchacho sobre mi, y no le des mi número- enfaticé en esta frase final.

Así que al día siguiente cuando estaba en casa de los abuelos de Ana ayudándola con los preparativos, no me sorprendió para nada ver al tal Adriano merodeando por el lugar. Para ser honesta no lo había detallado la primera vez: era alto, mucho más alto que yo, de complexión delgada a mi parecer pero bien definido, con el cabello claro. Un chico normal.

Ese día no cruzamos palabra, pero yo estaba segura que la fiesta en la piscina iba a ser otra historia muy diferente.

Para serles sincera, no era que el chico no me agradara, la verdad no lo conocía, pero toda la situación era como un avispero: si no lo tocabas no ocurría nada, porque a las avispas no les atrae la sangre humana, pero si lo tocas e insistes, al final todo explota. Lo mismo sucedió con él, si no me hubiese hablado ese día en la piscina, yo ahora estaría contando una historia mucho más corta.

Ya llegado el susodicho día, los invitados eran prácticamente los mismos que fueron al cumple de Ana. Hizo un día precioso y súper soleado, el agua era muy clara, y todos estábamos más que contentos de comenzar la fiesta.

Natalia y yo fuimos de las primeras en entrar al agua, la estábamos pasando genial, mientras la mayoría de las personas jugaban dominó ( ¡maldito dominó!( ya verán porque))

Pasé toda la mañana sintiendo que tenía un par de ojos puestos sobre mi, y la verdad que los tenía, porque en el único instante en que Natalia me dejó sola para ir a buscar algo de beber, el bendito Adriano saltó al ataque.

-Hola-dijo con una sonrisa mientras se sentaba en el borde de la piscina, yo aún estaba en el agua.

-Hola- respondí sin más.

-¿Quieres? - me dijo ofreciéndome de su trago.

-Okay, déjame probar.- tomé de su bebida como si nada, la verdad yo estaba muy adaptada a tomar, así q no fue la gran cosa.

-¿Te gusta beber verdad?

-Se pudiera decir que si- conteste mirándolo a la cara

Pero cuando él estaba justo por hablar de nuevo...

-Lici te traje una bebida- dijo Natalia tan sonriente como siempre- ten- me ofreció el baso- ¿y tú quién eres?- preguntó refieriendose a Adriano.

-Solo un amigo- contestó el poniéndose de pie para marcharse.

La mirada de Natalia hablaba por si sola, no decía nada, pero yo sabía que en su cabeza todo iba tomando rumbos torcidos.

-Claramente le gustas.

-Ni una palabra Natalia, que te conozco, y yo no quiero complicarme la vida. Además, sabes que en 10 días me voy a USA.

-Dios, cualquiera que te escucha piensa que vas al fin del mundo, donde no hay internet y que no planeas regresar.

-Si voy a regresar, pero no sé si quiera a alguien esperándome.

-Tampoco es como que te vallas a casar con él, solo disfruta el momento y ya.

-No se, no quiero dar esperanzas que no voy a cumplir.

-Pues habla claro y punto.

En cierto modo Natalia llevaba razón, no era una proposición de matrimonio, quizás el chico solo estaba aburrido y quería andar con alguien para pasar el rato. O sea, quien en su sano juicio se interesaría en la "gordita fea del salón" para algo más que no sea un juego.

Pero bueno, si es un juego, vamos a jugarlo bien.

Así que salí de la piscina, y viendo que la mesa de dominó estaba libre, me dispuse a jugar.

Y quien creen que se sentó a la mesa a jugar también: Adriano, si señor, pero a jugar en mi contra, teniendo como pareja a uno de sus amigos, que más tarde súper se llamaba Roger, y era primo de Ana, y para más contra, como mi pareja jugó la novia de su amigo, todos en complot para meterme en las fauces del lobo, pero yo planeaba dar pelea.

-¿Que tal, ya que somos chicas Vs chicos, el equipo perdedor le concede un favor a los que ganen?- propuse yo muy segura, ya les dije, planeaba jugar bien.

Todos estuvieron de acuerdo, y en la primera ronda garantizamos la victoria.

-Bueno Adriano, perdiste, así que puedo pedirte algo.....

-Haré lo que pidas- contestó él, y no sé porque en ese momento llegue a pensar que su mente viajaba al sentido más retorcido de la frase.

-Quiero que me traigas un vaso de jugo de coctel por favor.- pedí muy tranquila destruyendo un poquito sus ideas y sus esperanzas.

El realizó mi pedido sin problemas, pero a la segunda ronda me tocó perder, y ahora sí, ¡maldito dominó! (ven, les dije que esperaran) porque está vez ganó el.

-Quiero un beso- dijo sin siquiera pensarlo, como si el plan ya estuviese elaborado.

-¿Un beso? De acuerdo- dije mientras me acercaba a él pero para plantarle un sonoro beso en la mejilla-listo, castigo cumplido.

Adriano solo sonrió, él sabía que no había especificado donde quería el beso, así que me aproveché de eso durante toda la ronda de juego, pues cada vez que ganó él, yo besaba una parte de su rostro que no fueran los labios, y cuando ganaba yo, el pobre chico hacia de mi mandadero.

Pero llegado al punto en que ya había besado toda su cara y solo faltaba su boca, me puse de pie y dejé de jugar, yo no planeaba caer tan fácil.

Pero el chico era de insistencia, y creo que me mando mensaje con cada una de mis amigas diciendo que quería hablarme a solas.

Ya harta de jugar al gato y al ratón, salí del agua dirigiéndome al exterior del local, haciéndole una seña para que me siguiese.

-¿De que tanto te apura hablarme?

-Voy a ser directo...me gustas-dijo el chico sin más.

-Tú no me conoces, ¿como sabes que te gusto?

-Simplemente me gustas, y quisiera conocerte más.

-Bueno pues en este verano no va a ser posible porque en 10 días me voy de visita por dos meses a USA con mi familia.

-Aún tenemos 10 días. Además me van a reclutar para el entrenamiento para el servicio militar, así que mi verano va a estar ocupado también.

-De acuerdo, supongo que nos podemos conocer...un amigo más no es la gran cosa.

-Yo no quiero ser tu amigo-dijo acercándose a mi- ¿No merezco un beso al menos en un lugar que pueda elegir yo?

-Ya veremos.....-dije para luego dirigirme nuevamente dentro del local. Y así señores es como se agitó el maldito avispero.

Razones por las cual odio al amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora